El rovirense que visionó Doraditos & Sazón, una marca que se expande

Crédito: Hélmer Parra / EL NUEVO DÍA Jamir Barón compró hace 12 años Doraditos & Sazón, el único punto que existía era el de la calle 11 con carrera Quinta, hoy tiene 13 sucursales.
Jamir Barón es dueño de uno de los restaurantes que más ha crecido en los últimos años en la ciudad, y como todo emprendedor su camino no fue fácil, tras ser empleado por 24 años le apostó a hacer empresa en el Tolima.
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La constancia y las ganas de ser independiente llevaron a Jamir Barón Murillo, tras toda una vida dedicado a la panadería, a invertir sus ahorros en un negocio para el que fue visionario. El dueño de Doraditos & Sazón arrancó en un pequeño local en la calle 11 y hoy tiene 12 sucursales más donde comercializa el tradicional pollo broaster del que guarda la receta como su mayor tesoro. 

Detrás de la empresa tolimense que encanta a los comensales, está la historia de Jamir Barón, un rovirense de 50 años a quien el esfuerzo y la disciplina lo ha llevado a consolidar un negocio que se abre camino en la región a pasos agigantados. 

EL NUEVO DÍA diálogo con el Barón sobre el crecimiento de su empresa, su vida y sus valores. 

EL NUEVO DÍA: ¿Cuál es su historia Jamir, cuéntenos un poco de su vida?
Jamir Barón Murillo: Soy de Rovira pero me radique aquí en Ibagué en 1977, estudié el bachillerato de noche y trabajaba de día, así me tocó siempre. En ese tiempo ya tenia perspectiva de comerciante, vendía frutas, lotería, periódico, desde pequeño me desenvolví en el comercio. 
Ya a los 15 años ingresé a una panadería, me recibieron limpiando latas, me fue muy bien y alcancé mi grado de bachiller a la par. De ahí me incliné por la panadería, hice cursos en el Sena y me especialicé, me dirigí al Eje Cafetero a trabajar en panaderías donde igualmente aprendí lo que era el manejo de un negocio. 

E.N.D.: ¿Cómo inicia su etapa de empresario?

J.B.M.: Tras 15 años de ser empleado quería ser independiente, regresé a Ibagué en 1999 y monté un panadería en el Jordán Novena Etapa, la tuve durante cuatro años y alcancé a tener otras dos. 
Después me salió la oportunidad de viajar España, tenía todo listo pero no pude salir del país por cuestiones familiares. Eso me llevó a recorrer casi media Colombia mirando donde colocar nuevamente una panadería, no porque hubiera sido un fracaso las que tuve, sino por el contrario, el negocio era un éxito y pensaba crecer más. 

Retorné a Ibagué después de un año de recorrido, porque me empapé de cómo funcionaban los negocios y llegué a la conclusión  de que se necesita de mucho apoyo en otra ciudad para que alguien le brinde confianza.

E.N.D.: Trabajó sobre todo en panaderías, ¿cómo terminó siendo propietario de Doraditos & Sazón?

J.B.M.: Ya llevaba 24 años trabajando con panadería y estaba un poco agotado, casualmente en ese tiempo se me presentó la oportunidad de comprar lo que hoy en día es Doraditos & Sazón. Para ese tiempo, en 2008, se llamaba Tertulia & Sazón y quedaba en la calle 11 con Quinta frente a la Universidad Cun, fue el primer punto y hoy sigue allí. Cuando lo compré era un negocio muy pequeño y asimismo vendía, pero ví en el momento que era la empresa que quería.

Como el local era arrendado, pensé, si de aquí me sacan qué hago, entonces decidí empezar a manejar las sucursales y así nació Doraditos & Sazón de la calle 16 entre carreras Tercera y Cuarta, el cual fue mi segundo punto, de ahí fui montando las otras. 

E.N.D.: ¿Cuál es la clave de su producto que tanto les gusta a los ibaguereños?

J.B.M.: Me vendieron una fórmula desarrollada a un 40% de lo que hoy es en día. La tengo ciento por ciento mejorada, a la inicial le faltaba mucho más estudio e investigación.

Y la seguimos mejorando, es un fórmula con más de 13 ingredientes, a parte de que es un pollo fresco que nos provee una empresa tolimense.

E.N.D.: ¿Cómo se proyecta como empresario y su empresa?

