Se conoció que el caso ocurrió en la vereda Bolaños, un poco alejada del casco urbano.

EL NUEVO DÍA contactó a Luisa Medina, coordinadora encargada del centro asistencial, quien indicó:

“El niño ingresó el domingo en la noche por unas quemaduras de segundo grado que comprometen el 35 por ciento de la superficie corporal”.

Según la información suministrada por los adultos que llevaron al menor, el pequeño jugaba con gasolina.

La profesional de la salud agregó: “Las heridas son de gran tamaño y requieren una atención con un especialista en una unidad de quemados”.

Pese a los esfuerzos de los médicos del San Vicente, allí no tiene las condiciones de asepsia, ni las exigencia de aislamiento para tener a un paciente en esas condiciones: “Es muy riesgoso que el niño se infecte. Además, está sufriendo alergias a todo los que se le está suministrando, pero no sabemos a qué”, argumentó Medina.

Remisión urgente

La salud del niño podría complicarse de no ser posible una remisión. Hasta el momento le ha sido negada por falta de una cama, o porque no hay convenio.

Igualmente, en el país hay pocas unidades de quemados.