Los municipios donde se han recibido más denuncias están en el sur del Departamento: Chaparral, Dolores, Ataco, Planadas y Rioblanco.

La modalidad al parecer es usada por internos de diferentes cárceles del país (entre ellas la de Traumacuá de Valledupar). Llaman al azar a empresas de acarreo, trasteo, ‘mulas’, funerarias y taxis, para contratar servicios en sitios lejanos. Cuando el conductor llega al lugar, es contactado por teléfono por un supuesto comandante guerrillero o paramilitar que lo amenaza y le dice que lo están vigilando, con ello le va entregando información de sus parientes.

La situación es aprovechada por los extorsionistas, quienes piden dinero por la supuesta liberación y sus allegados consignan grandes sumas.