Arriendo Social, aún muy lejos de los estratos bajos

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Los sueños y la ilusión de tener una vivienda nueva es todavía remota para los ciudadanos de ingresos bajos, que no tienen experiencia crediticia o capacidad de endeudamiento.

La ilusión de adquirir una casa propia llega hasta el área de análisis crediticio de las entidades financieras. Tal es el caso del programa del Fondo Nacional del Ahorro (FNA), Arriendo Social, que ha dejado el ánimo ‘desinflado’ a más de un ahorrador.

A pesar de que el Gobierno nacional lanzó la iniciativa con bombos y platillos en octubre de 2015, este se ve todavía lejos de las aspiraciones que tienen empleados y trabajadores independientes con ingresos bajos.

Inclusive, una fuente conocedora de los programas del FNA explicó que al ser una iniciativa relativamente nueva, debe “ser ajustada”, pues no estaría cumpliendo del todo con ese carácter social que destaca su nombre.

“El Arriendo social es el producto con el cual puedes acceder a tu vivienda nueva, en cualquier parte de Colombia, solamente con el pago del canon mensual del arriendo”, se indica en la página web del FNA.

Y se agrega: “Escoge la vivienda de tus sueños, ven al Fondo Nacional del Ahorro por tu Arriendo Social y solo con el 10% del valor del inmueble (canon inicial), comienzas a convertirte en propietario”.

Si bien esta información es verdadera, no es tan sencillo beneficiarse del programa. De hecho, para muchos ahorradores o afiliados al FNA ha sido una tarea imposible por el bajo monto de crédito que les ha sido aprobado.

EL NUEVO DÍA consultó al FNA en el Tolima para conocer a fondo la iniciativa, pero sus directivas señalaron que cualquier opinión referente al tema se debía consultar con la Dirección Nacional.

Así, EL NUEVO DÍA visitó la oficina del FNA como un cliente más y luego de hacer varias sumas y restas logró establecer que Arriendo Social no es como lo pintan y no le sirve a los ciudadanos de bajos ingresos, que no tienen casa propia.

Estos ahorradores, que por sus ingresos no están bajo la línea de pobreza extrema, tampoco pueden acceder a programas como el de las 100 mil viviendas gratis del Gobierno nacional.

De manera que quedan afuera de la ayuda asistencial otorgada a los más pobres y tampoco alcanzan a acceder a los créditos que prevén beneficiar a ciudadanos para la compra de vivienda VIP (Vivienda de Interés Prioritario) y VIS (Vivienda de Interés Social).

Una ilusión pasajera

César Augusto Rubio es empleado de una empresa en el Centro de Ibagué. A pesar de que se acerca a la edad de jubilación, no tiene casa propia y su ilusión es adquirir una junto con su esposa.

Sin embargo, solamente devenga un salario mínimo y luego de inscribirse en el FNA e intentar acceder a un crédito de vivienda, le informaron que le prestan solo 33 millones de pesos.

“Con esa plata no me alcanza para una vivienda de interés social, que está en 93 millones de pesos. De dónde vamos a sacar el dinero que falta”, cuestiona don César.

Y tiene toda la razón. Según el aumento del salario mínimo establecido para 2016, el valor máximo de la VIS se ubica en 93 millones de pesos, equivalente a 135 salarios mínimos mensuales.

Mientras el valor máximo de la VIP es de 48 millones 261 mil pesos (70 salarios mínimos mensuales). A don César no le alcanza para ninguna de las dos, aunque podría postularse a un subsidio de vivienda en una Caja de Compensación Familiar para obtener más recursos, pero aún así no le alcanza.

Este es solo un ejemplo de muchos en los que las personas con ingresos entre uno y dos salarios mínimos no alcanzan a beneficiarse de los programas de vivienda impulsados por el Gobierno nacional.

Y al lado de los bajos ingresos están los ciudadanos que están reportados en una central de riesgo y aquellos que no registran vida crediticia, que son descartados por las entidades financieras.

“A pesar de lo que dice el Gobierno, es muy complicado acceder a crédito de vivienda porque el estudio que hacen, lo deja a uno sin oportunidad. A mí me descartaron por no tener vida crediticia”, dice Óscar León.

Con 26 años de edad y un ingreso de un salario mínimo como empleado, Óscar asegura que le es imposible acceder a programas de vivienda porque nunca ha pagado un crédito y no aparece en los registros financieros.

Poniendo los pies sobre la tierra

Arriendo Social se dirige a quienes ganan de uno a cuatro salarios mínimos mensuales y que desean adquirir vivienda nueva y pagarla mediante canon de arriendo.

Se puede adquirir viviendas VIP y VIS, aunque antes el ahorrador debe afiliarse al FNA mediante un ahorro voluntario contractual o por cesantías.

Pero para evitar desilusiones, hay que analizar varios aspectos que debe tener en cuenta. El primero es que con Arriendo Social no se puede tener acceso a casi ningún subsidio planteado por el Gobierno nacional, excepto al de “la tasa de interés -según disponibilidad-”.

