“Hay que ser ambicioso en el sueño, pero prudente en la decisión”: Jairo Arias

JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
A pesar de percibir una ciudad estancada económicamente, el empresario tolimense del sector textil apuntó a que la región tiene un gran potencial y conocimiento para crecer en los próximos años.

Contrariamente a muchos empresarios, Jairo Arias por la causalidad de la vida se vio inmerso en el mundo empresarial cuando tenía 41 años, (hoy tiene 60). Trabajó como comunicador social en el sector privado, pero ante la adversidad de quedarse sin empleo empezó a vender camisetas, así descubrió una oportunidad en la confección.

Con 45 años inició su propia empresa, Confecciones Líder, el comunicador quebró tres veces, comprometió sus ahorros y los de su familia, pero el tomar riesgos en los negocios lo llevó a posicionar su empresa como una de las más influyentes de la región en el sector textil.

El empresario dialogó con EL NUEVO DÍA sobre su visión de la ciudad en temas económicos, sobre su vida como empresario y acerca de la proyección de su empresa.

EL NUEVO DÍA: ¿Quién es Jairo Arias?

JAIRO ARIAS: Jairo Arias es un tolimense nacido en la cordillera en una pequeña población adscrita al municipio de Roncesvalles que se llama Santa Helena, allá estuve hasta los doce años, luego estudié el bachillerato en Ibagué y posteriormente me fui a estudiar comunicación social y periodismo a la Universidad Externado de Colombia.

Me casé con Jenny Ortiz ingeniera industrial y tengo un hijo de 16 años que está terminando la secundaria.

END: ¿Cómo termina un comunicador social trabajando en la industria textil?

JA: Somos (Jairo y su esposa) el resultado o el fruto de las circunstancias, el último trabajo que tuve fue en una cooperativa financiera que se llamaba Cooperamos, ahí estuve durante 10 años y me desempeñaba como director de comunicaciones y relaciones públicas.

En el año 2000 la cooperativa entró en proceso de liquidación y me quedé sin trabajo, así que me dirigí a un amigo, Iván Ocampo, que en ese momento era Gerente del Grupo Concalidad. Iván en ese entonces me dijo “si yo le consigo una cita a usted en Medellín, es capaz de ir a vender camisetas al Éxito”, yo le respondí que claro, y ahí inició un proceso de formación en mercadeo, y de conocer lo que es una empresa de confección.

END: ¿Cuál es el camino como empresario que ha recorrido?

JA: En 2004 me lancé con el aval de mi esposa a crear una microempresa, montamos con un amigo un local en la calle 27 con carrera Sexta que se llamaba ‘Uniformes y Dotaciones’, las ventas eran de tres millones de pesos mensuales. En ese primer año perdimos la mitad de los ahorros que yo había acumulado en 15 años.

En 2005, mi esposa tomó todos los ahorros de sus cesantías que eran en ese momento 45 millones para ayudarme a impulsar la empresa Confecciones Líder, yo digo que Jenny tiene más que una columna en esta empresa. Ese año nos fuimos a Medellín a buscar una empresa que confeccionara y así empezamos a hacer camisetas, conseguimos un diseñador, y ya después escogimos el Eje Cafetero como nicho de mercado.

Hacíamos 500 camisetas, yo las echaba en el baúl del carro y me iba a venderlas por los mercados de Armenia especialmente, en ese momento trabajaba con una persona, nadie más.

Era la locura, porque no teníamos una estructura, yo hacía todo, era el mensajero, confeccionaba, iba y vendía, la empresa era un caos. Con la entrada de una contadora pudimos cuadruplicar las ventas al siguiente año, ahí empezamos otro proceso.

Hasta el año 2008 estábamos haciendo camisetas y polos con otra marca que habíamos creado, Vixi. Pero ese año vino la segunda quiebra, el tema del mercado de las camisetas y los polos entraron en crisis, y no teníamos un horizonte claro del mercado.

Vendíamos la ropa con la marca Vixi en 100 pequeñas tiendas multimarca de todo el país, pero finalmente lo que nos llevó cerrar la marca en 2010 es que habíamos perdido 230 millones de pesos que eran los ahorros y las utilidades que la empresa había generado en los tiempo buenos.

END: ¿Cómo nace confecciones Líder?

JA: En 2008 nos veníamos enfocando en hacer uniformes para dotación de todo tipo ya como Confecciones Líder. Entonces le apuntamos a Bavaria.

Estuve de abril hasta octubre llevando y trayendo diseños, hasta que un día le dije a la jefe de compras, que si nos iba a comprar o no, a los ocho días nos montaron la primer orden de compra por 11.000 camisetas para Costeñita y eso nos abrió otro camino, otro escenario.

Fuimos empezando a ganar mercados, en el año 2010 pudimos por fin registrar la marca Confecciones Líder.

Entramos al mercado petrolero, esa fue la salvación, porque todo lo que habíamos perdido en 2010 lo recuperamos en 2011, fue una apuesta muy interesante, a partir de eso la empresa empezó a tomar otro aire.

Hay dos elementos que son los pilares de esta empresa, la innovación y el riesgo para hacer empresa, no hay otra sino lanzarse al agua.

END: ¿Cómo está su empresa actualmente?

