Lo bueno y lo malo de la reforma a las horas extras

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Mientras que algunos afirman que de aprobarse la iniciativa se afectaría la generación de nuevos puestos de trabajo, otros la defienden y aseguran que el beneficio es para los trabajadores y las empresas.

Generación de empleo y competitividad son tal vez las dos grandes piedras en el zapato que líderes gremiales en el Departamento ven a la propuesta de modificar las horas extras en el país.

Sus posiciones no son distintas a las de otros gremios de carácter nacional y de analistas económicos que coinciden en decir que la medida le pasará factura a la creación de nuevos empleos.

En sus términos más simples, la iniciativa, que no es la primera de su tipo, prevé ajustar las jornadas laborales diurnas y nocturnas, ambas a 12 horas, y cambiando además la manera como se pagan los recargos.

Con el proyecto, que fue radicado por el senador del partido Liberal Luis Fernando Velasco, se pretende que los recargos de los dominicales y festivos pasen del 75 al 100 por ciento.

Y sobre el caso del pago de los recargos nocturnos, se espera que comience a las 6 de la tarde y no a las 10 de la noche, como funciona en la actualidad.

Posiciones divididas

Para Julio César Mendoza, director del Cluster Textil confección del Tolima, la iniciativa de regresar al modelo que se tenía antes de 2002 podría incidir en la decisión de los empresarios de ocupar a más personas.

Con respecto a la modificación del recargo nocturno, el líder gremial opinó que el cambio registrado en el gobierno de Álvaro Uribe propició que las empresas contrataran nuevo personal en otros turnos.

“Si vuelven otra vez a implementar el recargo nocturno desde las 6 de la tarde, las empresas se pueden ver afectadas en cuanto a nuevos proyectos de generación de empleo, sobre todo las que trabajan segundos turnos”, afirmó.

Y agregó que aunque el sector textil y la confección de Ibagué no requiere de más de un turno, otros como el de comercio y servicios sentirán el impacto si se llega a implementar la medida.

Sin embargo, Jorge Renza, director del Observatorio de Empleo y Recursos Humanos del Tolima, a diferencia de Mendoza, afirmó que luego del cambio en la ley, el aumento del número de empleos con calidad no se ha hecho evidente.

Y señaló, de igual manera, que las cifras registradas para Ibagué indican que la ocupación no crece y permanece constante, en sectores que por tradición “generaban ocupación como comercio y servicios”.

No obstante, agregó que la modificación planteada puede afectar a empresarios pequeños, lo cual, reconoció, podría incidir en la estructura empresarial de la ciudad, conformada por micro y pequeñas empresas.

Pero por otro lado, dijo que si los trabajadores devengan más, “eso podría significar una mejoría considerable en la demanda agregada”.

En otras palabras, podría propiciar un mayor consumo en los hogares lo cual, expuso, sería “positivo en conjunto para la economía”.

“Por la puerta de atrás”

Frente a la posibilidad de que la iniciativa sea una realidad, Silverio Gómez, presidente del Comité de Gremios del Tolima, aseguró que sería una reforma “por la puerta de atrás y a retazos”.

Y aseguró que una iniciativa a manera de reforma laboral debe ser concertada entre el Gobierno nacional, empresarios y trabajadores.

Gómez añadió que medidas ya aprobadas que han modificado el pago de prestaciones sociales y de sueldos afectan de manera distinta a pequeñas, medianas y grandes empresas.

Por ello, explicó, se debe analizar qué efectos tendrían los cambios en términos de costos laborales para las empresas, como en el caso de Ibagué, donde la mayoría son muy pequeñas.

Así mismo, dijo que el costo de una decisión política “puede inducir a una alta informalidad”, que, según el Dane, está por el orden del 56 por ciento en Ibagué.

Beneficio económico

En contravía de la posición de los empresarios, Pedro Varón, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), opinó que la medida contribuye con las condiciones dignas de trabajo.

El líder sindical se mostró partidario de la iniciativa y, al igual que Jorge Renza, opinó que los ingresos de los trabajadores “se reinvierten en una mayor demanda de productos y una mayor capacidad de compra por parte de la población.

“Ello repercute en la generación de nuevos empleos en la base de la industria y de la economía en su conjunto”, aseguró Varón.

Escepticismo

 Frente al proyecto, Jorge Enrique Robledo, senador por el Polo, opinó que de ser aprobado los trabajadores recuperarán lo que perdieron en 2002. Sin embargo, se mostró escéptico con su aprobación en el Congreso, debido a que en el pasado iniciativas similares se han ‘hundido’. Robledo también dijo que un aumento en los salarios incide en la capacidad de compra de los trabajadores, lo cual, dijo, influye en la economía. 

Credito
CRISTIAN ARROYO

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