J.B.M.: La idea es no parar, de aquí a mañana contar con sedes propias, que no tenga que arrendar locales. Además se me han abierto las puertas a medida que la marca ha ganado reconocimiento, por lo que me han ofrecido arrendar muchos locales en varios municipios. 

En Neiva he estado viendo locales, y Bogotá me ha gustado, allá hay un nicho de mercado muy grande al que quiero apostar. 

E.N.D.: ¿Y actualmente cuántas sucursales tiene?

J.B.M.: En Ibagué tengo 12 puntos y en Mariquita tengo otro más grande con atracciones de diversión para los niños, es otro estilo. 

E.N.D.: ¿Cuántos empleos genera su marca?

J.B.M.: Contratamos directamente 33 empleados que manejan los puntos y de ahí en adelante generamos muchos más empleos indirectos.

En las sucursales la mayoría son mujeres cabeza de familia, algunas estudian, en sí, siempre se ha tenido un excelente personal.

E.N.D.: ¿Con qué capital arrancó?

J.B.M.: El negocio me costó 19 millones y obviamente con los cambios que le hice se valorizó. Lo compré con unos ahorros que tenía, y cómo son las cosas de mi Dios, iba a comprar con esos dineros una buseta de transporte municipal. 

E.N.D.: ¿Cómo ve la economía de la ciudad, hay condiciones para crear empresa?

J.B.M.: Sí, nuestra Ibagué es muy querida, nos falta progreso en muchos aspectos, pero en cuanto ambiente para crear empresa hay condiciones con un sector financiero ya consolidado y que le presta a la gente.  

E.N.D.: Ha tenido un crecimiento muy rápido en poco tiempo, ¿le han propuesto comprarle la empresa?

J.B.M.: Sí claro, me han hecho muchas ofertas, qué cuánto vale, qué cómo es, igualmente se han llevado una sorpresa cuando se les habla que para montar un negocio con la infraestructura, todo lo que conlleva Doraditos & Sazón, estamos hablando alrededor de unos $150 millones de pesos, porque es publicidad, decoración, freidoras y demás. Eso en el caso de las franquicias.

Claro que es un poco complejo porque es poner mi marca y producto en manos de otra persona y a veces es mejor seguir solo.

Inclusive, hay un mexicano que quiere comprar toda la empresa, le hice la propuesta y vamos a ver, pero igual la idea es seguir trabajando y crecer más, llegar a tener mis propios locales es muy importante.

E.N.D.: ¿Y a qué cree que se deba su éxito a parte de la fórmula de la receta?

J.B.M.: Donde ví que estaba la falla era en la fachada de lo que compré, eran cosas muy viejas, no había nada renovado. Eso me hizo pensar que mejorándolo me iba a ir mejor, por eso en este momento los puntos los tengo en remodelación, se van a modernizar, y es lo que quiero que la gente vea, que estamos en constante cambio. 

Igualmente el esfuerzo, cuando inicié trabajaba 18 horas al día, me daban las 2:00 a.m. arreglando pollo para el otro día para que quedará más rico y cogiera más sabor, era todo muy manual y aún lo es.

E.N.D.: ¿Qué valores le heredó a su padre?

J.B.M.: Mi papá era lotero, comerciante, tal vez él me transmitió lo de trabajar independiente, porque así no hay límites en ningún sentido y se puede crecer.

E.N.D.: ¿Qué consejo le daría a quién quiere iniciar empresa?

J.B.M.: Fundamental la dedicación y el comportamiento, por ejemplo, para mí la rumba no existe y muchas veces me abstenía de estrenar ropa, pero así tiene que ser para cosechar los frutos. Y ahorrar, la gente se gana 10 pesos y se gastan 20, yo me ganaba 10 y guardaba cinco. 

E.N.D.: ¿Qué le gusta hacer cuándo no está trabajando?

J.B.M.: Lo mío ha sido el fisiculturismo y la natación, me ha ayudado mucho para manejar el estrés laboral.
  
E.N.D.: ¿Va a manejar otras líneas de negocio?

J.B.M.: Voy a incursionar con el restaurante gourmet, con el cual inicialmente buscamos tener un ambiente diferente al que se viene manejando con el pollo, ahora vamos a contar con una terraza en donde se le va a ofrecer al cliente mucha más comodidad y un menú de parrilla entre otros platos. 
El lanzamiento de este punto será el 30 de marzo en la sucursal de la calle 60 con carrera Quinta.

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Credito
EL NUEVO DÍA

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