A los nueve meses de nacido Jhon Mauricio Vera Parra fue traído de Guamo al barrio Galán, sur de Ibagué, donde creció y dejó huella. Vera, fue uno de los 17 militares que murieron en el accidente aéreo el fin de semana.

EL NUEVO DÍA habló con Amanda Vera, hermana, y Silvia Guerrero Vera, sobrina, quienes contaron quién era Vera Parra, aquel joven que decidió servirle a su país.

Él estudió su primaria en la escuela Cristóbal Colón y su bachillerato en el colegio José Antonio Ricaurte.

Algunos de parientes están vinculados al Ejército y cuando el hombre salió de estudiar un tío retirado de la institución le pagó el curso de suboficial y el 3 de marzo de 2006 se fue.

Los años pasaron y Vera integró el grupo de comunicaciones y por ello viajaba mucho, pero vivía con su esposa en Bogotá, junto a su hija de seis años. Además, esperaba otro bebé.

Guerrero Vera, era la sobrina favorita y acongojada recordó que su tío había ido a la Guajira y su superior le solicitó que debía ir a Bogotá.

El hombre hizo un viaje y terminó en Quibdó, pero a sus compañeros los enviaron en un vuelo comercial y él por cosas del destino tuvo que esperar y embarcar el MI-17 de matrícula EJC 3393 que lo llevaría él y a los otros 16 uniformados a la base de Tolemaida en Melgar.

El cabo primero Vera, habló con su esposa por última vez el domingo antes de subir a la aeronave que cayó en el corregimiento de San Daniel, sobre la vereda Santa Teresa, jurisdicción de Pensilvania (Caldas).

En la mañana de ayer cuando terminaba el proceso de evacuación de los cadáveres que llegaron a Mariquita, norte del Tolima, Guerrero Silva en la sala de su casa, recordó que en junio del año pasado él fue el padrino de su hijo y la última vez que compartieron junto a él, fue en año nuevo cuando llegó a Ibagué.

A la espera de los cuerpos

Los cuerpos de Vera Parra y el sargento segundo Edwin Fedelly Martínez Cuervo, natural de Ambalema, serían traídos al Tolima para su despedida.