El problema de Ramírez es igual al de muchos en Ibagué, la falta de empleo. Él al igual que los demás busca maneras de sustento y la alternativa es la informalidad; con esto no se hace apología al delito o a la conducta violenta que éste tuvo, pero la necesidad lleva a que algunas personas busquen alternativas de sustento y una de ellas es limpiar vidrios en los semáforos.

Sin embargo, algunos son rechazados por los conductores a quienes les ofrecen el ‘servicio’ de limpiar el parabrisas, pero los elementos no son los más idóneos.

Además, el aspecto de algunos genera temor entre las personas que se detienen por la señal de tránsito.

Algunos de los informales al ser rechazados suelen ser groseros y en algunas oportunidades son violentos, como ocurrió presuntamente con Ramírez Peña.

Con base en la información suministrada por la Policía, a Ramírez lo detuvieron en la carrera Quinta con calle 60.

El conductor se negó y ambos ‘limpiavidrios’ fueron groseros, luego uno golpeó la cara de la víctima y otro generó daños en el automotor, en el que iban dos mujeres, entre ellas una menor de edad. Además, hurtaron una cadena de oro avaluada en tres millones 140 mil pesos.

Ramírez fue dejado a disposición de la Fiscalía General de la Nación.