“En Ibagué necesitamos empezar a tener sentido de regionalismo”: Juan Carlos Parra

Juan Carlos Parra.
Crédito: HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
Juan Carlos Parra, joven ibaguereño que hace parte de la nueva generación de empresarios, habló de la historia de su empresa y cómo la proyecta, también se refirió al rumbo que debe tomar la economía de la capital tolimense.
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Una de las primeras tiendas de café de Ibagué nació como el sueño de la familia Parra Roldán, sueño que se convirtió en empresa y hoy es referente de la cultura barista y cafetera de la ciudad.

Juan Carlos Parra junto a Gonzalo Andrés Parra, crearon Jus’so Café, espacio desde el cual proyectan ciudad, quieren fomentar el turismo y la apuestan al regionalismo empresarial.

En esta ocasión, Juan Carlos Parra, diálogo con EL NUEVO DÍA sobre su empresa familiar, cómo la proyectan y su propuesta para que la economía de la ciudad se mueva.

EL NUEVO DÍA: ¿Quién es Juan Carlos Parra Roldán?

Juan Carlos Parra Roldán: Soy ibaguereño, estudié en el Gimnasio Campestre desde párvulos hasta Once, y posteriormente cursé estudios de Ingeniería Civil en la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito.

Después empiezo a trabajar en Bogotá como ingeniero civil, y en ese momento mi hermano compra la casa de La Pola donde actualmente queda Jus’so Café.

Al tiempo, termina mi contrato en Bogotá y me devuelvo, iba a colocar un local de ropa que tenía como nombre inicial Jus’so pero finalmente me integro a la tienda de café de la familia, y de ahí el nombre.

Duré un año trabajando en el café, fuí barista, mesero, de todo hice, durante ese tiempo me enamoré del negocio, mientras ahorraba para viajar a Alemania para realizar una maestría.

E.N.D.: ¿Finalmente se instala en Alemania?

J.C.P.: Viví en Alemania un año, y ya estando allá me enamoro aún más del café, sobre todo de la dinámica de consumo, lo que significa culturalmente, mientras en Colombia significa producción y exportación y pare de contar.

Ver esa experiencia de consumo de café de especialidad me obligó a dejar mi objetivo de viaje, me abrió la mente y dije me devuelvo para Colombia, donde ya tenía una plataforma creada. Al llegar acá me dedico ciento por ciento a Jus’so Café.

E.N.D.: ¿Cómo nace Jus’so Café?

J.C.P.: Es a raíz de quienes somos, mi mamá es antioqueña y el café siempre ha sido muy importante en su vida, y en casa siempre tomábamos buen café como parte de la dinámica familiar.

Y nace el espacio en La Pola donde colocamos la cafetería que siempre fue el sueño de mi mamá.

De ahí viajamos a Salento para buscar ayuda, y un señor que se llama Jesús Bedoya ‘Chucho’, que en el mundo de cafés de especialidad es una eminencia en todo el Eje Cafetero, nos enamora del mundo del café y se vuelve nuestro mentor. Él nos dijo cómo montar el café, nos enseñó del barismo e hicimos el lanzamiento de la tienda junto a él, así inició el sueño.

E.N.D.: ¿El café que manejan es tolimense?

J.C.P.: En el desarrollo de Jus’so fuimos creciendo y nos tuvimos que desligar de ‘Chucho’ como proveedor, que nos daba la materia prima, pero era café de Quimbaya (Quindío), y aquí nos empezaron a preguntar por el café del Tolima.

Es así que desde hace tres años empezamos a trabajar con Jairo López, un productor del Cañón del Combeima, un tipo muy juicioso con una finca de 15 hectáreas muy organizada, y se volvió nuestro primer proveedor de café 100% tolimense.

Y ahora estamos cerrando una alianza con otro productor que se llama Milton Monroy de la finca San Pedro, que queda en China Alta.

