Presunto asesino de tres ancianos en Anaime dice que no se arrepiente

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El asesinato múltiple se registró al comenzar la noche del sábado, cuando al parecer un hombre de 51 años, armado con un machete los agredió mientras dormían. En el suceso, otras tres personas resultaron lesionadas.

“Escuché unos ruidos y vi salir a Hélmer Maldonado de la casa de los viejitos”, relató uno de los testigos del triple asesinato que consternó este sábado en la noche a los habitantes de Anaime, corregimiento de Cajamarca.

Las víctimas de este macabro hecho son los adultos mayores Guillermo Martín Garzón (66 años), Alberto Rozo Rodríguez (81 años) y Siervo Tulio Contreras Borda (86 años), quienes residían en una humilde vivienda ubicada a la entrada de Anaime, en el sector conocido como el barrio Fátima o Villaturín, según algunos residentes de la zona.

Anita Torres trabaja desde hace 10 años como cocinera en el ancianato de Anaime, lugar del que dependían los hoy occisos, por este motivo sostenía un contacto constante. Ella, al igual que los vecinos de los abuelos, narra con gran tristeza los últimos instantes que los vieron con vida.

“Ellos salieron de aquí como a las 5:30 de la tarde, después de comer. Acostumbraban a irse para allá (vivienda y nosotros suponemos) que se fueron a dormir. Horas después nos informaron que él (Hélmer Maldonado) le estaba dando machete (a una familia) y sacó corriendo a unas personas por el río”, comentó Anita.

Hacia las 7 de la noche, aproximadamente, el presunto agresor apareció por los lados del ancianato, amedrentando a la comunidad con un machete, allí alcanzó a herir a Sigifredo Arévalo Espitia, de 56 años y en estado de incapacidad. Según el reporte oficial, le amputó dos dedos de la mano izquierda y le ocasionó una herida en la cabeza.

Ante el ataque los habitantes se le abalanzaron y lograron con gran esfuerzo desarmarlo.

Como Maldonado vivía con Guillermo, Alberto y Siervo desde aproximadamente mes y medio, Anita se preocupó por saber qué habría pasado con ellos.

Una escena macabra

Este hecho, según varios testimonios ocurrió entre las 6 de la tarde y 7 de la noche. En los primeros instantes solo se sabía que Hélmer había atacado con un machete a la familia de la casa vecina de los abuelos, agresión que dejó heridos a Doris Beltrán Cañaveral, de 48 años, en la mano izquierda y rostro y a su yerno Wílmer Alfredo Henao, de 21, en el antebrazo izquierdo.

Es decir, hasta ese instante ya se hablaba de tres heridos con machete. Y lo que se pensaba que era un cruel ataque a ‘mansalva’, traspasó todos los límites de la imaginación.

Otro habitante de la zona contó que antes de escuchar las voces de auxilio de Doris, su hija embarazada, el yerno y sus nietos, percibieron el aullido de los perros, por lo que no se habían percatado de lo que había sucedido con los abuelitos.

Una vez el atacante bajó por el río Anaime para aparecer más arriba, varios habitantes entraron a la casa de las víctimas, allí la escena que encontraron fue estremecedora y, en la calificación del Juez Promiscuo municipal de Alvarado, “escalofriante”.

Al revisar los cuartos hallaron los cuerpos bañados en sangre de los tres ancianos, ellos al parecer estaban dormidos cuando fueron atacados, pues Alberto estaba en pantaloneta y envuelto en una cobija, y en la habitación de enseguida estaba el cuerpo sin vida de Siervo, botado al lado de su cama y con varios machetazos en su cuerpo.

Finalmente, el trágico suceso lo completó el señor Guillermo, quien estaba boca abajo y con diferentes heridas en su cuerpo.

Comunidad indignada

Al conocerse el brutal ataque en contra de estas personas indefensas, los habitantes emprendieron la lucha para lograr la captura del Hélmer Maldonado, sindicado del nefasto hecho.

Algunos afirmaron que tiene problemas mentales y que, con machete en mano, atacó a quien se atravesara en su camino, motivo por el que la única forma en que se pudo inmovilizar fue disparándole en una pierna.

Tras la herida, finalmente pudo ser desarmado, pero era tal la ira de la comunidad que por poco es linchado y atacado también con un machete.

Se salvó por unas cervezas

Algunos vecinos indicaron que Hélmer llegó a vivir hace un mes con los abuelos, versión confirmada por Abraham, un cuarto abuelito que vivía en el lugar de la tragedia. Él cuenta que el acusado era arrendatario en el centro poblado de Anaime.

Pero un familiar de Hélmer le habría exigido que le desocupara la pieza, “pero yo no sabía para qué era, ‘desocúpela porque la necesito rápido, entonces me pasé a dormir a otra y fue cuando lo trajo (a Hélmer)”, narró Abraham. Al preguntarle si se había generado algún conflicto entre el posible agresor y los abuelos, indicó que el no presenció un caso tal. “Me salvé porque no llegué en ese momento, estaba tomando unas cervezas por allá arriba, por eso me salvé o sino me mata también”, contó.

Parte médico

Al llegar la Policía a Anaime, el presunto agresor fue trasladado al hospital Santa Lucía, de Cajamarca. Según el médico de turno, Nicolás Gómez, ingresó con una herida de arma de fuego en la rodilla izquierda, aparentemente proveniente de un arma de perdigones. El disparo le causó rotura de rótula.

En cuanto al estado emocional, “al momento del ingreso, el paciente estaba bastante exaltado, (por lo que) se sedó y se prestaron los primeros auxilios. Pero posterior a esto, se ha encontrado bastante tranquilo e indiferente ante la situación, y tiene, según comentan ciertas personas, antecedentes de consumir sustancias psicoactivas y aparentemente, ayer estaba bajo las influencias de ellas”, explicó el galeno, quien agregó que Maldonado tiene que ser valorado por un médico siquiatra.

No aceptó los cargos

Hacia la 1:15 de la tarde de ayer, de 51 años y de profesión agricultor, llegó al Palacio de Justicia de Ibagué, para la audiencia de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento.

En ellas, el Fiscal 21 hizo la solicitud bajo el cargo de conducta punible por homicidio múltiple. El Juez de Alvarado dijo al hombre si entendía los hechos que lo llevaron a esta instancia, a lo cual respondió que sí, y en la parte en que le preguntó si aceptaba o no los cargos, éste indicó que no.

No obstante, afuera del estrado y ante varios medios de comunicación de la región y nacionales, manifestó que tenía problemas de agresión con las víctimas y al preguntarle si se arrepentía del hecho, respondió “no”.

Credito
REDACCIÓN JUDICIAL

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