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En principio, Soto reseñó que los actuales niveles de deuda de Colombia (61% del Producto interno Bruto-PIB en promedio) se explican por la necesidad de financiación y obtención de recursos para cubrir los gastos adicionales que la crisis económica causó que, para 2020, rondan en $20 billones.
Por ello, la ejecutiva exaltó la facilidad de acceso a recursos en el mercado internacional lo que Colombia y los demás países de Latinoamérica y las economías en desarrollo han tenido durante la coyuntura.
“A nivel global se ha generado una alta liquidez internacional, lo que ha permitido aumentar el financiamiento. La liquidez externa es abundante y las primas de riesgo soberano han disminuido durante los últimos meses”, comentó Soto en medio del foro.
En ese sentido, para Soto, la reforma fiscal será uno de los pilares que Colombia tendrá para la reactivación.
“Colombia tendrá que hacer esta reforma, tal vez no la reforma fiscal estructural con la que siempre hemos soñado, pero nunca hemos logrado, pero sí continuar con las reformas graduales que nos permitan recuperar la sostenibilidad de la deuda y que se envíe un mensaje de que estamos comprometidos con retornar a la senda sostenible”, dijo.
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