“Creo que debe haber un equilibrio de derechos”: rector José Herman Muñoz Ñungo

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
El académico, cuya dirección al frente de la Universidad del Tolima ha sido cuestionada, aseguró que mientras esté en la Rectoría “le va a apostar a la calidad por encima de todo”.

En su afán por acreditar la Universidad del Tolima, los detractores de la administración del rector José Herman Muñoz Ñungo señalan que al académico se le salió de las manos el manejo de la Universidad, sobre todo en el aspecto financiero.

Sumado a una pérdida de cinco mil 400 millones de pesos evidenciada en los estados financieros de la Institución, en entrevista con EL NUEVO DÍA el rector reconoció que debió solicitar un préstamo bancario para el pago de la nómina de la Universidad.

Aunque el Directivo dijo que el “problema de caja”, es efecto del incumplimiento en el pago de unos recursos que debía haber recibido la Universidad y al incremento de la producción académica, la situación ha pasado de castaño a oscuro.

Esta semana se conoció que la falta de efectivo que afecta las arcas de la alma máter, incluso habría impedido el pago oportuno del salario de los docentes.

Con respecto a su administración, Muñoz Ñungo explicó los alcances de sus políticas, las cuales pretenden brindarle un espacio a los jóvenes consumidores de sustancias psicoactivas de la U.T., buscando un “equilibrio de derechos” al interior de la comunidad universitaria.

EL NUEVO DÍA: ¿El presupuesto de la Universidad ha sido afectado por los cinco mil 400 millones de pérdida?

JOSÉ HERMAN MUÑOZ ÑUNGO: Sí, estamos en apuros porque tenemos un problema de caja (…) dejamos de recibir a 31 de diciembre de 2014 en efectivo, 854 millones de pesos de la Gobernación, 798 millones de la Universidad de La Guajira y 610 millones de la San Martín.

“(...) Eso suma dos mil 665 millones de pesos que dejamos de recibir, y son recursos que estábamos esperando, por eso tenemos ese problema con la caja. No nos llegaron recursos por las estampillas del orden nacional (...).

EL NUEVO DÍA: ¿Con una caja así de apretada no le ha tocado hacer préstamos a bancos?

JHM: Ahorita en mayo nos va tocar hacer un préstamo para pagar la nómina.

EL NUEVO DÍA: ¿Está mal rodeado?, dicen que el señor David Benítez (Vicerrector académico de la U.T.) es el que le hace cometer las equivocaciones a usted y le cuestionan la cercanía con ciertos movimientos...

JHM: A él lo vinculan con un grupo subversivo. Ante la eventualidad de que eso fuera cierto pienso que eso no es tema de estigmatización, sobre todo ahora que el país está negociando con un grupo al margen de la ley, y que negoció hace poco también con el paramilitarismo.

Digamos que él en alguna época por ejemplo hubiese militado o hubiese tenido cercanía con algún grupo al margen de la ley, pienso que en este momento no se puede llegar a satanizar o estigmatizar a algún colombiano por esa razón, cuando estamos ad portas de un proceso de negociación con las Farc.

David (Benítez) es buen Académico. David ingresó a nuestra Universidad, es licenciado en matemáticas igual que yo. Sacó un buen promedio, hizo una maestría en matemática, y también tiene un doctorado en matemática y educación, entonces en la parte académica él es bueno.

END: ¿Y porque señalan a Benítez?

JHM: El fue un líder estudiantil. Fue representante ante el Consejo Superior, fue un estudiante beligerante. Entonces le cobran ese pasado.

END: ¿Es cierto que él habría usado ese puesto para favorecer a un colectivo al interior de la Universidad? Se habla de dos movimientos que tienen diferencias en la Universidad.

JHM: Cada vez salen más grupos en las universidades del país, recuerdo una bonanza en la que todos los días había un grupo disidente, un nuevo grupo, entonces han salido grupos y forman un desconcierto muy grande.

A veces dejan documentos, panfletos, en los que dicen que supuestamente pertenecen a un grupo y hacen amenazas, se han metido con nosotros.

También salió un comunicado diciendo que esa gente no era de ellos, desautorizando. Esa situación es bien compleja porque si uno supiera quiénes son; pero casi siempre salen con capuchas, lo que hago es casi no ponerle cuidado a eso.

END: Pero si usted se expone a que lo liguen a esas situaciones, ¿no es peligroso?

JHM: Uno en esto va cogiendo concha y cancha. Cuando fui Vicerrector Académico, y me sacaron el primer panfleto en 2002, me afectó mucho sicológicamente.

Es una hoja que sale a circular, lo firma cualquiera, y en donde se habla mal de uno, diciendo mentiras. En aquella ocasión yo salía a trotar con profesores de agronomía. Y hubo algo que me dolió en aquella ocasión. Yo me siento muy orgulloso de mis logros académicos y también de mis capacidades.

