En un primer semestre atípico debido a la llegada de la pandemia que coincidió con el inicio de la cosecha cafetera en Tolima, los caficultores tuvieron que adaptarse a nuevos procesos de producción, creando bolsas de empleo para recolectar el grano e implementando protocolos de bioseguridad. Así, a pesar de las dificultades los caficultores jalonaron la economía regional.

Gildardo Monroy Guerrero, director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Tolima, señaló que como históricamente sucede en los primeros seis meses, del 2020 se recolectó el 60% de la cosecha en el departamento.

“En el país se produjeron 6 millones 149 mil sacos de café, y en Tolima estamos hablando de 1 millón 43 mil sacos de café verde tipo exportación, que es más o menos lo que teníamos pronosticado.

Que podemos destacar, que este año tenemos una mejor calidad de café, y mejores precios, siendo la cosecha más rentable de la historia”, dijo Monroy.

Y es que mientras en 2019 en promedio el precio interno de la carga estaba en $700.000, desde diciembre hasta la fecha se ha mantenido por encima del millón de pesos. No obstante, el café en la Bolsa de Nueva York se ha cotizado en no menos de US$1 por libra.

“En un histórico el Tolima nunca había podido disfrutar de buenos precios porque la primera cosecha siempre coincide con la de Brasil, que por volumen abarca el mercado mundial y los precios decaen. Pero en esta oportunidad el café le ha dado la mano a la economía tolimense, en donde más de 70 mil familias en 38 municipios se dedican al cultivo”, sostuvo el Director.

Sin embargo, el dirigente gremial acotó que la cartera crediticia por la poca rentabilidad del negocio en años anteriores se mantiene. Asimismo, otro reto del sector es la conectividad en zona rural.

“Estamos atendiendo vías terciarias, porque los recursos de las Alcaldías no son suficientes, y aunque no nos corresponde sabemos que sin vías nuestro campo no es competitivo”, señaló Guerrero.

Claves de la cosecha

El gremio cafetero logró como sector agrícola tener protocolos de bioseguridad aprobados por el Ministerio de Salud, lo que permitió que no se retrasara la recolección. Por otro lado, en el caso de Planadas se creó una bolsa de empleo para ocupar la población cesante, en el sentido de que muchos recolectores no pudieron llegar al Tolima.

“Optimizamos la mano de obra existente en los municipios, así como los tiempos de recolección, y después en el trabajo de comercialización con ayuda de los compradores particulares, las cooperativas, asociaciones, y por supuesto Almacafé, se logró vender la cosecha”, finalizó Gildardo Monroy.

Los retos del sector

El Comité tiene como meta renovar cada año 10 mil hectáreas de café, con el fin de mejorar la calidad del grano, por lo que hizo un llamado a los actores gubernamentales de la ‘Tierra Firme’ a apoyar a las familias cafeteras con un incentivo. Al mismo tiempo, la organización quiere promover en todo el país la denominación de origen Café de Tolima.

“La invitación es a tomar café de nuestro departamento, así se contribuye a mejorar el ingreso de las familias. A diciembre de 2019 ya teníamos ocho marcas de café registradas de Tolima, pero hoy yo creo que tenemos más de 100 de excelente calidad”, finalizó el Director del Comité.

Aunque el consumo de la bebida tradicional no ha disminuido; el cierre de tiendas sí ha afectado el empleo directo y la economía como tal de cadena.

DATO

En los próximos días empieza la cosecha cafetera en los municipios del norte del departamento.