Los logros, los retos y las apuestas de la Cámara de Comercio de Ibagué

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Para Luis Alfredo Huertas, presidente Ejecutivo de la entidad cameral, la unión entre gremios, academia y Estado es la clave para impulsar el desarrollo regional en el Tolima. En entrevista, habló sobre el proceso administrativo que ha liderado, las polémicas que ha capoteado y los retos para este nuevo año.

EL NUEVO DÍA: ¿En estos cuatro años cómo consolidó la Cámara de Comercio?

LUIS ALFREDO HUERTAS: El comienzo del cambio inició cuando entró la Junta que acaba de terminar su periodo, porque tuvo la concepción clara de que la entidad no podía seguir siendo una institución de escándalos.

Ha sido fundamental la planeación estratégica en el tema empresarial: uno tiene que tener claro el mapa inicial de donde está, consolidando cifras, estudios y análisis económicos, sumado a un correcto funcionamiento de la Junta Directiva y un empoderamiento de los funcionarios. Esto ha llevado a que la Cámara esté trabajando en consolidar sus objetivos.

E.N.D.: ¿La Cámara qué significa en los contextos regional y nacional?

L.A.H.: En el contexto regional, es una institución vocera y doliente de las necesidades de los empresarios. Por eso no nos hemos quedados callados cuando tenemos que sentar nuestras posiciones, con argumentos y propuestas, y siempre escuchando no solo a las grandes empresas, sino a su inmensa mayoría que son las microempresas.

Y en el contexto nacional, las cámaras son fundamentales para la generación de desarrollo económico. En nuestro caso, estamos tratando de traer recursos a la región a través de proyectos productivos y buscar el relacionamiento con las instituciones del orden nacional porque hacia afuera es donde está realmente el crecimiento. Queremos que las empresas dejen de negociar entre las mismas empresas de la región y empiecen a ver los caminos nacionales e internacionales.

E.N.D.: Durante este tiempo, ¿cuáles son los hitos de la Cámara?

L.A.H.: El número uno, luego de tantos escándalos y dudas, fue devolverle la confianza a los empresarios sobre su institución, generando cercanía y escuchando de primera mano a los empresarios para plantear el futuro.

Otro hito importante es el relacionamiento con las administraciones Departamental y Municipal. Por un lado, en los dos primeros años ayudamos a la Gobernación con el Plan de Desarrollo y hemos trabajado con varios municipios, entre muchas cosas. Y con la Alcaldía hemos sido garantes de procesos y tenemos convenios de colaboración, pero hubo un momento de ruptura cuando arrancó el tema del aumento a los impuestos.

Otro hito importante, casi que negativo, fueron las más recientes elecciones de Junta Directiva, porque desgraciadamente se manejaron campañas intentando atacar, armando una cantidad de escándalos que destruyeron en términos de imagen y desconociendo la recuperación de la confianza, el hecho de haber generado posiciones y haber unido sectores empresariales. Habíamos podido tener unas campañas más propositivas.

E.N.D.: Hoy por hoy, ¿cómo está la relación con la Alcaldía?

L.A.H.: Tenemos y, seguramente, este año tendremos convenios de colaboración para trabajar en temas comunes, pero los impuestos es una de las cosas que más le duelen a los empresarios y por eso, al haber dado nuestra defensa, se generaron una cantidad de confrontaciones que generaron la ruptura de la relación con la Secretaría de Hacienda. Por ejemplo, no se ha podido hacer un censo empresarial en la ciudad.

Al final, la Administración manda y nuestro deber ha sido advertir los impactos económicos de esas decisiones y cómo afecta el tejido empresarial. Desgraciadamente el Concejo no ha tenido una seriedad para manejar los temas económicos.

Ahora, nos tocó sufrir la rivalidad del Gobernador y el Alcalde cuando en reuniones nos decían que si uno iba no acudía el otro. Los planes de desarrollo de las dos administraciones tienen muchísimas cosas en común, pero esa falta de trabajo en equipo nos afectó nuestra gestión empresarial.

