Multitudinario adiós a los ‘angelitos de Honda’

FOTOS HÉLMER PARRA – EL NUEVO DÍA
Los hondanos salieron a las calles a despedir a los cuatro jóvenes sepultados por una alud de tierra el miércoles en Guaduas.

Aunque el sol brillaba tan fuerte como de costumbre en Honda y era la mañana del sábado, la avenida Centenario se colmó de estudiantes que en una larga procesión acompañaron a cuatro jóvenes a quienes su luz se apagó.

Era el último recorrido al lado de sus compañeros, quienes habían compartido en el colegio Camilo Torres de Puerto Bogotá, y del Nacional Integrado de Honda.

Cerca de mil estudiantes caminaron al lado de los cofres, los cuales tenían pegados conmovedores mensajes de despedida y recuerdo que con su puño y letra hicieron los niños para sus amigos.

Al lado, la madre desconsolada, a quien en silencio le brotaban las lágrimas, con una mirada perdida y con profundos suspiros recorrió el camino hasta la catedral Nuestra Señora del Rosario.

Familias humildes caminaban al lado de los cuatro ataúdes, con cara de impotencia y dolor producida por la partida de los cuatro muchachos que tenían una vida por delante.

“Yo no soy amiga de la familia pero me pongo en los zapatos de la mamá y la abuelita y vine acompañarlos en su dolor”, afirmó Clemencia Leal, asistente al sepelio.

Honda se ‘paralizó’

Así como la señora Clemencia, fueron miles de personas que acompañaron a la familia en su momento de dolor. Se podría afirmar que entre las 10 de la mañana y la 1 de la tarde, Honda se paralizó para acompañar a Karen, Javier, Marcelo y Saúl hasta su última morada.

Colmada estuvo la iglesia de Nuestra Señora del Rosario esperando a las víctimas que, el miércoles en la tarde se encontraban en la quebrada Malambo, ubicada en zona rural de Guaduas, jugando y pescando cuando un alud de tierra los sepultó.

Por esos días, fuertes lluvias se habían presentado en la zona lo que pudo generar la inestabilidad del terreno.

Los mensajes de dolor

Al conocer la noticia, los compañeros de los niños se reunieron en el colegio y efectuaron una jornada de oración y escribieron mensajes en hojas de cuaderno que fueron pegados a los féretros para que nunca lo olviden.

“Siempre vamos a recordar los momentos que compartimos, te llevaremos en nuestros corazones”, le escribieron los compañeros de la sede rural del colegio Simón Bolívar, a Marcelo Andrés Pulido del grado Quinto.

“Lo quiero mucho Javier”, fueron las últimas palabras que Daniela Melo Rodríguez, al ver a su compañero partir.

“Ese niño era muy bueno”, dijo María Alejandra Rueda, una niña de 13 años compañera de Javier, mientras veía como lo depositaban en la bóveda. “Cuando venga la voy hacer respetar, para que nadie se meta con usted”, fueron las palabras de su amigo la última vez que le habló.

En la iglesia los rostros tristes de los estudiantes provocaban conmoción entre los asistentes. En silencio se desgarraban lágrimas de las madres que se solidarizaron con Diana Rojas, madre de los niños fallecidos.

A Karen la recuerdan como una niña callada, respetuosa que se estaba acoplando al colegio en Puerto Bogotá, debido a que el año pasado había estudiado en Honda. “Era buena estudiante, humilde con carisma, un buen ser humano”, comentó Gerardo Bustos, coordinador del colegio Departamental de Puerto Bogotá.

De otro lado a Saúl lo describieron como un joven activo y feliz, con ganas de salir adelante.

Una voz de esperanza

Durante la Homilía los ánimos se calmaron al escuchar al párroco decir que “sus hermanos que se convierten en ángeles de Honda y seguirán viviendo para Dios”, y añadió “Dios se apresura a llevarse las almas mas puras”.

También instó a unirse en la oración y continuar con la solidaridad para estas dos mujeres que han perdido a sus hijos y nietos.

“Cuiden a sus hijos, no los abandonen”

Pese al dolor y nostalgia por la pérdida de sus hijos, Diana Rojas, tomó fuerzas y desde el púlpito agradeció a su madre, a sus hermanas y familiares por estar con ella, a Jorge Moreno por la ayuda que les brindó y habló del padre de dos de sus hijos a quien le reprochó por abandonarlos.

Entre sollozos le pidió a los jóvenes que obedezcan a sus padres y a estos que cuiden a sus hijos, que no los abandonen. Culminó su intervención diciendo “uno no vale por lo que tiene, sino, por lo que es como persona”.

El apoyo de las autoridades

El alcalde de Guaduas, Mauricio Mesa, estuvo desde el jueves en la mañana hasta que se encontraron los cuerpos, ayudando en el rescate, y dijo: “seguiremos pendientes de la recuperación psicológica y moral de la familia y haremos el acompañamiento para que salgan adelante, después de esta tragedia que hoy enluta a dos departamentos”

Por su parte, el burgomaestre de Honda, Alonso Montero, colaboró para acelerar los trámites de identificación en la Registraduría Nacional, y aprovechó para agradecer a Jorge Moreno, el hombre que se hizo cargo de todos los gastos funerarios de las cuatro víctimas.

Credito
EL NUEVO DÍA

Comentarios