“La Policía nacional desplegó su capacidad investigativa, criminal y de inteligencia, que permitió la identificación e individualización del agresor, un habitante de calle que sostenía una relación sentimental con la asesinada. Producto de una riña por intolerancia entre ambos fue asesinada y desmembrada por este habitante de calle”, explicó el comandante (e) de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, coronel Pablo Ferney Ruiz Garzón.
El responsable de este asesinato es Rafael Arturo Ochoa Rivera, de 30 años de edad, quien aceptó los cargos por feminicidio agravado.
Según la investigación de la Policía, con apoyo de la Alcaldía de Itagüí, Jeimy Chirley había llegado al Valle de Aburrá a mediados de junio del año anterior a laborar en el área textil.
Luego la mujer, de 36 años de edad, se vio envuelta en el consumo de estupefacientes. Allí conoció a Rafael Arturo, se volvieron pareja y se fueron a vivir a un cambuche a las orillas de la quebrada La María. Las autoridades establecieron que la pareja discutía con frecuencia, y estas diferencias se convertían en riñas.
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