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E.N.D.: ¿Cuáles son las apuestas de la Cámara?

L.A.H.: Necesitamos desarrollar nuevos negocios rentables para que las empresas puedan generar empleo y podamos tener mejores salarios en Ibagué. Bogotá, definitivamente, es un mercado al que tenemos que llegar con mayor fuerza, pero las empresas de Ibagué necesitan venderle a las empresas de la Costa, Cali o Bucaramanga.

Otra apuesta grande es la transformación digital vista desde dos puntos: la optimización de recursos para ser más productivos a través de herramientas digitales y la utilización de la tecnología para poder ser más competitivos. Por eso, en 2018 hicimos la transformación digital de la Cámara y tenemos la autoridad moral para ayudar a las empresas digitalmente.

Otra apuesta es continuar con lo que hemos venido construyendo juiciosos: unas metodologías, procesos y manuales que nos garanticen que independientemente de quien esté sentado al frente, se pueda continuar con la misma calidad y ofreciendo la misma transparencia en el manejo de los recursos de los empresarios.

E.N.D.: ¿Cómo le ha ido con el registro de los comerciantes?

L.A.H.: Lo voy a tomar desde dos puntos de vista. Por un lado, hemos facilitado el proceso de registro en cuanto a reducir tiempos, pero todavía está pendiente generar una figura de renovación de registro mercantil virtual, cosa no es tan fácil porque se requiere un buen número de datos y no hay cultura de transacciones virtuales.

Por otro lado, desde el punto de vista de las empresas registradas, tenemos un estancamiento. La renovación ha ido subiendo, las nuevas matrículas han ido decayendo y las cancelaciones han venido aumentando. Entonces, cuando uno mira el panorama entre 2017 y 2018, solo hemos crecido casi alrededor de 700 empresas.

E.N.D.: ¿Las reformas tributarias de los gobiernos Santos y Duque los han afectado?

L.A.H.: Sí. También corresponde a eso. Estos han sido años económicamente muy complicados debido a la reforma tributaria estructural de 2016, que dañó las estructuras de las empresas y no hemos podido levantar cabeza, porque golpeó el consumo con el aumento de los tres puntos en el IVA y le quitó clientes a las empresas.

Y la ley de financiamiento va a ser complicada. Al apretar tanto los impuestos locales y nacionales, van a matar a la gallina de los huevos de oro, que no son los grandes empresarios, porque ellos tiene su plata en otros mercados, sino los microempresarios que están arrancando y tienen que pagar, pagar y pagar.

E.N.D.: ¿Son tacaños los empresarios?

L.A.H.: No. Esa es una creencia del Secretario de Hacienda. Creo que todos los empresarios son conscientes de los gastos y cuando uno paga por un servicio, pues se exige. Ahora, cuando se pagan impuestos, uno espera verlos reflejados en obras y cosas que realmente le sirvan a la ciudad, pero se pagan para subir una nómina o para que desgraciadamente se roben la plata, porque esa es la percepción.

Tacañez es el que no quiere gastar sabiendo que tiene que gastar. Los empresarios son conscientes de la plata y saben el valor de conseguir los recursos, por eso no les gusta que les pidan a punta de impuestos para que se los malgasten.

E.N.D.: Existe la percepción de que al grueso de los empresarios no les interesa los temas de ciudad. ¿Le parece que es así?

L.A.H.: Los ciudadanos somos buenos en las redes sociales para opinar, pero somos perezosos para meternos en los temas de ciudad. Pero los empresarios sí son más involucrados que los mismos ciudadanos, porque están poniendo en riesgo su capital, su empresa, sus empleados, responde por más familias de las que realmente tiene y por eso le interesa que las cosas de ciudad funcionen.

Lo que pasa es que a veces terminan politizando el tema empresarial. No me gusta cuando se confunden los temas. Una cosa es ser consciente, apoyar y ayudar, y otra muy distinta es estar en carrera política.