Así que deberá solicitar un crédito por el 90 por ciento del valor de la vivienda y para este monto, no aplica ningún subsidio como por ejemplo el de mi Casa Ya.

La razón, es que la vivienda queda a nombre del FNA mientras termina de pagarla. Es decir, usted será un arrendatario al tiempo que cancela las cuotas mes a mes.

Con respecto a esta condición, no se entiende por qué en la página web del FNA, en la sección Arriendo Social, todavía se indica que sí es posible acceder a subsidios.

“Sí. Es posible acceder a los subsidios del Gobierno nacional para adquisición de Vivienda de Interés Social y Vivienda de Interés Prioritario. (Según políticas y disponibilidad del gobierno)”, se lee de manera contradictoria en el portal.

Así las cosas, necesita que el FNA le preste en el caso de una VIS, 84 millones de pesos, mientras para una VIP, requiere un crédito por más de 43 millones de pesos.

En este sentido, debe saber que el crédito del 90% del valor está supeditado por su nivel de ingresos y su capacidad de endeudamiento.

De manera que si gana poco, le prestan poco, de ahí la razón de que muchos ahorradores del FNA soliciten el crédito y el valor aprobado sea inferior a sus expectativas y a lo que necesitan para completar el cierre financiero de una VIP o una VIS. (Ver ¿Me alcanza para una VIS o una VIP?)

Segundo, debe tener el 10% del total de la vivienda que desea adquirir. En el caso de las VIS, unos nueve millones 307 mil pesos, y para las VIP, cuatro millones 826 mil pesos.

Tercer aspecto importante: los pagos mensuales de Arriendo Social son con UVR, por lo que el valor de las cuotas que pagaría por su vivienda podrían aumentar con los años.

Considerando que el tiempo para pagar el inmueble va de cinco a 30 años, es imposible no pensar en un incremento de la cuota dada la incidencia de variables como por ejemplo la inflación.

¿Me alcanza para una VIS o una VIP?

Aunque ambos tipos de vivienda son destinadas a estratos bajos, la realidad es que cada vez más se alejan de la capacidad de compra de los ciudadanos de ingresos bajos, sobre todo las de rango VIS. En el caso de estas viviendas, una persona cuyo ingreso total sea de un salario mínimo ($689.454) no alcanzaría a acceder a un crédito por el 90 por ciento de su valor ($83’768.661). Para que le fuera otorgado un crédito por este monto y siendo un afiliado por cesantías al FNA, necesitaría un ingreso promedio mensual de unos dos millones de pesos. Si fuera un afiliado por ahorro voluntario, este valor inclusive podría aumentar.

Así que se quedan sin oportunidad para VIS los afiliados con ingresos entre uno y dos salarios mínimos mensuales. Muchos no se enteran de esto hasta que el FNA u otra entidad financiera les informa el valor máximo que le pueden prestar.

Postularse a otro programa que sí tenga subsidios u orientar su esfuerzos a la adquisición de una VIP podría ser una alternativa viable para estas personas. Para que le sea aprobado el 90 por ciento de una VIP ($43’435.602), un empleado afiliado por cesantías necesitaría contar con un ingreso promedio de un salario mínimo mensual en adelante ($689.454) y tener ahorrado cerca de cinco millones de pesos. En cuanto a un afiliado por ahorro voluntario, para que le presten el monto que necesita, tendría que devengar un millón de pesos en adelante y contar con el ahorro de cinco millones.

Faltan VIP en el mercado

En términos generales, por ser la más económica del mercado, una VIP es la mejor opción para ahorradores con ingresos entre uno y dos salarios mínimos que aspiran a adquirir vivienda a través de Arriendo Social. Sin embargo, esta opción también presenta contras. Lo primero es que el área de estas viviendas por lo general es muy reducida, por lo que si su familia es numerosa, lo mejor será hacer una solicitud en cojunto, es decir sumar ingresos entre toda su familia para acceder a una vivienda de mayor área; lo segundo es que en Ibagué la oferta VIP es baja y viene en descenso.

Según cifras de Ibagué Cómo Vamos, el número de viviendas VIS iniciadas en 2008 era de mil 188, esta cifra cayó de manera dramática a 337 en 2014. Estos datos indicarían que las opciones de proyectos VIP en la Ciudad Musical no son muy amplias frente a una demanda importante de ciudadanos necesitados por adquirirlas. Una razón de esta caída podría obedecer a lo argumentado por Félix García Motta, presidente de Camacol en el Tolima. Él, en reiteradas ocasiones, ha manifestado que la construcción de vivienda de interés social no es rentable para los constructores en buena parte por los elevados costos de la tierra y por otros asociados al desarrollo de estos proyectos.

Sin embargo, en el caso de la vivienda VIS, la diferencia en las cifras es del cielo a la tierra. En 2008 se iniciaron 208 casas de este rango, mientras en 2014 se registraron dos mil 802.

Credito
CRISTIAN CAMILO ARROYO MORA

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