“Dios, familia y empresa”: Carlos Alvarado

Crédito: Archivo / EL NUEVO DÍACarlos José Alvarado Parra fundó la cadena de supermercados hace 27 años.
EL NUEVO DÍA reproduce la entrevista realizada al empresario el pasado 2 de junio de 2019.
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Con las ansias que caracteriza la etapa de juventud, Carlos Alvarado a sus 9 años de edad decidió tratar de comerse al mundo, hoy, 59 años después, cuenta con la cadena de supermercados más importante del Tolima, generando más de mil 300 empleos directos, gracias a un sinnúmero de anécdotas y vivencias, que forjaron a un hombre trabajador, responsable y honorable.

Las cinco caídas económicas que ha tenido que afrontar en el trasegar de su actividad como empresario no permearon aquella ilusión de generar desarrollo, bienestar y prosperidad para los de aquí, y con gallardía supo tomar el toro por los cuernos, como se dice popularmente, demostrando su honorabilidad ante el departamento y el país.

EL NUEVO DÍA quiso conocer más del hombre que cree en lo nuestro y saber cuál es su visión de ciudad, región, empresarial y humana.

 

EL NUEVO DÍA: ¿Quién es Carlos Alvarado, cuéntenos de su vida, cómo se formó como empresario?

Carlos Alvarado: Yo nací en Silvania (Cundinamarca). Ahí estuve hasta los nueve años, luego me desplacé hacia Fusagasugá a la finca de unos familiares donde trabajé, también laboré de portero en un hotel; luego conseguí un amigo que el papá comerciaba con verduras, de él aprendí esta labor y la ejercí hasta los 14 años. Cuando tenía esa edad, vino mi hermano que era miembro del Ejército y me convenció que nos fuéramos para Medellín. En esa ciudad trabajé como mensajero, no formal, en la cuarta Brigada, entre los soldados reunían una platica para pagarme un sueldo por hacer mandados.

 

E.N.D.: ¿Quiénes eran sus papás?

C.A.: Mi papá era Ángel Octavio Alvarado, nosotros con mis hermanos quedamos huérfanos cuando yo tenía cinco años. Debido a eso mi papá se volvió a casar con otra señora, pero no la fuimos muy bien con ella, entonces por eso decidí coger camino.

 

E.N.D.: ¿Si estaba en Medellín, cómo llegó al Tolima?

C.A.: Llegué a Planadas, porque mi hermano renunció al Ejército luego de que la suegra de él le brindara una finca de café, cosa que no pasó, entonces ya estando allá le dije a la señora que me arrendara un lote que tenía ella para sembrar habichuela, el arriendo se dio y el cultivo tuvo éxito, tanto así, que comencé a comercializarla a Neiva; de eso me quedó un pequeño plante y dije qué hago con esto. Ahí me di cuenta que a Planadas nadie llevaba ponqué Ramo y cigarrillos americanos, entonces comencé a llevar esos productos al pueblo, trabajé un tiempo con eso y me hice un plante mayor.

 

E.N.D.: ¿Evidentemente usted tenía espíritu de comerciante, pero cómo aterrizó ese talento y creó una cadena de supermercados?

C.A.: En Planadas me casé y con mi esposa montamos un pequeño negocio, desde ahí hemos venido creciendo. Hasta septiembre de 1987 estuve en Planadas y de ahí me trasladé a Ibagué.

 

E.N.D.: ¿Con  qué capital arrancó su primer negocio?

C.A.: Ese capital fue el saldo de la venta de la habichuela, yo creo que eran como 20 mil o 30 mil pesos, con eso comencé.

 

E.N.D.: Si usted desde muy niño se formó solo, ¿cómo adquirió los valores que le han servido en la vida?

C.A.: Inicialmente, mi papá siempre nos recalcó de la importancia del respeto y la transparencia, además di con gente que me guió por el camino del bien.

 

E.N.D.: ¿Cómo se llamó su primer negocio?

C.A.: Se llamó almacén San Carlos, porque un amigo al que le compraba huevos en Fusa, me regaló un aviso que tenía abandonado.

