“Ibagué va a tener una oportunidad en la buena relación que exista entre Gobernador y Alcalde”: José A. Sierra

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
Uno de los empresarios más influyentes del Tolima le contó a El NUEVO DÍA cómo creó empresa, su visión sobre la economía de la ciudad y se refirió al papel que desempeñan los gremios.

La resiliencia es tal vez la palabra que define a José A. Sierra, un visionario para los negocios que no se conformó con ser empleado y a sus 33 años fundó su primera empresa. Estuvo asediado por guerrilleros y paramilitares, se sobrepuso a perder su capital en la avalancha de Armero, y hoy tiene cuatro de las empresas con mayor crecimiento en la región y el país. 
Aunque ya contempla el retiro, a sus 73 años sigue trabajando como lo hizo desde niño cuando le ayudaba a su padre, ahora no a la cabeza de una tienda sino de Sierra Pineda S.A.S. que está entre las 15 empresas más grandes del Tolima. El empresario dialogó con EL NUEVO DÍA sobre su capacidad de resiliencia ante las crisis, habló de los gobernantes salientes y los que inician mandato. 

¿Quién es José A. Sierra?
Soy orgullosamente tolimense, nací en Anaime un corregimiento de Cajamarca. Desde muy pequeño he logrado, por fortuna, sobreponerme a circunstancias difíciles, quedé huérfano de madre a los cuatro años y cuando tenía 12 fuimos desalojados del territorio y tuve que interrumpir mis estudios y venirme aquí a Ibagué con mi padre. 
Hice el bachillerato en un colegio que se llamaba Francisco José de Caldas y posteriormente hice unos semestres en la Universidad del Tolima de Administración de Empresas, no la terminé, eso cuando ya estaba trabajando en una empresa que afortunadamente me dio la oportunidad de conocerla desde toda la trazabilidad, entré como almacenista y logré terminar como gerente, estoy hablando de Colombina. 

¿Cómo logró en 13 años llegar a ser gerente de Colombina?
Uno nace con intuición pero el rol lo va llevando a uno a conocer nuevas oportunidades, terminé siendo gerente porque estuve tanto en la parte administrativa como en la parte comercial. 

¿Por qué decide dejar de ser gerente de una compañía global y crear su propia?
Siempre quise ser independiente y me veía con la fortaleza de poder crear mi propia empresa, tuve muy claro que no quería seguir siendo empleado y me sentía con la confianza de emprender. Fue así como en septiembre de 1979 inicié la empresa, (Proandina) de distribución de productos de consumo, aprovechando el conocimiento que tenía de la idiosincrasia del cliente, contamos con la fortuna que todavía este era un canal muy incipiente y de alguna forma le apuntamos a lo que tenía que ser.

¿Cuándo se empieza a dar el pico de su empresa familiar?
En 1988 tuvimos la oportunidad de fundar una empresa de transporte (Servinaltra), como quiera que ya teníamos algunas vehículos, igual, vimos la oportunidad en ese mismo año de hacer productos de marca propia y fundamos una empresa de productos de transformación del arroz, Procecol.
En 1994 seguíamos con una marcha creciente, nuestro portafolio también empezó a ser más amplio y ya teníamos un soporte logístico, teníamos muchos más clientes y proveedores. 

¿Cuál es la decisión más difícil que ha tomado como empresario?
Me falta aún tiempo para tomarla, cada paso que he dado ha sido con mucha decisión, porque he pensado no solamente en cómo crecemos sino en cómo nos defendemos de las contingencias que se nos presentan. 


Se cumplieron 34 años de la tragedia de Armero, ¿cómo lo marcó este episodio tan desafortunado?
Tuvimos un revés grandísimo cuando sucedió la avalancha, Armero estaba entre las tres ciudades más importantes que teníamos, quedamos con un endeudamiento importante, y desaparecieron los compromisos comerciales. Pero tuvimos el reconocimiento de los proveedores que nos dieron más plazos para pagar, diferimos los créditos y logramos salir adelante, ya la empresa era solamente familiar. 

¿Cómo evalúa el papel de los mandatarios salientes?
El Gobernador es una persona de la que no tenemos reparos, pues tampoco estuvimos tan dependientes de las decisiones departamentales. Tampoco con el Alcalde, se decía que no quería mucho a los empresarios pero no tuvimos dificultades.

¿Y qué piensa de los electos?
Creo que si nosotros pensamos positivamente Ibagué va a tener una oportunidad muy grande en la buena relación que exista entre Gobernador y Alcalde, en eso gana la región y la ciudad. 

¿Están trabajando bien los gremios económicos?
Nos ha faltado contundencia de hecho en los gremios, esperamos que ahora haya cambios porque los relevos producen buenas actitudes, hasta el momento estamos adormilados con lo mismo. Nos falta ser más unidos y apoyarnos más. 

