“Mi preocupación por la violencia, en realidad es mi preocupación por la memoria”

Crédito: Suministrada / El Nuevo DíaEl 21 de julio en Ibagué es el lanzamiento de esta novela en el Museo de Arte del Tolima.
Contenido Exclusivo
La novela, ‘Los días del trueno’ de Carlos Pardo, relata el tumultuoso 1989 en España y Colombia que los diferentes medios registraron.
PUBLICIDAD

Carlos Pardo Viña lleva muchos años escribiendo, viendo y leyendo sobre el mismo tema. Ediciones impresas y anuncios de última hora con titulares hablando de masacres, en algunas oportunidades tomaba nota en su cuaderno o guarda en su memoria lo que más le impactó, y en el 2019 sin saber todo lo que vendría a nivel mundial fortaleció su proceso investigativo y empezó a escribir.

La idea inicial era escribir sobre cómo le iba cambiando la vida a un hombre mientras cambiaba el mundo, sin embargo, como si de un círculo se tratara no vio muchos cambios en 30 años, por ello, bajo varias dosis de café y a la vista de todos, pero bajo la lupa de nadie, construyó una novela donde el miedo, la desesperanza, el amor, el coraje e instantes de alegrías muestran la carga de realidad que tiene el escrito con el que muchos lectores se pueden sentir identificados.

En conversación con el escritor, los lectores pueden hacerse una idea del sinnúmero de emociones que transmite Los días del Trueno, los puede transportar y hacer perder la noción entre lo real y lo imaginario.

Preguntas y respuestas

¿Por qué el interés en relatar la violencia de Colombia?

En buena parte de mi literatura siempre está el periodista y el narrador tiene dos elementos muy personales míos, uno es el amor por la historia y el amor por el periodismo; lo que pasa es que el amor por el periodismo que hago hace que lea periódicos de manera permanente y siempre me encuentro con razones para no tener esperanza.

Las noticias, siempre han sido una razón para la tristeza, en mi caso personal, la violencia, la pobreza, la muerte, siempre están en primera página de los diarios, entonces siempre he intentado abordarla como una manera de exorcizar mis demonios. Así que mi preocupación por la violencia en realidad es mi preocupación por la memoria, y relatar lo que somos, cómo vivo lo que somos, lo que siento por lo que somos, ha sido una constante en mí literatura.

 

¿Cómo fue el proceso para escribir la novela?

Inicié en 2019, me senté a escribir en este café, Sonata, que aparece en la novela y empecé a escribir con un proceso de investigación muy arduo, me descargue todos los periódicos de El País de España de 1989, me cargue todos los ABC y todos El Mundo de España, de acuerdo con lo que sucedía en ese momento en Madrid, me permitió ubicar al personaje en situaciones completamente reales.

Algo que pasa con esta novela es que todo lo que sucede es verdad, menos los personajes, entonces sí hubo un incendio en Madrid cerca de un hotel, yo pongo al personaje a no coger esa ruta porque sabe que hay un gran trancón por el incendio que dejó muertos, la verdad todas las noticias las convierto en el marco histórico de un personaje.

Entonces vi documentales, leí libros sobre la caída del muro de Berlín, todo lo leía, y tengo que confesar que sirvió Wikipedia, porque me daba los highlights, que yo después investigaba con mucha más fuerza. Después de tener todos los periódicos comienzo a leer las noticias en Colombia de ese momento, la muerte de Galán, el atentado al Das, tantos otros elementos los iba después construyendo paralelos a esa historia de Madrid, entonces ese personaje de Madrid leía los cables de prensa de lo que ocurría en el mundo, pero como era colombiano también leía las noticias que llegaban desde Colombia y así iba construyendo el marco histórico territorial en el cual se mueven los personajes.

 

¿De dónde nace ese interés por escribir en el marco de esos 30 años?  ¿Le quedó alguna duda respecto a lo que sucedió en 1989 que le pareció importante abordar?

La razón de la novela es que 1989 fue un año histórico en el mundo, pero en 1989 también a mí me cambió la vida porque siendo muy joven me casé, entonces yo decía el mundo cambió y a mí me cambia la vida y cambia el destino, entonces inicialmente la idea era, cómo iba cambiando la vida de un hombre y cómo cambió el mundo, pero esa idea del hombre que cambió en 1989 murió en el proceso de creación y quedó convertido en un hombre absolutamente diferente que no soy yo, que puede ser cualquiera y con el cual se puede identificar más fácilmente el lector.

 

libro

 

¿Qué se encontró en ese proceso comparativo de 1989 y 2019? ¿Qué cambios vio?

Cada vez que veía documentales y leía libros, siempre me interesaba en saber en realidad, ¿qué pasó? En el marco de la construcción de la novela yo arranco con este personaje y lo ubicó 30 años después porque fue el momento en que yo estaba escribiendo la novela, en 2019, y cada vez que yo veía las noticias de 1989 miraba lo que estaba pasando en el momento en que estaba escribiendo la novela, 30 años más tarde, y me di cuenta de que la historia no ha cambiado.