 

E.N.D.: ¿Qué otra actividad económica desempeñó en Planadas, además de las labores comerciales y de agricultura?

C.A.: En Planadas cogí dos bonanzas cafeteras donde compraba títulos de ahorro, estos los compraba al 50% y los vendía en Bogotá del 70% al 95%. Compré madera, maíz.

 

E.N.D.: ¿Cómo de un negocio pequeño como el almacén San Carlos pasa a Mercacentro, la cadena de  supermercados más importante del Tolima?

C.A.: En 1986, cuando mis hijos estaban terminando la primaria, decidí venirme para Ibagué, con el fin de que mis hijos estudiaran. Cuando llegué a la ciudad duré unos días en mi casa que quedaba ubicada en el barrio La Macarena, pero como no hacía nada, decidí comprar una finca pequeña en el sector de Santa Teresa y la arreglé bien. Mis hijos estudiaban en la jornada de la mañana y por la tarde quedan sin qué hacer, entonces les dijimos con mi esposa que si querían montábamos un negocio para que nos ayudaran a trabajar y todos estuvieron de acuerdo, pensamos qué tipo de negocio montar, hasta que acordamos que íbamos a poner un ‘supermercadito’, compramos un lote y llegamos al nombre de Mercacentro porque este quedaba en el centro de la ciudad.

 

E.N.D.: ¿Cuál fue el primer Mercacentro, dónde quedó ubicado, cómo adquirió el local?

C.A.: El primer Mercacentro es el de la 14 con Primera, yo compré ese lote y construí el local. Ese lote me costó 12 millones de pesos, pero después fui comprando para ampliar.

 

E.N.D.: ¿Cuál fue el momento más duro en un inicio?

C.A.: Fue porque el supermercado como se llenaba tanto, que la gente no tenía un buen servicio. Cuando iniciamos contratamos a 12 personas, pero al mes y medio, vaya sorpresa, tuvimos que contratar 36 personas, eso el que llegaba a pedir trabajo lo contratábamos.

 

E.N.D.: ¿Visionó a Mercacentro en lo que es hoy en día, cómo proyectó su crecimiento?

C.A.: No, la intención de nosotros era tener qué hacer, estar ocupados y que los hijos tuvieran qué hacer. Nosotros sabemos muy bien de donde venimos pero no para donde vamos, yo creo que Dios nos puso en este camino, primero porque creemos en él y gracias a él di con amigos y tuve experiencias siempre pensando en bien, porque el que hace las cosas bien, siempre le va bien.

 

E.N.D.: ¿Considera que antes era más fácil emprender?

C.A.: Cada día se va volviendo más difícil, pero no imposible. Eso depende de lo que uno quiere hacer. Los negocios son de mucha dedicación, compromiso, de esfuerzo, de trabajo. Si uno quiere que en el negocio le vaya bien, tiene que dedicarle tiempo.

 

E.N.D.: ¿Cómo ve el desempeño de los gremios económicos en la ciudad, defienden los intereses de los empresarios?

C.A.: Los gremios ayudan en algo, pero eso depende del emprendedor. A nosotros la Cámara de Comercio nos ayudó varias veces, pero no es que ellos le vayan a montar el negocio, eso está en quien quiere salir adelante y hacer las cosas bien.

 

E.N.D.: ¿Cree que hay o existen los valores en los gremios, en los empresarios de la región hay unión?

C.A.: Ahora los gremios no reúnen tanto los empresarios, yo recuerdo cuando estuvo en la Cámara de Comercio Luis Fernando Criales, con él era diciendo y haciendo, así como me gusta a mí.

 

E.N.D.: ¿Al Tolima le hace falta líderes empresariales?

C.A.: Yo creo que hay unas empresas que se han acabado por falta de líderes. El caso no es si yo consigo y le doy todo a mis hijos, la gracia es que los hijos se comprometan con el esfuerzo de uno.

 

E.N.D.: ¿Cómo ve la situación económica de la ciudad?

