Feminicidio en La Gaviota, al parecer por novio celoso

REDACCIÓN - EL NUEVO DÍA
Un disparo en la cabeza segó la vida de una antioqueña que desde hace cerca de una década vivía en esta capital.

Un disparo en la cabeza fue suficiente para que un hombre acabara con la vida de una mujer; el caso se registró a pocas horas de iniciar la marcha contra la violencia de género que se cumplió en Ibagué y Villavicencio.

Se trata de Nayei Patricia Tuberquia Úsuga, a quien al parecer su compañero sentimental le habría propinado un disparo en la cabeza, cuando, según sus familiares, la mujer se había negado a continuar con la relación, de la cual quedó una niña de cinco años.

Una de sus hermanas, contó a EL NUEVO DÍA, que la noche del domingo Patricia había ido a su casa con un hombre identificado como Alex Montoya y le pidió el favor de que le cuidara a su otra hija de tres años, cuyo padre es otra persona.

Pero hacia las 4:10 de la madrugada de ayer, las autoridades fueron alertadas sobre el homicidio de la mujer, ocurrido en la calle 15 número 3 – 39 del barrio La Gaviota; la mujer al parecer estaba durmiendo cuando el hombre le habría disparado en la cabeza.

“Mi hermana estaba con un muchacho, que se supone la mató; él hace poco salió de la cárcel por problemas de drogas, tenían una niña de cinco años y quería vivir con Nayei, pero mi hermana me decía que no quería nada con nadie, que deseaba estar sola.

“Entonces, creo que por celos, pues al sentirse mal porque ella le decía que no quería ser nada, se le metieron malos pensamientos y ya habían discutido por eso; cuando ella fue a mi casa no noté nada raro, o sino no la hubiera dejado ir, incluso, el muchacho me saludo bien”, contó la hermana.

La joven, quien esperaba ayer en la mañana la llegada del cuerpo de Nayei Tuberquia, a las instalaciones de Medicina Legal, añadió que la niña de cinco años estaba en el momento con la mamá de ellas, y su hermana estaba con el muchacho en la casa de los suegros.

“Ella murió en la casa donde vive la familia de él, pero la mamá no me da explicaciones, solo me dice que entiende mi dolor y que tampoco sabe donde está Alex, solamente dice que escuchó un disparo y nada más”.

Sobre la vida que llevaba la joven de 23 años, se conoció que hace ocho años su familia salió desplazada de Urabá (Antioquia), y que en Ibagué trabajaba en oficios varios y a veces cuidaba niños o trabajaba en casas de familia; esto para poder sostener a sus dos hijas, madre y hermana.

“Era muy noble, por eso no quería seguir con ese hombre, el domingo me dijo que se sentía bien estando sola, pero no sé por qué volvió a hablar con él, seguro por la insistencia”, puntualizó la hermana.

Credito
EL NUEVO DÍA

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