JA: La empresa tiene el certificado de Sistema Integrado de Gestión de Calidad, y con preocupación lo digo, somos hoy la única pyme (pequeña y mediana empresa) en el Tolima que tiene esta certificación.

La empresa no está terminada, tenemos muchos retos todavía que resolver, pero el certificado nos ha permitido expandirnos a nuevos mercados, hoy somos un pyme que vende a empresas de alto perfil en Colombia del sector petrolero, minero, de alimentos.

El Grupo Femsa es uno de nuestros clientes desde el año 2010, y estamos estructurando una alianza con ellos directamente en México para vender calzado industrial, tenemos al Parque del Café, a la Organización Roa Florhuila, entre otras, a las que les vendemos toda la dotación industrial.

Hemos venido explorando mercados nuevos, uno de ellos Chile, pudimos enviar alrededor de 6.000 mil prendas, 600 dólares en ganancias, algo muy pequeño pero significativo en cuanto la necesidad de estar mirando otros mercados.

Desde el año pasado por cuenta nuestra y con el apoyo de ProColombia hicimos una serie de talleres de formación, dentro de un estudio de mercado identificamos un producto, los uniformes médicos, los cuales vamos a empezar a vender a través de la plataforma Amazon.

La cantidad de prendas que hoy hacemos pueden corresponder fácilmente a 200 referencias distintas, polos, cachuchas, dotación industrial, uniformes, etc.

END: ¿Bajo qué valores fue formado?

JA: Para llegar a donde estoy yo creo que el pilar fue la familia donde me críe, mi papá es de Aguadas - Caldas y mi mamá es de Rovira, en Santa Helena éramos comerciantes, teníamos una tienda de abarrotes donde se vendía de todo. Yo me críe en ese ambiente de niño, en medio de montañas, por eso quiero tanto la naturaleza, los bosques.

END: ¿Cuál es su percepción del panorama económico de la ciudad?

JA: En términos generales veo una ciudad realmente estancada, una ciudad que no encuentra un camino, que no tiene en su economía procesos de manufactura, aquí las grandes empresas que habían ya se fueron, no hay las condiciones propicias para que esta ciudad rompa este ciclo de adormecimiento empresarial y económico en el que estamos.

END: ¿Cómo evalúa el papel desempeñado por los gobernantes de turno?

JA: En el sector textil debo reconocer que el apoyo del Gobernador del Tolima ha sido fundamental para la consolidación de Ibagué, Negocios y Moda, gracias a ese esfuerzo nosotros logramos en la feria finiquitar un negocio para producirle a una empresa 23.000 mil jeans, eso es que suene la registradora.

Desde la Alcaldía ha habido un apoyo, pero no ha sido sistemático, y con todas las medidas que el Alcalde ha tomado de orden tributario, pues la afectación al sector ha sido muy alta.

END: ¿Cómo ve el gremio de los textiles en la ciudad?

JA: Veo un gremio con un potencial en cultura muy grande, el saber hacer, hay un conocimiento sobre confección muy grande, que si seguimos por esta senda que se ha trazado de organización gremial la ciudad va a tener unos buenos tiempos, pero es necesario el acompañamiento público, el escenario no obstante es difícil pero hay buenas oportunidades.

Preguntas y respuestas

END: ¿Qué papel juega su familia para usted como empresario?

JA: Soy profundamente creyente en Dios, siempre le pedí que me ayudara a encontrar una buena esposa y me encontré con Jenny, la única herramienta que tuve para enamorarla fue la palabra. Tomamos la decisión de casarnos, después nació Juan Manuel que es nuestro sol y se ha levantado en un ambiente de sensibilidad humana de amor y respeto a la naturaleza, y de valores también.

END: ¿Quién es el empresario que más admira?

JA: Hay empresarios que he conocido que realmente me generan toda la admiración, uno de ellos Iván Ocampo, con quien me formé, la otra persona es Isaac Lozano el propietario de Monarca, son muchos, César Ramos, Julio Mendoza, me disculparán que no los nombre a todos.

END: ¿Qué significan sus empleados para usted?

JA: Mis empleados son como una extensión de nuestros sueños, aquí hay un joven que entró como auxiliar de corte, el cargo más básico que hay, le vimos las capacidades y hoy con una beca que le dio la empresa esa persona es un profesional en mercadeo internacional. El compromiso es cierto y es real, porque no tiene razón de ser que en una empresa solo sus dueños vayan adelante y los demás estén mirando, estamos intentando construir un modelo de gestión humano.

END: ¿Qué persona fue fundamental para su crecimiento como empresario?

JA: Jenny, mi esposa, tiene una mirada distinta, siempre he estado atento a sus comentarios, que son incluso contrarios a mi perspectiva pero me sirven para pensar que siempre hay que mantener un premisa, hay que ser ambicioso en el sueño pero prudente en la decisión.

END: ¿Cómo fue su paso por el sector público?

JA: En 2002 el alcalde de Ibagué de esa época Jorge Tulio Rodríguez, me invitó a que entrará a trabajar con él, estuve hasta el 2003 desempeñándome como Secretaría de Apoyo a la Gestión, era un sueño que tenía, el de conocer cómo funcionaba el sector público.

END: ¿Con qué capital inició?

JA: Alrededor de 300 millones de pesos.

Credito
EL NUEVO DÍA

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