El estudio fue realizado por Santiago Rodríguez, profesor de la Universidad de los Andes. El académico tomó la base de datos de todas las operaciones de crédito bancario realizada en los últimos cuatro años en el país.

Dos de cada tres créditos fueron adquiridos por personas de entre los 26 y los 35 años de edad.

“Una de las motivaciones para tener casa propia es el tema de tener una estabilidad y seguridad a nivel personal y familiar. Estamos encontrando que el sueño de tener vivienda propia es vigente. En particular, cuando miramos las edades, el rango de 26 a 35 años se lleva 36% de los nuevos créditos”, señaló el académico.

Las personas de 36 a 45 años tomaron el 30% de los créditos, mientras que quienes van de 46 a 55 años adquirieron el 16%.

Otra cifra arrojada por el estudio es que, en el mismo periodo de los últimos 4 años, el 60% de los créditos lo tomaron personas de los estratos 1, 2 y 3. De estos estratos socioeconómicos, el 3 realizó el 37%.

El 57% de los créditos se ubicó por debajo de los 120 salarios mínimos, es decir, por montos menores a los 100 millones. Esto indica que un gran porcentaje de los préstamos corresponde a viviendas de interés social.

El 21,7%, uno de cada cinco, le es otorgado a personas que devengan menos de dos salarios mínimos legales vigentes al mes.

“Esto significa que los créditos no están siendo otorgados a grandes acreedores, sino que realmente hay acceso real de crédito de vivienda por personas de menores ingresos”, dijo el profesor Santiago Rodríguez.

El estudio demostró que la inmensa mayoría de las personas que accedieron a créditos tenían experiencia previa.

De los préstamos otorgados entre enero del 2018 y junio del 2019, el 99,6% se les aprobó a personas que tenían experiencia en cuanto a la solicitud de créditos.