Entonces decía, ‘el físico porque no se dedica a la física antes de que se le olvide la poquita física que sabe’, eso a mí me dolió mucho. Así que ahora cada vez que llega un panfleto yo tengo la misma inquietud.

Entre el 2005 y 2006 mi nombre apareció en otro panfleto y eso generó muchos problemas, y aparecían panfletos semanalmente en la Universidad.

Yo era Vicerrector Académico y apoyé a unos estudiantes para que fueran a un congreso en Ecuador, y en ese evento los estudiantes le dieron madera al entonces presidente (Álvaro Uribe) y eso por alguna razón se supo.

Entonces el panfleto decía ya sabemos quién apoyó a los estudiantes subversivos para que fueran a Ecuador, y esa era una época en la cual los paramilitares mataban mucho.

Después salió otro chisme con el logo del ELN, y ahí pusieron el mensaje e iba dirigido a los integrantes de ese grupo, y estaba mi nombre en primer lugar como si yo fuera de esa organización. Menos mal que ellos ya saben como reacciono, por ello ya no me atacan por ahí, tengo una reacción muy madura frente a esas cosas.

Esa me la sacaron cuando estaba de candidato (...) Y hubo un consejero que durante una reunión dijo que yo era un subversivo. Y yo digo, si pensar como yo pienso es ser subversivo, pues lo soy.

Nunca he empuñado un fusil, nunca he disparado un arma, nunca he estado en reuniones clandestinas, ni he usado una capucha y para decir lo que pienso, siempre lo he expresado y yo sí quisiera que las cosas fueran distintas. Me gusta mucho el pensamiento de (Luiz Inácio) Lula da silva.

En esa época se nos estaban llevando estudiantes. Con lágrimas en los ojos, me reuní con familia y les dije yo no sé si esta noche me voy, llamé a un amigo abogado, eso es muy duro para uno... entonces ya estoy curtido.

Al comandante de la Policía de la época y del fiscal, le dije tendría que tener sangre de Coca Cola para estar acá hablando con usted, si fuera guerrillero.

Segundo, le dije que ese documento es falso, porque yo no tengo nada con la guerrilla, nada. Nunca he disparado un arma, ni he estado en reuniones clandestinas como para que digan eso. Y en ese tiempo la gente me miraba como si yo andara con la lápida pegada, es muy duro sicológicamente.

Entonces adelantamos un proceso para analizar el documento, como estaba escrito, si tenía errores de escritura. Y logramos determinar que era falso después de que alguien me dijo que revisara la página web de las autodefensas.

Habían tomado el último comunicado emitido por Mancuso, y lo habían modificado con datos de la Universidad. Tan pronto como nos dimos cuenta de eso, regamos el cuento sobre lo que había sucedido, que era algo clonado. Hasta ahí llegó la amenaza, pero fue muy duro (…).

Todo lo que son los panfletos, el chisme, tienen un objetivo y es generar zozobra en el individuo. Entonces yo procuro no leerlos y cuando los leo, en mí se acaba ese mensaje, es decir, yo no salgo a reproducirlos.

Preguntas y respuestas 

END: ¿Es cierto que va a permitir una ‘zona de respeto’ para los muchachos que fuman marihuana en la Universidad?

JHM: Pienso que hay que mirar varias experiencias de lo que ha pasado tanto en el país como en otras naciones. Me gusta mucho mirar la experiencia de Uruguay. Como les parece que allá, yo no sabía, era permitido consumir marihuana, consumir sustancias psicoactivas.

Uno llegaba a un restaurante y lo mismo que acá en Colombia cuando hubo zona de fumadores, allá también había pero de marihuana y yo no sabía.

Pero la sociedad uruguaya se contradecía. Era permitido que usted consumiera. Pero era ilícito la compra y venta. Lo mismo pasa en Colombia.

La dosis mínima está permitida, pero es prohibido comprar.

Lo que hizo Pepe Mujica entonces, fue acabar con esa contradicción y legalizar la venta, pero la monopolizó el Estado. Quitó el tráfico y lo monopolizó el Estado. El encargado del cultivo y la distribución es el Estado.

Entonces soy partidario, primero del Estado social de derecho, y ahí está incluido el libre desarrollo de la personalidad. Y hay muchos temas donde uno puede colocar en jaque a la sociedad, y no solo si usted está de acuerdo con que se legalice la droga.

¿Usted está de acuerdo con el aborto? ¿Usted está de acuerdo con el matrimonio y la adopción de niños por parte de personas del mismo sexo?

¿Está de acuerdo con la eutanasia, con que la gente se suicide? Mire todas las cosas que están dentro del Estado social de derecho y el libre desarrollo de la personalidad.

