Las tiendas de barrio, vigentes y sobreviviendo a la pandemia

Crédito: JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
Después de la cuarentena decretada por el Gobierno nacional las tiendas fueron uno de los pocos negocios que siguieron funcionando, se adaptaron a la situación, y hoy más que nunca son esa solución a la que muchos consumidores acuden con confianza.
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De las tiendas de barrio dependen cientos de familias ibaguereñas, ese negocio tradicional al que los colombianos acuden para abastecerse del diario, también para comentar los hechos del día, tomarse un tintico y distraerse.

Con la llegada del coronavirus las tiendas tuvieron que modificar su forma de vender, en algunas los ingresos disminuyeron y en otras aumentaron, pero lo cierto es que revalidan una vez más su vigencia dentro de la economía.

Según un estudio de Puntored a nivel nacional los tenderos desde que empezó la cuarentena han vendido mucho más, pero en abril cambió un poco la dinámica, ya que los consumidores empiezan a tener consciencia y a comprar con mesura.

EL NUEVO DÍA habló con tiendas de diferentes barrios de la ciudad para conocer cómo están sobrellevando su economía y como ha sido el comportamiento de los consumidores.

 

Se mantienen las ventas

Villa Belén es el nombre de la tienda que hace cinco meses montó Freddy Álvarez, y de la cual dependen cinco miembros de su familia. Allí las ventas varían con los días, pero el seguir funcionado le da a Freddy una estabilidad económica que le permite seguir adelante.

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“Estamos vendiendo igual, porque a la mayoría de la gente le da miedo ir a la plaza y se prefiere la tienda, todo el mundo nos dice que no cerremos porque los perjudicados, son gente de la comunidad que vienen todos los días a comprar el diario”, manifestó Álvarez.

Acerca de las medidas de precaución, dijo que los guantes, el tapabocas, el antibacterial, alcohol, desinfectantes, son parte ahora de la atención al cliente.

 

La opción más cercana

Elkin García, tendero del barrio La Esperanza también revalidó el momento actual del sector, “seguimos siendo una opción para muchas personas que no pueden salir por el pico y cédula, entonces vienen cuando lo desean, por eso la importancia de las tiendas para hacer las compras pequeñas”.

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Antes de la cuarentena las personas entraban a la tienda de Elkin a tomarse una gaseosa, conversar con él, actualmente por precaución atiende detrás de un reja, dice que es extraño pero es la mejor medida.

Sobre el precio de los productos agregó: “Lo que más ha subido son los huevos, la panela y el arroz, una panela cuadrada se conseguía a $2.200, ahora en $3.500, lo mismo una cubeta de huevos, subió casi dos mil pesos”.

 

Se fortalece el gremio

En el barrio Viveros, para César Orlando Gómez y su esposa, la tienda representa una fuente de ingresos adicional que los ayuda sobrellevar la situación. En su negocio las ventas se mantienen como si ni hubiera pandemia.

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Inclusive, tengo colegas tenderos que me han dicho que sí han subido las ventas, porque la gente evita ir a hacer colas a las grandes superficies, allí el riesgo es mayor.

Como en otras tiendas Gómez también optó por el distanciamiento social en su negocio, los clientes reciben sus productos detrás una reja.

 

Pasando la crisis

Luz Marina Capera tiene su tienda en el barrio Pueblo Nuevo, un sector en la zona céntrica donde está ubicada una universidad, un politécnico, empresas de imprenta, que cesaron sus actividades, lo que se refleja en la disminución de ventas en su negocio.

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“Han bajado mucho las ventas, todo está parado, estamos realmente preocupados, yo además sacaba un puesto de arepas para ayudarme. Además mi familia depende de este negocio, y el arriendo y los servicios no dan espera”, comentó Capera.

Sin embargo, acerca del papel del negocio tradicional, agregó: “Seguimos teniendo esa fortaleza, a veces se ve uno agobiado porque las grandes empresas nos tienen arrinconados, pero seguimos siendo útiles a la comunidad, no se vende como antes, pero nos mantenemos“.

 

La confianza del barrio

La tienda de barrio sigue generando esa cercanía entre las personas que no se encuentra en las grandes superficies de supermercados, y aún así, en medio de la pandemia las personas depositan su confianza en este comercio.

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José Ramón Aguirre, quien tiene su tienda en el barrio Jordán, comentó: “Las personas del barrio siguen siendo los clientes, quienes nos ayudan a mantener las ventas”.

Respecto al comportamiento de los consumidores, acotó: “Tras el alza de la panela, los huevos y el arroz, la venta de estos productos disminuyó, pero por otro lado, el pan y la leche siguen siendo muy importantes en la canasta de los hogares.

“Y paradójicamente la venta de los cigarrillos aumentó, la gente se estresa y se pone a fumar en su casa”.

 

Cifra

2.713 son las tiendas, supermercados y minimercados que a corte de diciembre de 2019 se encontraban registradas en la Cámara de Comercio de Ibagué.

 

Dato

A nivel nacional la venta promedio diaria de una tienda puede estar entre $950.000 y $1.000.000 al mes. Las tiendas y minimercados siguen vendiendo más pero no es muy alto el incremento.

Credito
EL NUEVO DÍA

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