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Según vecinos, el suicida, quien sería profesor, amenazaba con lanzarse mientras los residentes de los apartamentos aledaños le gritaban que no se fuera a tirar.
El desesperado no atendió los llamados, y decidido a cometer sus intenciones saltó al vacío mientras los vecinos veían cómo tras unos segundos interminables se estrellaba contra el piso.
Ninguno en su apartamento salió, la víctima murió en su soledad, mientras los habitantes de los demás apartamentos esperaban asustados a que llegaran las autoridades para el levantamiento del cuerpo de esta, la segunda persona que decide terminar con su vida en menos de dos días, tras el de una estudiante de la Universidad de Ibagué, quien decidió beber unas pastas para acabar con su existencia.
Se espera el pronunciamiento de las autoridades para esclarecer el caso.
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