Creo que debe haber un equilibrio de derechos. Yo no respetaría a cualquiera, al vecino, a un familiar, que se tome unas cervezas, eso a mí no me incomoda, pero de que no se meta conmigo... que no vaya a cogerme la casa a patadas.

Creo en el equilibrio de derechos, es decir, la gente puede hacer con su vida lo que desee siempre y cuando no pase la frontera de afectar los derechos del otro.

Soy de ese punto de vista, equilibrio de derechos. No solo decir, respéteme este derecho, sino decir usted también tiene unos derechos, unas obligaciones, yo también tengo unos derechos.

Por ejemplo, a mí me afecta mucho por la rinitis, el humo de los carros, del cigarrillo, de la marihuana y el vapor que se levanta cuando está lloviznando, eso a mí me afecta.

Entonces cuando estoy hablando con alguien y esa apersona saca un cigarrillo y fuma, tengo varias opciones, si le tengo mucha confianza le digo que lo apague porque me afecta, sino, salgo y me voy y vuelvo cuando se lo haya fumado, esa es mi actitud, equilibrio de derechos.

END: En ese sentido, la Universidad entonces no se hace de ojos ciegos frente al fenómeno de drogas. ¿Está propiciando unos escenarios de acercamientos con los muchachos para alcanzar un acuerdo?

JHM: Se trata de buscar un equilibrio de derechos dentro de la legalidad.

END: ¿Y eso se reflejaría en una especie de zona de respeto?

JHM: Puede ser, como también pueden ser otras ideas que salgan. Voy a precisarle sobre eso. En primer lugar creo que una universidad, un colegio, no debe ser espacio de distribución de droga, yo soy tajante en eso.

Mire como supuestamente es el pensamiento liberal, ahí no hay nada para negociar, cuando yo le hablo de equilibrio de poderes es mirar qué se puede negociar, esto no es negociable.

Una universidad no es un espacio de distribución de droga, sobre todo porque uno debe preguntarse el dinero de ese microtráfico a dónde llega, para qué es. Y es para generar violencia, eso está claro.

Segundo, pienso que la Universidad del Tolima no debe ser espacio para que vaya a fumar allá a quien se le dé la gana.

Hay que reconocer que este es un problema de salud pública y cualquiera de nosotros, nuestros hijos, sobrinos, primos, nuestros familiares pueden ser fármaco dependientes.... y que cualquier persona puede caer en las garras de ese flagelo.

END: ¿Y qué se puede hacer?

JHM: Primero, creo que hay que hacerlo público, sin temores, sin tapujos. Decir que en las universidades se está consumiendo droga, pero también decir que no somos los únicos en Colombia.

Dígame ¿qué espacio de la sociedad colombiana no ha sido permeada por el microtráfico? Dígame cuál.

A hora, obviamente la universidad es un lugar que por su definición podría ser un lugar más propicio, es decir, la gente no va a ir a consumir, digamos, a la iglesia.

Pero dígame también si la iglesia no ha sido permeada por esto, las Fuerzas Militares, en todos los escenarios, entonces hay que reconocerlo.

Creo que lo que hay que hacer es dialogar con los jóvenes porque detrás de todo consumidor hay un problema y a eso póngale la firma.

Siempre hay un problema que lleva al ser humano a caer en manos de la droga, son problemas de exclusión social, de pobreza, violencia familiar.

Me reuní, inicialmente con temor, con integrantes de la barra Vinotinto y Oro, yo me reuní con ellos y qué experiencia tan bonita.

Percibí a jóvenes respetuosos, no podían creer que un rector los estuviera atendiendo.

Eso significa que son problemas de exclusión social.

Pero también tuve la oportunidad de hablar con ellos, de escucharlos, de estrecharles la mano; esos muchachos se sienten incluidos, así sea de momento.

Entonces creo que a esta población hay que incluirla socialmente. Y hay que actuar como maestros, hay que hablar con ellos, convencerlos... es inclusión social básicamente.

A mí me llamó la atención, mire que estos jóvenes cuando llegan a sus casas, a la hora que sea, se van directamente a su cuarto. No tienen un padre que hable con ellos, no tienen una madre que los escuche, que les pregunte cómo les fue.

En cambio en la Universidad encuentran un tipo que les dice ‘cómo le fue anoche’, ‘cómo está’.

A veces el amigo les da esas opciones que no se les da en la casa. Esa soledad, esa exclusión social, esos problemas familiares de la pobreza, eso genera y mire la sociedad que tenemos.

Entonces creo que no se debe satanizar esto sino entender que es un problema, un fenómeno que tiene la sociedad colombiana, y que detrás de eso, repito, está esa desigualdad social, esa sociedad injusta, inequitativa que hace un escenario propicio para esto.

