Un informe del Instituto Geográfico Agustín Codazzi destaca que la ganadería ‘al rojo vivo’ está desbordada en el Departamento y advierte acerca de las implicaciones en materia ambiental que esto representa.

“Sin ser alarmistas, junto con la erosión y la deforestación, la ganadería es una de las principales enfermedades para el suelo.

“El constante pisoteo del ganado causa serios problemas de compactación en los terrenos, los cuales tardarían cientos de años en ser recuperados”, dijo Juan Antonio Nieto Escalante, director General del Igac.

Se le denomina ‘al rojo vivo’ a aquella ganadería destinada únicamente para el pastoreo intensivo, semi intensivo o extensivo.

El 26.7 por ciento de las tierras del Tolima cuentan con pastoreo intensivo, semi intensivo y extensivo, cuando solo el 1.2 por ciento alberga suelos con capacidad para soportar el constante pisoteo del ganado.

Según el Igac, en el Departamento solo 29 mil hectáreas tienen la capacidad para el desarrollo de la ganadería, pero están siendo usadas para esta actividad 646 mil hectáreas.

“Esto demuestra que la ganadería en el Tolima está totalmente desbordada, lo que incrementa su vulnerabilidad a presentar erosión, deforestación y derrumbes.

“Además, que los terrenos con capacidad agrícola o los que deben ser protegidos, están siendo destinados para esta actividad”, apuntó Nieto Escalante

En el escalafón de 32 departamentos basado en el número de hectáreas que pueden ser destinadas a actividades ganaderas, Tolima ocupa el puesto 15.

El listado es liderado por Casanare, cuya extensión le permite disponer de 780 mil hectáreas para esta actividad, sin embargo, solo usa 622 mil de ellas.

En Colombia

La situación en el ámbito nacional también es preocupante, señala el Director del Igac.

Colombia tiene 2.4 millones de hectáreas aptas para la ganadería, sin embargo están siendo destinadas 14 millones de hectáreas a esta actividad pecuaria.

Este resultado “indica un alarmante uso inadecuado y una extralimitada sobrecarga para el suelo, recurso natural encargado de garantizar la seguridad alimentaria”, destaca el Igac mediante un comunicado.

Problemas

El Igac explica que la compactación causada por el exceso de ganado genera una pérdida de la estructura del suelo y de la materia orgánica.

“Restringe la profundización de las raíces y el volumen de absorber agua y nutrientes; eso sin contar que disminuye los poros grandes del suelo, lo que limita el drenaje y afecta el intercambio gaseoso”, dijo el Director del Igac.

Sumado a lo anterior, la compactación afecta la actividad de los organismos presentes en el suelo, disminuye la descomposición de la materia orgánica, el aporte de nutrientes, la formación estructural, la permeabilidad y la infiltración de agua.

“Sin alternativas”

Frente al informe, el gerente del Comité de Ganaderos del Tolima, Carlos Gustavo Silva, argumentó que esta situación ha sido propiciada por la demanda del mercado y porque los productores no tienen otras alternativas rentables para desarrollar en sus predios. “No se les han dado las herramientas (recursos) necesarias para que estas personas tecnifiquen (el suelo)”, indicó. Sin embargo, dijo que desde el gremio se impulsan proyectos que involucran actividades que tienen como propósito “mejorar la capacidad de carga del suelo, es decir cuántos animales por hectárea se pueden tener”.

Asimismo, recordó que se adelantan programas de aplicación de sistemas silvopastoriles que incluyen acciones como la siembra de árboles en los potreros para mejorar la oferta forrajera y que permita concentrar un mayor número de bovinos por cada hectárea.

Cifra

2.4 millones de hectáreas es el área aproximada del territorio tolimense, según datos del Igac.