A 2035, las ciudades invertirán $296 mil per cápita en obras

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Con el pronóstico de que en 2035 cerca de 84 por ciento de la población colombiana vivirá en las ciudades, se espera que la inversión per cápita en infraestructura en las metrópolis medianas del futuro también aumente de 164 mil a 279 mil pesos por habitante.

Entre tanto, para las pequeñas esta inversión debe ser de 296 mil. Sin embargo, para poder llegar a ese nivel es necesario potenciar el recaudo del predial y el acceso a créditos.

Esta información se deriva del más reciente estudio del Departamento Nacional de Planeación (DNP), denominado “Misión para el Fortalecimiento del Sistema de Ciudades de Colombia”, en su apartado referente a los requerimientos de inversión en infraestructura y fuentes de financiación, visión de Tito Yepes, investigador de Fedesarrollo.

Allí se explica que la falta de acceso a los servicios básicos se debe en parte a una inversión baja por habitante con respecto al promedio deseado, no solo en vías sino, también, en redes, colegios, bibliotecas, hospitales y lo que tiene que ver con su dotación (libros, camillas, pupitres, etc.)

Por ejemplo, entre 2008 y 2010, la inversión per cápita en infraestructura en las ciudades medianas como Cartagena (entre 100 mil y un millón de personas) era de 164 mil pesos por año, mientras que la inversión ideal debería ser mayor en 115 mil, durante los próximos 25 años.

Es decir, incrementar en 70 por ciento la inversión per cápita para llegar a niveles de 279 mil pesos.

En las ciudades pequeñas (menos de 100 mil habitantes) como Socorro, en Santander, los recursos están por debajo 21 mil pesos, con respecto a los que se deberían invertir de aquí en adelante (296 mil pesos).

Por ello la baja inversión pública destinada anualmente a infraestructura está haciendo que los habitantes de dichos municipios tengan que migrar por la falta de acceso a los servicios.

Para José Stalin Rojas, investigador de la Universidad Nacional, estos son indicadores que ayudan a establecer un referente de cuánto debería ser la inversión, pero esas guías no dan cuenta de la transformación de infraestructura a futuro que ya está haciendo el Estado, por lo tanto la brecha que se muestra en el informe podría ser mucho menor a la real.

Aquí hay un ejemplo. Pereira, que es la ciudad más poblada del Eje Cafetero, con más de 464 mil habitantes, tuvo el año pasado una inversión en infraestructura vial y equipamientos públicos de 43 mil 32 millones de pesos, otorgados directamente del municipio. En estos recursos no se cuentan ni el Aeropuerto Internacional Matecaña ni el Parque.

Hablar de inversión

La inversión como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) en Colombia ha sido en promedio de dos por ciento, superior a países como Chile (1.9), México (1.3), pero inferior a países como Perú (3.6). El mismo Fedesarrollo, según Yepes, ha dicho que la inversión debería ser superior o igual a tres por ciento, en un promedio durante unos 10 años.

Uno de los grandes problemas es saber de dónde sacar los recursos. En el informe del DNP se sugiere que los mandatarios locales deberían potenciar los recursos propios de los municipios de aquí al 2035, para así superar el rezago de infraestructura. O, en su defecto, incrementar el uso de crédito, sobre todo en ciudades pequeñas y medianas, las cuales solo utilizan 29 y 38 por ciento de los requerimientos particulares, respectivamente.

Otra de las opciones es utilizar los recursos de recaudo de la sobretasa de la gasolina para financiar tan solo la malla vial. El autor propone que se pueda retomar los artículos de la Ley 812 de 2003, en los que se proponía que 50 por ciento de los ingresos tributarios por gasolina fueran destinados a proyectos de infraestructura.

“Los ingresos propios de los municipios provienen principalmente de los ingresos tributarios. En los municipios pequeños los ingresos tributarios representan 89 por ciento de los recursos propios; en los medianos, 88 por ciento, y en los grandes, 83 por ciento”, se explica en el informe. La gasolina tiene entre ocho y 12 por ciento y el predial tiene entre 30 y 35 por ciento.

Pero para potenciar el recaudo hay que actualizar el catastro en 51 por ciento de los municipios que lo tienen desactualizado, como Cali, y tomar el ejemplo de ciudades como Medellín y Bogotá, que están en completo orden.

Germán Alonso Prieto, docente de Tecnología y Gestión de Transporte de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, piensa que hay otros modos de financiación diferente a los créditos y a los impuestos, como los peajes dentro de las urbes a través de las Asociaciones Público Privadas u otros modelos en los que las inversiones pueden recuperarse vía cobro por uso del servicio.

En conclusión, en el informe se muestra cómo en los municipios hay que mejorar las capacidades de inversión y generación de ingresos para superar la brecha. Hay que tener un mayor acompañamiento institucional y utilizar el impuesto predial como mayor instrumento de recaudo. También, generar una calificación de riesgo de las ciudades pequeñas para promover el endeudamiento.

Inversión en vías debería ser de 3.3% PIB

 Según un informe de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), la inversión en infraestructura en Colombia debería ser cercana al 3.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) anual. Es así como para la institución 1.7 por ciento del PIB debería ser de carácter público y 1.6 por ciento de recursos privados. No obstante, para 2018 - 2020 sería de 2.5 por ciento del PIB.

Con ello podríamos tener un impacto fiscal cercano al 1.6 por ciento del PIB con un pico en 2016.

“En dicho año, el efecto fiscal proveniente del sector transporte llegaría al uno por ciento del PIB (63 por ciento del total), mientras que los sectores de minas y energía y vivienda y territorio explicarían un 0.3 del PIB y 0.2 por ciento, respectivamente”.

Sin embargo, otros académicos sugieren que la inversión sea cercana al 10 por ciento del PIB anual, teoría de la que difiere Tito Yepes, investigador de Fedesarrollo, quien también cree conveniente tres. 

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