El futuro de la Rectoría 

END: ¿Podría en caso de una crisis, la Superintendencia intervenir la Universidad?

JHM: No no, el Ministerio sí puede intervenir la institución, así como ocurrió con la San Martín. Y se va a crear la Superintendencia de Educación, el Gobierno tiene un año para crearla.

END: ¿Hoy se siente traicionado por quienes antes lo apoyaron?

JHM: No, traicionado no. Lo que sucede es que en las cosas del poder es normal que la gente aspire. Yo hace mucho tiempo leí Política para Amador, y hay cosas que como académico no sabía, como que la gente cuando está en el poder es capaz de hacer cualquier cosa.

Entonces la persona que está hoy amiga de uno, de pronto mañana ya no.

END: ¿Y en lo personal eso le está ocurriendo? 

JHM: Sí, yo creo que sí. Por eso esas son las cosas que le duelen a uno. Y eso se da porque también quieren llegar allá (rectoría).

END: ¿Usted va a aspirar a la rectoría?

JHM: No estoy seguro. Hay que esperar algunas cosas. No estoy seguro. También en mi familia. Debe estar por salir la convocatoria que la hace el Consejo Superior, habrá un periodo en el cual uno tenga que inscribirse, quién sabe si mi inscriba o no. Pero luego después habrá una consulta y ahí uno también puede decir no, son varias cosas.

Pero como le decía, quién sabe si esté. Yo de corazón quisiera seguir, porque yo quiero acreditar a la Universidad, eso lo tengo muy claro, de corazón.

Pero no es el objetivo central de mi vida, yo quisiera tener más tranquilidad, más facilidad y creo que puedo aportar muchas cosas en mi condición de profesor, porque me considero bueno como docente.

END: ¿Quiénes son los que quieren correrle la butaca? 

JHM: Digamos que va a salir mucha gente. Por ejemplo cuando dicen está mal asesorado, ahí existe algo de fondo y es que me están diciendo, oiga téngame en cuenta, yo lo apoyo pero téngame en cuenta. Son cosas normales, pueden ser presiones que estén ejerciendo.

No hay una persona más crítica que el mismo Herman y por eso he logrado construir mi hoja de vida académica. Yo no desconozco que hemos cometido errores como humanos, nos hemos equivocado, pero pienso que lo que hemos hecho académicamente por la Universidad en estos dos años ha sido mucho.

Que tenemos dificultades, todos los días se presentan problemas, todos los días... Por ejemplo ahorita hay una persona, no sé quién, que nos está rayando los carros en el interior de la Universidad.

Lo del hospital veterinario, el contrato estaba para entregar el 12 de mayo (2015) y ahí está que se matan quienes conforman el consorcio que está construyendo la obra.

END: ¿Usted tiene la oposición en el Consejo Superior?

JHM: La respuesta está articulada a la pasada respuesta. A mí me gusta mucho el pensamiento de Nelson Mandela, en la cual uno aprende a trabajar con la gente, independientemente si está o no con uno...

Yo creo que el país está lleno de odios, de polarizaciones y yo no sirvo para eso. Yo quisiera que mucha gente trabajara en un mismo sentido para sacar adelante la Universidad del Tolima, independientemente de lo que piensen, ese es mi pensamiento.

Yo en cuanto a eso soy de la línea de Mandela, me gusta mucho leer Lula Da Silva, a mí me da risa cuando uno ve a aquel ideólogo hablando y leyendo a Lenin. Yo prefiero leer a mis latinoamericanos. Nosotros tenemos buenos líderes, Lula Da Silva, Pepe Mujica....

END: ¿Detrás de estas protestas de la Universidad no estarían personas como las que distribuyen droga?

JHM: Existe gente que no quiere respetar el orden social, pero precisamente por eso, porque consideran que no se sienten representados, que han sido excluidos socialmente, y no respetan ningún tipo de autoridad.

END: ¿Usted se da cuenta de lo controversial que es como rector?

JHM: Sí, uno tiene que pensar. Yo tengo dos hijos, de 20 y 18 años, tengo familiares que terminaron en grupos al margen de la ley. Y uno se pregunta en qué momento.

Por ejemplo a mí me pasó con un primo. Cuando usted aún no tiene sus hijos los primitos son como hijos, uno los lleva, y era un niño al que yo iba al estadio por él y lo traía, y ese muchacho resultó malo.

Mire, resulta que ese problema no solo es de dinero, hay gente de buenos recursos que también es drogodependiente y es por problemas familiares.

Hace poco conocí el caso de un muchacho que vivía en el Campestre, con familia adinerada, y este muchacho resultó consumiendo droga, y con mamá sicóloga. ¿Qué necesidades económicas van a tener? 

Credito
REDACCIÓN EL NUEVO DÍA

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