C.A.: En la generación de empleo creo que estamos graves. Yo creo que el empleo se genera en una ciudad creando beneficios, pero esta cantidad de impuestos impide el mejoramiento de la inversión. La situación del país está generando gran incertidumbre, el empresario dice invierto o no, mejor espero. Primero porque tenemos lo de Venezuela. Además, contrario a lo sucedido en municipios, donde hay incentivos, aquí nos incrementaron los impuestos de industria y comercio, aumenta cada vez más el condicionamiento para generar empleo.

 

Preguntas y respuestas

E.N.D.: Don Carlos usted logró demostrar su honorabilidad ante Colombia y la justicia, ¿cómo fue ese mal rato por el que pasó?

C.A.: Como a nosotros nos ha ido bien en el negocio, fruto del trabajo, como lo digo desde los nueve años, dijeron este de dónde sacó la plata, cuando nos hicieron la vuelta como se dice, pensaron que nosotros éramos nuevos en Ibagué, pero resulta que yo tenía las declaraciones de renta desde 1977 a la fecha.

Este negocio siempre ha sido nuestro, no tenemos socios, los socios son nuestros clientes, por eso logramos salir de esa situación, que no solo me ha pasado a mí, también a otros empresarios. A nosotros nos favoreció que teníamos todo en orden, pero si alguien no lo tiene, la lleva. Nosotros, creo que hemos sido la única empresa que le hace eso el Gobierno y se la entrega al año en perfectas condiciones; es más, eso me lo dijo un representante del Gobierno cuando me entregó de nuevo mi empresa.

 

E.N.D.: ¿Ese ha sido el momento más duro de su vida?

C.A.: Sí, lo peor es que hacen el daño y no pagan, estamos en la demanda, pero no han solucionado nada.

El caso es que lo cogen a uno con calumnias, y uno debe tener plata para defenderse, pero si no se tiene la lleva.

 

E.N.D.: ¿Cuál sería ese consejo para los emprendedores?

C.A.: Cada uno en su cabeza tiene lo que quiere hacer y Dios le da la oportunidad de hacer las cosas bien, el consejo es que las cosas deben hacerse con honestidad, trabajo en equipo y mucha dedicación.

 

E.N.D.: ¿Qué es para usted Ibagué, el Tolima, que tan importante es su familia y que debe ser para un emprendedor?

C.A.: Para mí la familia es lo más importante, si uno tiene familia hay negocio, porque una familia unida vale mucho y trabaja mucho más. Ibagué ha sido lo máximo por su clima, por su gente que nos quiere y nos respeta, es tanto que cuando nos pasó eso, en mediodía reunieron más de 15 mil firmas para llevar a la Fiscalía en  protesta. Yo quiero mucho a Ibagué y también al Tolima.

 

E.N.D.: ¿Cuál es su hobby, qué le gusta hacer?

C.A.: Juego tenis, jugué fútbol, pero me dieron muy duro y no volví a jugar (risas), pero el verdadero hobby mío es tener los negocios arreglados y surtidos para nuestros clientes y me gusta de vez en cuando tomar lo que haya (risas).

 

E.N.D.: ¿Qué es la tecnología para usted, cree que es el camino para el progreso empresarial?

C.A.: La tecnología es lo máximo, más para este tipo de negocios. A nosotros la tecnología nos ha servido mucho, es indispensable.

 

E.N.D.: ¿Está pensando ya en un cambio generacional en su empresa?

C.A.: Yo le he dicho a mis hijos que el que quiera estar aquí lo haga por gusto y gracias a Dios les ha gustado.

Yo por ejemplo me voy un mes o dos meses y gracias al trabajo de ellos a mí no me llaman para nada.

 

E.N.D.: ¿Qué es para usted sus empleados?

C.A.: Nuestros empleados hacen parte de nuestra familia, a nosotros nos duele lo que les pasa, ahora por la cantidad, no estoy en contacto con cada uno de ellos, pero anteriormente cuando eran poquitos, les sabía el nombre a todos, el apodo, mejor dicho, todo. De ahí salió la idea de darle ‘casita’ a unos, luego de que viéramos sus necesidades. Para nosotros, nuestros empleados son primero nuestros clientes internos y segundo nuestra familia.

 

 

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El primer supermercado se ubicó en el Centro de Ibagué, de ahí su nombre.

 

 

 

Credito
EL NUEVO DÍA

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