La historia de La Rivera, el proyecto ecoturístico soñado por un ibaguereño

Crédito: Hélmer Parra / EL NUEVO DÍAJuan Felipe Valbuena Rodríguez, señaló que su propósito es trabajar los objetivos de desarrollo sostenible que están en la agenda 2030 de la ONU.
En la finca que ha pertenecido a su familia por un siglo, Juan Felipe Valbuena conectó en un proyecto económico dos de sus objetivos de vida: la conservación de los recursos naturales y la promoción del Cañón del Combeima como destino ecoturístico.
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A través de un teleférico se llega a la finca La Rivera, ubicada en una imponente montaña del Cañón del Combeima, adornada nada menos que por el Nevado del Tolima y encantada por el sonido de las aves. A este lugar familiar regresó Juan Felipe Valbuena hace unos años cansado de la rutina de Bogotá, y tras ver el potencial que había, se quedó para desarrollar un proyecto ecoturístico que es ejemplo para la región. 

El ibaguereño dialogó con EL NUEVO DÍA sobre la historia de su negocio, las oportunidades que ve para el desarrollo económico de la ciudad y su compromiso con el ecosistema.

 

Su historia

EL NUEVO DÍA: ¿Quién es Juan Felipe Valbuena?

Juan Felipe Valbuena: Juan Felipe Valbuena Rodríguez hace parte de la tercera generación de la finca La Rivera. Mi abuelo llegó aquí hace aproximadamente un siglo huyendo de la violencia de Boyacá, por eso se radica en la cuenca alta del río Combeima.

Nací en Ibagué, soy profesional en publicidad y estoy a cargo de este proyecto hace seis años, cuando el predio se convirtió en la primera reserva natural de la sociedad civil del Cañón del Combeima.

 

 E.N.D.: ¿Antes de convertirse en un proyecto de ecoturismo qué enfoque tenía la finca?

J.F.V.: Mi abuelo llegó como colono a construir finca, bajo el mandato de Martín Restrepo, quien era el gran colono del Cañón del Combeima en la época. Luego todos los procesos de desarrollo agropecuario sobre los años 50 y 60, ya con mi papá al frente del predio, se enfocaron en la ganadería de media montaña y los cultivos de frijol, zanahoria, papa, cebolla, entre otros. 

En 2016 cuando el predio se vuelve reserva todos los procesos se dirigen a fortalecer la conservación y sostenibilidad de los recursos naturales que aquí hay. 

 

E.N.D.: ¿Cómo nace la idea de que La Rivera se convierta en un lugar turístico?

J.F.V.: La idea de negocio surge básicamente por el cable aéreo que tiene la finca. Cuando se remodela la estructura en 2005, que desde 1983 ha servido para entrar y sacar la producción, se vuelve un atractivo para las personas que iban de paso hacia el nevado. 

De ahí nació la idea de montar un proyecto turístico, que inició como un restaurante, luego 

en el 2009 cuando construimos la otra línea de cable, se empezó a fortalecer el agroturismo, pero todo ha sido un proceso constante de mejoramiento.

 

E.N.D.: ¿Actualmente qué es la finca La Rivera?

J.F.V.: La finca La Rivera en este momento la consideramos un proyecto integral de conservación, porque hemos restaurado cerca de 12 hectáreas de bosque húmedo, plantado más de 15.000 árboles y cerca de 200 palmas de cera.

El proceso se basa en la reconstrucción del ecosistema de la Palma de Cera, fijándonos en dos problemas, uno es el deshielo del Nevado el Tolima que en los últimos 200 años ha perdido un 80% de su glaciar. En consecuencia, el río Combeima se dice que ha perdido el 60% de su caudal en los últimos 40 años. 

Esta problemática es muy grave para Ibagué. Ahora bien, para que el proyecto tenga sostenibilidad financiera hacemos turismo, manteniendo el equilibrio. Contamos con cabañas, glamping, cable aéreo, granja interactiva, senderos para interpretación ambiental, aviturismo, cabalgatas y espacios educativos con colegios y universidades.

Este es un modelo que queremos que se replique en muchos territorios para poder encontrar esa sostenibilidad ambiental para el bienestar de las futuras generaciones. 

 

E.N.D.: Hace poco el Tolima entró a hacer parte del Eje Cafetero. ¿Qué oportunidades se abren para la región?

