Camilo Tafur, gerente de la Cooperativa de Lecheros de Purificación, aseveró que el abigeato es un delito que nunca ha dejado de golpear a los productores de la población ya que los semovientes que allí se pierden se los llevan para comercializarlos en municipios como Dolores, Villarrica y otras zonas del occidente del Tolima.
Tafur agregó que esos hechos no son nuevos, ni se están presentando recientemente, sino que ha venido afectando desde tiempo atrás a los empresarios ubicados en la margen occidental del río Magdalena.
Algo similar venía ocurriendo en Icononzo, así lo argumentó Alfonso Godoy, presidente de la Asociación de Ganaderos de dicha población, para quien durante varios meses el abigeato fue un problema diario.
La situación se hizo más complicada durante el mes de julio, época en la que fueron hurtados entre dos y tres animales en veredas y municipios aledaños como Carmen de Apicalá, Cunday y Melgar. Eso se debió al aumento del precio del ganado que se registra en esa zona y en todo el país, pero sobre todo en la carne.
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