E.N.D.: ¿Ha sido difícil mantener la independencia de la política?

L.A.H.: Cada vez que mencionan a la institución, casi que la personifican en el presidente Ejecutivo. Personalmente tengo una ventaja: mi formación es militar y, por lo tanto, soy apolítico. Mi única y verdadera política es cumplir mis objetivos. Estoy del lado de los empresarios, donde hay de todo, claramente.

Creo firmemente en que la solución a los problemas nacen de un tema económico, sin ser materialista. Es decir, la idea no es acabar con los ricos, sino acabar con la pobreza, generándole empleo, oportunidades, educación a las personas, y para todo eso se necesitan recursos que salen de la economía.

Para mí hay cosas de izquierda y de derecha buenas, pero hay que tomar lo mejor de cada lado. En lo personal no me interesa estar de un lado o del otro, sino que se vean resultados. Yo no tengo las habilidades para ser un político, pero sí las tengo para ser administrador. Sé, me gusta y disfruto administrar.

E.N.D.: ¿Siente o espera recibir el mismo respaldo que ha recibido de la nueva Junta?

L.A.H.: Creo que sí. ¿Que tenga respaldo o no?, nunca lo he tenido y lo digo en el mejor sentido. La Junta saliente me aprobó muchos proyectos y planes, pero me desaprobaron muchos otros que ustedes no conocen. Y ese es el deber de la Junta: con su criterio, decirle y hacerle caer en cuenta al administrador de las cosas buenas y las malas.

Yo aprecio más cuando me dicen las cosas malas de una idea, porque me la están mejorando o me están salvando de algo que no debía hacer. Creo en la inteligencia colectiva y mi forma de administrar es que sea un conocimiento compartido. Me gusta conocer el criterio y discutir. Yo no soy infalible.

 

¿Cómo lograr desarrollo y protagonismo como

región?

 E.N.D.: ¿Comparte esa visión un poco negativa de Ibagué que tiene Silverio Gómez, expresidente de la Cámara? ¿Cree que hay desgano de la élite empresarial actual? 

L.A.H.: Uno no puede hacer caso omiso a las cifras que enseña, pero también hace unas suposiciones que no son ciertas. Si hubiera un desgano, hace rato los empresarios se hubieran ido. Al contrario, los empresarios se levantan cada día a construir región donde las condiciones económicas no son las mejores.

Estoy de acuerdo con Silverio con que la ciudad tiene un problema de empleo y hace falta generar y atraer nuevas empresas, pero creo que su impresión del sector textil está un poco desactualizada y frente al sector arrocero creo que esta metiéndole un tema por ser el presidente de Induarroz.

Ahora, uno puede comparar porque hubo problemas y momentos de desarrollo diferentes. Es como comparar a nuestra ‘generación de la guayaba’ con los ‘millennials’ o ‘centennials’. 

E.N.D.: Según este escenario, ¿cuál es el reto para este 2019? 

L.A.H.: La unión. Creo que debe haber perfecta comunión entre las empresas, el Estado y la academia. Ese debería ser la solución real. Creo que las cosas no funcionan, porque no estamos en la misma sintonía, pese a que estamos trabajando en lo mismo, pero hay prioridades personales y egoísmos en las tres esferas que no dejan que el tema avance. El día que estemos alineados, como lo hizo Medellín o como lo está haciendo Pereira, en ese momento vamos a avanzar. De resto es cháchara.

Ibagué es una de las 13 ciudades principales, pero desgraciadamente no somos una ciudad que desde el punto de vista económico sea vista tan fuerte. Inclusive, ciudades como Bucaramanga, que en otra época era similar al crecimiento de Ibagué, desarrolló una estrategia y hoy se parece más a Medellín que a Ibagué. Por eso, no me parece justo ese ataque de la Alcaldía a la bancada tolimense. 

E.N.D.: ¿A qué se refiere? 