¿En qué punto está Ibagué económicamente?
Tenemos que aprovechar la vocación de la ciudad, hay mucho por hacer, tenemos que mirar cómo romper ese alto desempleo e informalidad que estamos teniendo. Espero que estos gobernantes de turno vean de alguna forma las excepciones tributarias para atraer empresas de otra parte. 
En el turismo tenemos el potencial de visitantes como es Bogotá y no tenemos que ofrecer, hay buenos restaurantes y hoteles pero no tenemos que mostrarle a la gente. En la parte agroindustrial hay una visión diferente, ya estamos exportando aguacate, seguramente próximamente cacao, uchuvas, hay que copiar ideas de otros departamentos. 

¿Cuál fue el momento más difícil a nivel empresarial?
Llegó una situación muy crítica y es la presencia de la guerrilla, esto nos generaba mucha vulnerabilidad porque estábamos yendo al sur del Tolima, al Huila, al Caquetá, zonas difíciles, tuvimos problemas de extorsión, de retención de vehículos, de personal, fue tan delicada que nuestros hijos tuvieron que salir del país en el 2.000 por las amenazas que teníamos. 
En 2.002 hubo un repliegue de la guerrilla, con el accionar en ese momento del nuevo Presidente, pero surgió el paramilitarismo y de nuevo las extorsiones, estuvimos a punto de botar la toalla pero de nuevo con resiliencia y volvimos a sacar adelante la situación. 
El acompañamiento, el sentido de pertenencia de nuestros empleados, el trabajo con nuestros proveedores y nuestros clientes nos motivó de tal manera que seguimos el rumbo que traíamos. 

Proandina es su músculo financiero más importante, ¿dónde opera actualmente?
Actualmente estamos en Tolima, Huila, Caquetá, Putumayo, Suroccidente de Cundinamarca, Oriente de Caldas, y el corredor del Magdalena Medio. Manejamos 30 casas comerciales, con más o menos 4.000 referencias de productos, eso nos ha permitido no tener pérdidas en los últimos años.

Van a inaugurar el Strategik Parque Empresarial, ¿cómo se da este negocio?
En 2015 vendimos las instalaciones de Proandina que estaban en El Papayo y con ese dinero y otros, y tratando de diversificar el negocio compramos este terreno aquí en el kilómetro 11 vía al Espinal. Fue pensando en hacer algo que no fuera a tener los ‘huevos en la misma canasta’ y entonces construimos lo que hoy estamos sacando adelante que es Strategik Parque Empresarial.

Los discounters se fortalecen en Ibagué, ¿cuál ha sido el impacto?
Este canal ha sido golpeado fuertemente por los discounters, muchos de los negocios cerraron por temor y aquí lo que hay que buscar son los esguinces a ese modelo, porque llegaron para quedarse. El problema es nuestro, ellos no tienen fruver ni cárnicos, muchas veces los mismos negocios no hacen ofertas, pero hay una ventaja grande de los pequeños supermercados y tiendas que es el contacto directo con el cliente. 

 

Preguntas y respuestas

¿Cuántos empleos generan actualmente sus empresas?
Creo que tenemos unos 260 empleos directos, porque indirectos hay una buena cantidad. 

¿Qué significa para usted sus empleados?
Es el alma y la vida del negocio, la parte humana para nosotros es fundamental, si no fuera por nuestros colaboradores no tendríamos empresa. 

¿Qué valores le heredó a su padre como comerciante?
Tuvo mucho que ver, me formó con mucha honorabilidad y disciplina. 

¿Con qué capital inició su empresa?
Iniciamos con la liquidación que me dio Colombina y unos ahorros que tenía del 50% de un vehículo que vendimos, pero cree esto en una estrechez total desde la parte económica. 

Ha heredado a sus hijos su vena empresarial, ¿cómo ve la vocación empresarial de ellos?
En el caso de Tania la hija mayor quiso ser política, Andrés el segundo es muy gremial pero metido en la parte empresarial ya en el manejo del Parque y tiene el relevo generacional con respecto a Proandina y Servinaltra, y Catalina la menor es quien nos maneja en este momento la parte de producción. 
Mi señora Luz Mila Pineda también es muy activa, es la cabeza más visible en Servinaltra.

¿Qué es lo que más disfruta hacer cuando se aísla de los negocios?
He sido muy disciplinado, fui boxeador, nadador, futbolista, ciclista, tenista incluso de competencia nacional, hoy en día juego golf y monto en bicicleta todos los días por lo menos una hora. 

¿Desde qué edad trabaja?
Desde muy pequeño, estaba estudiando pero simultáneamente tenía que trabajar, mi papá era agricultor y como tal yo tenía que acompañarlo. Cuando llegamos a Ibagué trabajamos en la venta de frutas, verduras, productos que trajimos de Anaime, ahí empezó la vocación para los negocios. 

Credito
EL NUEVO DÍA

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