J.F.V.: Para mí el Tolima siempre ha sido un digno representante cafetero, de hecho creo que producimos más que el Quindío, Risaralda y Caldas juntos, y hemos tenido las mejores tasas a nivel mundial. Pero hay algo que nos une mucho como región administrativa, que es el Parque Nacional Los Nevados.

Lo que importa es intercambiar saberes culturales, económicos y comerciales, para así hacer un aprovechamiento sostenible. Incluso, considero que como región podríamos llegar a competir con Costa Rica en temas de turismo ambiental, y a nivel mundial ser ejemplo.

 

E.N.D.: ¿Qué le hace falta al Cañón del Combeima?

J.F.V.: Creo que nos hace falta un poco más de conciencia, tanto a los habitantes como a los comerciantes y los visitantes, porque aquí nace el agua que consumen más de 500.000 personas. A estas alturas de la vida es increíble todavía encontrar basura en las cuencas hídricas, las carreteras, los páramos y el nevado. Por eso hemos tratado de incentivar a los a otros restaurantes a no utilizar desechables. 

Independientemente de que esto ayude a conservar los recursos, creo que el mercado actual apunta a lo que tenemos acá, la gente quiere consumir sano, hacer deporte y respirar aire puro. Si nos enfocamos como región en hacer un turismo realmente sostenible seguramente la dinámica en el cañón se volverá diaria y no solo de fines de semana .  

 

E.N.D.: ¿Cree que le hace falta más apoyo al turismo del Tolima?

J.F.V.: Sí, de parte del gobierno departamental y local, y de las instituciones que tienen que ver con el turismo como un eje de desarrollo económico. A parte de la infraestructura, debe existir empoderamiento territorial, apoyo a la innovación y al emprendimiento de los jóvenes, porque necesitamos que se queden en el campo. 

Un niño me decía que no podía hacer nada porque su finca era apenas de una hectárea, y yo le decía que uno en Bogotá tenía que producir en un metro cuadrado y él tenía una cuadra entera. 

 

E.N.D.: ¿Cómo ve la economía de Ibagué?

J.F.V.: Ibagué debe ver el vaso medio lleno y no medio vacío. Sufrí eso de irme porque no había empleo, cuando volví me di cuenta que precisamente si no hay nada por hacer es porque hay todo por hacer. En Ibagué hay muchos jóvenes talentosos, que pueden desarrollar propuestas aquí e impulsar la economía, no creo que se necesite una gran industria para generar empleo sino pequeños proyectos de economías circulares. 

 

E.N.D.: ¿Cuál ha sido el momento más difícil de su vida?

J.F.V.: Los momentos difíciles son oportunidades, cuando hay que entender la vida y demostrarnos de qué estamos hechos. Por ejemplo, en pandemia por el bloqueo del turismo no teníamos ingresos, y volteamos nuevamente a ver la base de la finca, eso nos llevó a desarrollar un proyecto productivo para ofrecer productos de alta calidad y de origen agroecológico al mercado.

Diálogos empresariales.

Preguntas y respuestas

E.N.D.: ¿Qué valores le inculcaron sus padres?

J.F.V.: El amor por el campo y el trabajo. Para mí es muy importante el reconocimiento campesino que tiene mi familia, el sentirnos orgullosos de vivir en la montaña. De mis padres también aprendí a innovar y a realizar cosas que generen impacto.

 

E.N.D.: ¿Dónde prefiere estar, la ciudad o la montaña?

J.F.V.: La montaña, siempre. 

 

E.N.D.: ¿Quiénes conforman su familia ?

J.F.V.: Mi primer núcleo familiar lo conforman mi esposa y mi hija, vivimos acá en la finca, y mi segundo núcleo mis padres y hermanos.

 

E.N.D.: ¿Cuántos empleos genera? 

J.F.V.: Durante los fines de semana podemos generar hasta 30 empleos.
 

DATO

En el sector se han identificado más de 150 especies de aves, entre las cuales está el emblemático colibrí cabecicastaño.

 

DATO

La Rivera ha recibido reconocimientos de la Cámara de Comercio de Ibagué (CCI), la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima) y el Festival de Aves de Ibagué.

Diálogos empresariales.

Credito
JUAN JOSÉ AGUIRRE Z.

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