L.A.H.: Si algo resalto como un hecho político de 2018 fue la caída de las barreras entre los congresistas, generando una verdadera bancada tolimense unida y sin darle protagonismo a uno solo. Pero cuando la Administración habla despectivamente de la bancada, lo único que puede generar es división. La región no funciona si una de las piezas no engrana.

Claramente el representante Ricardo Ferro puede pensar diferente a Aquileo Medina o a Jaime Yepes, y seguramente se van a enfrentar en algunos temas, pero trabajan por una región. Eso es un buen ejemplo de lo que deberíamos hacer. 

E.N.D.: ¿Entonces cómo unir las agendas? 

L.A.H.: Sin darnos cuenta, estamos todos del mismo lado, pero no estamos unidos por egos individuales. La competencia no es entre nosotros, sino que está en Pereira o Bucaramanga. La Cámara ha afectado para bien la vida de muchos empresarios, así como lo han hecho la Alcaldía, la Gobernación y las universidades, pero eso podría haber crecido exponencialmente si los esfuerzos estuvieran combinados.

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Las críticas por la reciente elección de Junta

Directiva

 E.N.D.: En campaña, Tania Sierra criticó y solicitó información sobre unos viajes realizados a otras ciudades dentro y fuera del país. Usted, con base en sustento jurídico, no suministró esa información. Ahora que ella es miembro de la nueva Junta, ¿habría problema en dar a conocer esa información? 

L.A.H.: Por ley, tengo una confidencialidad y no estoy obligado. A la nueva Junta le voy a entregar la información, porque no hay nada que esconder. A Tania no le entregué la información porque la intención no era auditar los viajes internacionales, sino que quería tomarlo como el caballito de batalla de una sola campaña.

Las cámaras de comercio tienen un régimen especial, porque tenemos un presupuesto público y uno privado, que tienen su respectiva revisoría fiscal para la Junta. Los dineros públicos están reglados y no puedo hacer locuras financieras, por decirlo de alguna manera, mientras que con los dineros privados, con base en una buena administración y la rentabilidad, se pueden hacer las inversiones físicas, por ejemplo. Por eso no estaba obligado a contestarle a ella, pero una vez tenga el cierre financiero con mucho gusto le cuento. 

E.N.D.: Pero, en todo caso, ¿cómo va a hacer para manejar esos resquemores con ella? 

L.A.H.: Es que la relación con Tania ha sido siempre cordial. Creo yo, fui una de las primeras personas a las que Tania le contó que iba a participar en las elecciones. Es que veníamos hablando tranquilos y sin problemas, pero cuando ella me envió el derecho de petición, yo la llame y le dije ‘esto si no la entendí’.

Luego de mi respuesta, que fue redactada y revisada por los abogados, ella hizo una columna dando a entender que estábamos tapando algo. Entonces yo hice una columna diciendo que no voy a hablar en campaña y que con mucho gusto después. Sé que ella se molestó mucho, pero no creo que haya ningún problema o retaliación.

El verdadero fondo del tema no es contra mí, ni contra la Cámara, sino que es un problema familiar con su hermano (Andrés Sierra), que tendrán que solucionar ellos. Siempre lo he leído así. 

E.N.D.: En una de las dos impugnaciones en contra de la elección de la Junta se aduce que hubo un sesgo de parte suya... 

L.A.H.: Sin fundamento, en campaña decían que la Cámara solo trabajaba con empresas grandes y no con las pequeñas, pero cuando le mostremos a la nueva Junta lo que estamos haciendo y los resultados, ellos mismos van a decir que yo sí estaba mostrando la realidad.

Esa misma persona (Ernesto Conde) que hace esos planteamientos temerarios dice que son mentiras mis estudios y empleos. Es una persona que desgraciadamente tiene un conflicto. Ahora, siempre he recalcado que tuvo su derecho a impugnar, pero si no se demuestran sus planteamientos, hay líos. Puede decir todo lo que quiera, pero no es cierto. Nunca me metí ni participé en nada durante la campaña.

Credito
EL NUEVO DÍA

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