Dos tiros fue lo único que escucharon algunos residentes de la vereda La Cascada, ubicada a 20 minutos en carro desde el sector de Chapetón. En el sitio quedó el cuerpo de Ricardo Barajas Bastidas y su hijo fue herido.

Faltando algunos minutos para las 9 de la noche Barajas Bastidas llegó en un taxi y su hijo J.G.B.D., de 16 años, lo esperaba con los caballos que los llevarían a la casa ubicada en el sector de Guamitos a una hora del sitio donde lo asesinaron.

El cadáver de Barajas quedó afuera de la tienda donde ingresó su hijo pidiendo ayuda y el dueño del negocio lo auxilió y otro vecino lo llevó malherido a un centro asistencial.

Algunos residentes manifestaron que al sitio llegó una ambulancia y la Policía.

Los agentes acordonaron el lugar para que el CTI hiciera el levantamiento, pero pasada la medianoche dos oficiales de la Policía hicieron la inspección y llevaron el cuerpo en una camioneta al barrio Libertador donde lo entregaron al CTI.

Un pariente que llegó al lugar dijo que el hombre tenía un problema con personas de la zona, pero no quiso entregar detalles.

Al parecer, dicha situación a la que se refería, tendría que ver con la situación de su hijo Ricardo Andrés Barajas Díaz, quien se entregó a las autoridades argumentando ser el homicida de un hombre el año pasado.

En la publicación de Q’HUBO en enero pasado, se dijo que Barajas Díaz sostuvo una riña con Néstor Raúl Díaz Burgos en el estadero El Suspiro de la vereda La Cascada.

En la audiencia el fiscal argumentó que el presunto agresor apuñaló en repetidas ocasiones el cuerpo de Díaz Burgos hasta dejarlo tendido en el suelo, como si no fuera suficiente desenfundó un arma de fuego y le propinó varios disparos a quemarropa.

Adicionalmente el ente acusador reveló que Barajas Díaz intimidó a las demás personas que departían en el establecimiento con la misma pistola.

El Juzgado de garantías le concedió a Barajas Díaz el beneficio de ‘casa por cárcel’ en la finca San Isidro de la vereda La Cascada.