Los muertos siguen siendo los mismos, las violencias siguen siendo las mismas, la corrupción sigue siendo la misma, parte de la desesperanza sigue siendo la misma, incluso, llegué a las efemérides porque el personaje hace efemérides para EFE, es parte de su tarea, entonces claro en el 2019 aparecía, hace 30 años ocurrió tal cosa y me daba cuenta cómo los crímenes habían salido impunes, a nadie le importaba todo el horror que vivimos en 1989 y pude comprender que en realidad no hemos cambiado mucho, que todo sigue siendo igual.

 

¿Cómo fue el manejo en el escrito del temor o esa incertidumbre que generaba la violencia en esa época?

Lloré un par de veces escribiendo la novela, viendo por ejemplo la masacre de la rochela en Santander a principios del año 1989 que fue uno de los primeros actos de los paramilitares que con anuencia del Ejército mataron a más de 10 inspectores judiciales.

Me quedé con la sorpresa de que viendo el 2019 si había alguna noticia sobre el tema, alguna efeméride, algo que le recordara, me encontré con una entrevista al hijo de uno de esos inspectores judiciales diciendo que el Gobierno nunca hizo un juicio, una investigación, y que les dieron como $100 millones a cada familia y ocultaron el tema. Ese niño creció sin papá y fueron muchos niños que crecieron sin papá, entonces me di cuenta como nunca que en este país no hemos sabido la verdad de nada.

 

¿Cuál es el papel de España después de esa época comparado con Colombia, ellos avanzaron?

España ha tenido unos procesos democráticos diferentes, tiene una cultura diferente y una historia diferente, pero mire que no tanto. La dictadura de Franco que inicia en 1937 y acaba en los años 70, allí surge una ley de perdón y olvido, una ley de perdón y olvido increíble, porque era perdonar a todos los asesinos, pero también olvidarlos, desaparecieron de los libros de historia, los quitaron de todo rastro. Los niños hoy no saben que existió un dictador llamado el Generalísimo de Franco que asesinó a cientos de miles de personas y los enterró en fosas comunes, así que ‘allá también se cuecen habas’.

 

¿Por qué recurrir a la palabra trueno para abordar la violencia, el amor y el periodismo en un libro?

Hay una razón personal, cuando empecé a escribir esto, soñé con la novela, incluso, un año antes que comencé a construirla en mi cabeza, estaba pasando por los peores días de mi vida, está pasando por una crisis total de mi existencia, y cuando escribí la novela tenía mil títulos que fueron cambiando a medida del tiempo.

En el capítulo final, en el último renglón hay un texto que era como yo me sentía, el que sobrevivió a esos días del trueno, y dije, yo soy un sobreviviente de los días del trueno, me pareció bello. Porque esos días donde todo suena y uno tiene temor, que va a llover y uno no sabe si correr o quedarse quieto, eso fue lo que yo viví en un momento que sufrí una tristeza y depresión absoluta, que dure mucho tiempo así, esos eran los días del trueno y yo soy un sobreviviente.

El papel de la cultura

En el escrito (Bohemian Rhapsody) Pardo hace referencia a un personaje que intenta escribir un poema, pero no le es posible avanzar en la elaboración y en este nuevo escrito también hay un personaje con interés por los poemas, por ello en conversación con el escritor se preguntó:

¿Cuál es el papel de la cultura pues se habla de un deseo de escribir un poema, pero a los personajes los atraviesa la realidad y se abordan noticias?

Eso parte de un viejo trauma que tengo, en el cual no podía dedicarme completamente a escribir porque siempre había que trabajar, siempre las noticias me dejaban aburrido por lo que pasaba en el mundo, creo que ese viejo trauma aparece en mis personajes no porque los personajes sean yo, no porque me describa a mí, sino porque sin duda alguna los fantasmas de un escritor como ser humano siempre aparecen en su literatura de una u otra manera.

¿Se podría decir que la cultura se ve permeada por toda la problemática social y eso la “debilita”?

Siempre he considerado que la cultura ha sido el plato de segunda mesa del mundo, he peleado contra eso y creo que aquí queda evidenciado porque las historias de los escritores, de los pintores y de los músicos, solo sirven para llenar las páginas de farándula, y creo que es en la cultura donde está la esperanza del ser humano.

El arte ha sido despreciado consuetudinariamente por los políticos que tienen alma de cemento, que creen que, solamente tapando calles, haciendo calles, y haciendo construcciones allí está el desarrollo, olvidando que el desarrollo pasa por el desarrollo humano

 

¡Hagamos región y apoyemos lo nuestro! Lo invitamos a seguir leyendo aquí https://digital.elnuevodia.com.co/library

Credito
Redacción Facetas

Comentarios