Siniestro en las alturas

ANTONIO GUZMÁN OLIVEROS – EL NUEVO DÍA
Padre e hija murieron en un trágico accidente aéreo, cuando sobrevolaban una zona montañosa en inmediaciones de las veredas Potrero Alto y Charco Rico de Ibagué.

Habitantes de las veredas Charco Rico, Potrero Alto y El Sinaí, de Ibagué, fueron violentamente sorprendidos ayer hacia las 10:15 de la mañana. Un extraño ruido que surcaba sus cielos y luego un estruendo en medio de sus montañas daban como hecho que una avioneta había caído.

“Estaba trabajando en mi finca cuando sentí que la avioneta se desbocó como cuando se acelera un carro y vi que se vino de punta y cayó en el bosque. No hubo candela ni nada, arranqué a correr por si podía auxiliar a alguien, pero no se podía hacer nada”, narró Luis Alberto Guzmán, tesorero de la vereda Charco Rico.   

La avioneta afiliada al Aeroclub Flandes con número interno HJ-317 perdió altura y se estrelló en inmediaciones de la vereda Potrero Alto. En el siniestro fallecieron sus tripulantes identificados como Estéfanny Lorena Ramírez Isaza y Jorge Orlando Ramírez Velásquez.

“Cuando llegué al sector, no se podía hacer nada, la joven quedó con muchos traumas y el hombre estaba atrapado en la cabina; yo cogí los bolsos e inserté las sim card a mi celular y llamé a los familiares, hablé con la mamá del señor y me dijo el itinerario, que  habían salido contentos y que era su único hijo”, añadió Luis Alberto Guzmán.

Al llegar al lugar, la Defensa Civil, Ejército y miembros de la Ambulancia Umet, intentaban remover la avioneta; se conoció que la joven habría intentado saltar de la avioneta, pues el cuerpo se encontraba casi afuera de la cabina.

Cuando los organismos de socorro la movieron del lugar por temor a que la aeronave se deslizara, notaron que estaba totalmente fracturada y tenía un trauma craneoencefálico severo y desplazamiento de la piel. Por su parte, el cuerpo del padre de la menor yacía en posición fetal, aprisionado por la latas.   
    
Pasión por volar      

Jorge Orlando Ramírez Velásquez tenía como hobby pilotear avionetas, era promoción 2010 de la Escuela de Aviación Acahel, pertenecía a clubes de aviación de Bogotá y al Aeroclub de Flandes. En esta ocasión decidió viajar con su hija de 17 años de edad, pues quería que ella aprendiera a volar

Juan Carlos Ospina Sánchez, amigo de Jorge Orlando desde hace tres años, recordó lo buen amigo que era y la pasión que tenía por volar, y que siempre era una persona de buen humor.

“Infortunadamente pasa este accidente, Jorge tenía sus negocios en Bogotá, piloteaba su avión privado y lo que sé es que al parecer el mal tiempo hizo que se estrellara.

“Recuerdo que el domingo pasado estuvimos hablando y me dijo que quería enseñarle a volar a la hija con quien tuvo el accidente, él era un apasionado del aire”, sostuvo Ospina Sánchez.




Credito
EL NUEVO DÍA

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