E.N.D.: ¿Y cuál es el impacto de trabajar con caficultores de la región?

J.C.P.: El caficultor tiene que tener un trabajo muy juicioso para que el impacto ambiental que genere sea mínimo, cero contaminación en afluentes hídricos, se hace compostaje con todos los materiales sólidos y descarga orgánica de las aguas mieles del café, entre otras medidas, eso para nosotros es fundamental.

Ya el trabajo que hacemos nosotros es pagar un sobreprecio al caficultor que es un incentivo directamente para él, a parte del precio fijo del grano que fija el mercado.

Entonces se genera una trascendencia, sabemos que el campo se está quedando viejo, los jóvenes se van para la ciudad a aventurar. Nosotros al pagarle mejor al agricultor, el hijo, la familia, el recolector en el caso de Jairo, se quieren quedar en la finca, así, de iniciativas pequeñas es que hacemos cosas grandes, es fundamental en nuestra cadena de valor.

E.N.D.: ¿A la empresa privada de la región le hace falta eso, comprarle más al de aquí?

J.C.P.: Cada departamento tiene que jalar para dar a conocer su región, y en Ibagué necesitamos empezar a tener un poco de sentido de regionalismo, y nace de pequeñas iniciativas, si el ibaguereño hace algo bien comparado con un paisa, pues se le compra al ibaguereño, así sea un poco más costoso.

Eso lo hacemos nosotros, todo el tema de tueste del café lo hace una empresa de aquí. Como Jus’so buscamos suplir nuestras necesidades con empresas y personas de aquí, ese es un ejercicio mínimo que hay que hacer para fortalecer la industria.

E.N.D.: ¿Cómo describe a Jus’so Café?

J.C.P.: Esta es un negocio de cafés especiales, pero tras una consultoría que nos hicieron me dí cuenta que somos una empresa que ofrece experiencias gastronómicas de alta calidad a través del café, cómo qué, tener un sitio agradable donde sentarse a leer, trabajar, reunirse con la familia y los amigos. Y el café es la mejor excusa que tenemos para enseñarle a la gente a valorar el campo.

E.N.D.: ¿Qué retos ha tenido liderando la tienda?

J.C.P.: En diciembre de 2018 abrimos una nueva tienda, y en 2019 funcionó y fue un año de aprendizaje; una conclusión es que en el mundo de los emprendimientos si uno se equivoca hay que corregir rápido y echarse al agua otra vez.

Plazas del Bosque, donde colocamos la sucursal estaba un poco de ‘capa caída’, entonces hicimos un evento relacionado con la Copa América con otros restaurantes, conseguimos aliados y fue un éxito. Nuestro negocio internamente quedó en tablas pero el tráfico de gente fue muy bueno, nos dimos a conocer y empezamos a crecer nuevamente.

Y para seguir atrayendo más gente al centro comercial creamos el Brunch de Plazas del Bosque junto al restaurante Mi Pez On, lo hacemos mensualmente, es una dinámica para las familias con varios atractivos.

E.N.D.: ¿Qué otros proyectos tienen con empresas locales?

J.C.P.: Ahora tenemos una línea de bebidas a base de café que se llama Tagata Coldbrew, es una marca independiente de Jus’so. De ahí creamos también la cerveza de café Tagata Beer en alianza con la cerveza Civil que es de aquí de Ibagué, es una experiencia adicional que queremos promocionar fuerte este año.

Otro proyecto es la unión con un estudio de identidad local que se llama Latina, hicimos una alianza denominada Jus’so es Latina, buscando generar todo un tema de identidad con los animales insignia de Tolima, el cóndor, la danta, el oso de anteojos y el puma.

Es merchandising, hacemos recordatorios para que el turista se lleve algo de la región. Es una alianza con compromiso social y ambiental, para que el ibaguereño se identifique con algo más allá de ser Ciudad Musical.

E.N.D.: ¿A futuro cómo piensan expandirse?

