Collins necesitaría un aliado para seguir obras de La Línea

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Ante la incertidumbre que se vive por el desenlace del futuro del Túnel de La Línea la baraja del Gobierno Nacional contempla la opción de no caducar el contrato con la Unión Temporal Segundo Centenario, en cabeza de Carlos Collins. De ser así, el empresario tendría que buscar un aliado que inyecte liquidez a la obra.

Esta posibilidad surge a raíz de la primera reunión que Collins tuvo ayer con la ministra de transporte Natalia Abello, donde se empezó a definir el futuro del Túnel de la Línea y de otras obras que tienen de manera individual cada uno de los empresarios que conforman esta unión empresarial en el país. 

De acuerdo con expertos como Julián Cardona Castro, presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros (Aciem) la mejor solución sería la de no decretar la caducidad del contrato de la obra de 8.6 kilómetros sino la de buscar la forma de no ir a los juzgados y demorar la construcción con una nueva licitación. 

Sacar de nuevo el proyecto a una adjudicación le implicaría al Gobierno Nacional mayor tiempo de ejecución en la obra, repercusiones en otros proyectos viales asignados a los empresarios del consorcio (que quedarían inhabilitados por 5 años) y recursos adicionales para el nuevo contrato. 

“De concretarse un arreglo con el Ministerio de Transporte, Collins se debe asegurar de tener todos los recursos financieros y técnicos para culminar la obra sin volver a incumplir los plazos de entrega”, dijo Francisco Suárez, socio de la firma Infraestructura Legal. 

La posibilidad de que la Unión Temporal Segundo Centenario cuente con la liquidez suficiente para culminar el porcentaje restante del Túnel, que para el Invías es de 26% y para el consorcio de 8%, es complicada según los expertos teniendo en cuenta que se ha llegado a hablar de inyectarle a la obra recursos adicionales entre $160.000 y $400.000 millones. 

Iván Darío Botero, profesor de contratación pública de la Esap, señaló que si se tratara de conveniencia, lo más aconsejable sería que el contratista continuara al frente de la construcción y si fuera necesario pudiera pedirle al Invías la autorización para vincular a un nuevo jugador que proporcionara dinero. 

No obstante, el analista dijo que esta decisión sentaría un precedente en la historia de la contratación estatal porque otras compañías a las que se les decretara caducidad en el contrato por incumplimientos podrían apelar a este episodio y buscar no pagar las multas impuestas. 

Y es que a raíz de la decisión del Invías de negar la petición de la Procuraduría General de la Nación, donde se le recomendaba más tiempo a la Unión Temporal Segunda Centenario, se puso sobre la mesa una multa de $60.350 millones para este grupo de firmas. 

Andrés Neira, experto en infraestructura, dijo que otra posibilidad es que el Invías se reverse frente al recurso de reposición presentado por Collins, pero que acuerde una salida del proyecto por parte del consorcio, puesto que así no se iría a pleito y la posibilidad de que otra firma, sea Conconcreto o Mario Huertas, termine el túnel. 

Caducidad dejaría en jaque nuevas vías 

Uno de los principales problemas, si se decreta la caducidad en el contrato del Túnel de la Línea por parte del Invías a la Unión Temporal Segundo Centenario, sería la necesidad de que las compañías que hacen parte del consorcio cedan las vías que tienen a cargo en otras zonas del país. La decisión, que inhabilitaría al grupo de empresarios por cinco años, pondría en jaque algunas obras como, Bogotá - Girardot, Zipaquirá - Bucaramanga (Palenque); Transversal de Boyacá; Puerto López - Puerto Gaitán, Honda - Villeta, entre otros. 

Credito
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