También podemos florecer en la adversidad

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Crédito: Tomado de Pexels
Por encima de las dificultades, usted, yo y todos en general podemos ‘ponerle el pecho a la brisa’ y tenemos todo lo que necesitamos para florecer. Solo hay que tener una ‘gota de determinación’, la cual produce esperanza y renueva las fuerzas.
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Cuando las adversidades nos golpean, lo peor que podemos hacer es ‘echarnos a morir’. ¡Nada lograremos con ello!

Más allá de que caigamos en las trampas que solemos tejer con nuestros pensamientos negativos, en los tiempos difíciles siempre será preciso conservar una ‘gota de determinación’ para salir de las tribulaciones.

Hablo de la determinación de nuestro espíritu, esa que nos permite ver las situaciones bajo una perspectiva muy distinta a la de la desesperación.

Debemos ser capaces de encontrar el lado amable de cada acontecimiento y de soslayar la negatividad. 

Si cultivamos la fe, somos  perseverantes y miramos hacia el frente con optimismo, les ‘sacaremos la delantera’ a nuestros problemas. 

Yo sé que todos reaccionamos de forma distinta; sin embargo, no podemos amilanarnos.

Es cierto que no siempre podemos controlar todo lo que nos ocurre, pero sí tendremos la opción de elegir cómo interpretar cada acontecimiento. 

Lo anterior implica incluso ‘agradecer’ por cada vicisitud y verla con una mirada más enriquecedora. 

Reitero que debemos ser propositivos. Dicen que los que no decaen son los que consiguen las victorias definitivas. Y hay una gran verdad en ello: los que hoy están triunfando, en el pasado fueron golpeados fuertemente por los fracasos o por las duras condiciones de vida.

La única diferencia que hay entre los que vencen y los que siguen derrotados es que, mientras los ‘noqueados’ se quedan en el piso, los que ganan tienen el valor suficiente para seguir luchando.

¿Se quedó sin trabajo? ¿Sacó una mala calificación en el parcial? ¿Su pareja lo abandonó por otra persona? ¿Afronta algún quebranto de salud? ¿Algún negocio no le salió como usted esperaba?

¡No se desespere! A lo mejor esos sinsabores, por muy amargos o desabridos que sean, pueden convertirse en retos que podrían traducirse en  las  bendiciones de mañana.

Usted no es el único que está sufriendo, casi todos los que nos rodean viven sus propios viacrucis.  Recuerde que es un ganador, no un perdedor; en sus manos está el ganar la lucha o el darse por vencido.

La confrontación existencial es con usted mismo, no con Dios. En muchas ocasiones ‘se hace el de la vista gorda’ ante los problemas y cree que si escapa logrará que ellos se resuelvan solos. 

 

¡Las cosas no son así! 

Tenga plena conciencia de que un 10 % de su crisis depende de la circunstancia por la que atraviesa y el otro 90 % de la forma como la asuma.

Enfrente todas esas situaciones grises que hoy vive. Vaya con calma, tómese el tiempo y organice sus compromisos, necesidades o relaciones afectivas. Dese la oportunidad de ver las cosas de otra manera.

Además, si se tiene fe, poco a poco hallará esa luz en el camino y cuando menos lo piense escuchará la voz de Dios diciéndole: ¡Yo te bendigo! 

 

Credito
EuclideS KILô ardila

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