J.C.P.: De acuerdo a ese aprendizaje que tuve el año pasado con la segunda tienda, me dí cuenta que la administración de varios puntos conlleva una responsabilidad muy grande, y como dice el dicho ‘ganado no engorda con ojo ajeno’.

Entonces el año pasado nos presentamos a una convocatoria dirigida a empresas que pueden ofrecer microfranquicias. Llevamos seis años validando una marca y siempre convivimos con el riesgo, ahora que queremos expandirnos ese riesgo se volvió conocimiento, y ese conocimiento lo vendemos permitiéndole a alguien más tener un negocio propio.

Ya hay muchos interesados en este momento, hay gente de Miami, Bucaramanga, Bogotá, pero es un negocio que se demora en crecer porque hay que desarrollar una relación de afinidad.

E.N.D.: ¿Entonces para usted el turismo es esa alternativa económica que necesita la ciudad?

J.C.P.: Ibagué se tiene que posicionar como destino turístico, tenemos todo el potencial y el discurso viene hace más de 40 años, pero ya estamos actuando, y tengo un montón de amigos empresarios que estamos en la misma sintonía.

Ese es el porqué queremos ser sostenibles, pensamos no solo en el café, sino a través del merchandising vender la ciudad, porque si llegan más turistas son más clientes y se mueve toda la economía.

E.N.D.: ¿Ha tenido actividad gremial?

J.C.P.: Fui Presidente de Acodrés, que es la agremiación de restauranteros, pero me desligué cuando nos ganamos la convocatoria de microfranquicias. Desde el gremio creía que se podrían hacer cosas, pero estaba realmente muy acabado, seis años sin tener presencia fuerte fue fatal.

Y ahora estamos liderando un proyecto que se llama Vive La Pola, junto a un grupo de empresarios del sector queremos empezar a generar una zona de desarrollo naranja.

Juan Carlos Parra

Preguntas

E.N.D.: ¿Qué papel juega su familia en su día a día como empresario?

J.C.P.: Me casé con Laura Cáceres, una abogada, y ahora soy papá de dos ‘pulgas’, Thomás de tres años y Manuela que cumple uno. Son los herederos y la motivación más grande, uno no vuelve a dormir bien (risas), pero todo lo que hago es por ellos.

Y tener esa parte familiar resuelta para un empresario es muy importante, porque uno se dedica ya es a construir en vez de matarse la cabeza en otras cuestiones de la vida.

E.N.D.: ¿Qué valores le inculcaron sus padres?

J.C.P.: Mi padre, Gonzalo Parra, el valor de la palabra, la responsabilidad, la honestidad, por eso para mis empleados yo no soy el gerente, soy un líder, si hay que cargar cargo, si hay que lavar loza lo hago.

Cuando tenemos mucho trabajo en la tienda yo no entro a atender, ni preparar bebidas, ni cocinar, lo que hago es lavar loza, me gusta, y es un punto crítico que si alguien lo hace el resto del negocio va a fluir.

Y mi mamá María Georgina Roldán me enseñó el valor del trabajo y a no ser agalludo, porque todo se devuelve en la vida.

E.N.D.: Crearon empresa en Ibagué, ¿qué representa para ustedes la capital tolimense?

J.C.P.: Haber emprendido en Ibagué por cosas del destino ha sido trascendental, ya después de seis años con un amigo decimos que si a usted le va bien en Ibagué pueda pegar en cualquier parte del mundo (risas), porque para nadie es un secreto que el mercado de la ciudad es complicado.

 

Dato

Jus’so Café abrió sus puertas a los ibaguereños el 26 de junio de 2014, y hoy cuenta con su propia marca de café.

 

Dato

La tienda Jus’so Café genera trece empleados directos, e indirectamente con las fincas proveedoras, y las alianzas con otras empresas, genera cerca de 50 empleos.

Credito
EL NUEVO DÍA

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