El olor a chorizo y a fritanga y los gritos de vendedores de cerveza y licor se entremezclan en el popular punto de la calle 42 entre avenidas Quinta y Ferrocaril; al fondo se divisa la imponente tarima que espera el show de artistas nacionales, mientras que al costado de la vía, retumba el sonido de carros y discotecas.

Corrían las 11 de la noche del sábado 22, día del desfile del San Juan, y tal vez por eso algunos espectadores que siguieron de largo, a esta hora vencidos por el sueño y el exceso de licor, optaron por aprovechar el andén para descansar, otros en cambio, más osados, se durmieron sin importar el peligro que se percibe en el sector.

Sin embargo, otros 'rumberos' apenas arriban al lugar en busca de un buen puesto cerca a la tarima, que a esa hora ya era animada por Giovanny Ayala, quien con su 'A chillar a otra parte' y 'De qué te las picas' dio un 'toque' de despecho a la noche.

Lo anterior, a tal punto que entre la multitud se observaba cómo algunos emotivos por el ambiente le cantaban a sus acompañantes, mientras brindaban con el licor que tenían a la mano. 

No obstante, una pareja de niñas llamó la atención, y no por su efusividad al entonar esas y otras canciones populares, sino por su estado de alicoramiento. Las menores que no superaban los 15 años, a pocos metros del CAI de Policía de la 42, se abrazaban y lloraban con una botella de aguardiente hecho en casa.

Mientras tanto, otros jóvenes de edades similares tambaleaban al caminar por el exceso de 'bebeta'. Incluso, algunos puntos que no tenían mucha iluminación sirvieron de escondite para consumir droga. 

Ebrios vs. autoridad 

Pasada la medianoche, el animador anunció la presencia de Yerick Reyes Herrera, el doble del cantante salsero Marc Anthony. El público recibió con aplausos y grito al artista, quien deleitó con en escena con grandes éxitos como 'Valió la pena' y 'Tu amor me hace bien'.

El concierto, que se desarrollaba en total normalidad, de un momento para otro fue alterado, porque a un costado de la tarima los gritos empezaron a aguar la fiesta. Unos jóvenes, al parecer pasados de licor, empezaron a agredirse; la Policía reaccionó, pero quienes estaban perturbando la fiesta reaccionaron retando a las autoridades.

La situación se tornó tensa, pues algunos de los peleadores fueron llevados al CAI, hecho que desató la furia de otros menores, que la emprendieron una vez más contra los uniformados. El lugar se llenó de refuerzos policiales, y por un momento los jóvenes se tranquilizaron y retornó la calma.

Esto, aunque a varios agentes les molestó que el lente de EL NUEVO DÍA, que cubría el evento, registrara lo que pasaba; dos de ellos, en tono agresivo, gritaron a este equipo periodístico que borraran las fotos, o de lo contrario se llevarían la cámara. Pero, por fortuna, el incidente no pasó a mayores.

Casi se suspende el concierto

El reloj ya marcaba la 1 de la mañana, y los espectadores gritaban “¡Guayacán!”, haciendo alusión a la orquesta salsera que cerraría la noche en la '42'. Pero de nuevo la zozobra invadió el lugar, esta vez en el carril sentido oriente - occidente de la Quinta, pues la multitud se dispersó por cuenta de una nueva pelea.

Paralelo a ello, a mitad de la cuadra del CAI, otras personas se enfrentaban con la Policía, y poco minutos después crecía el rumor de que habían asesinado a alguien. De inmediato, las autoridades anuncian que el evento se cancelaría, pero la gente reclamaba a Guayacán.

Ante esta decisión, tuvo que intervenir el Alcalde de Ibagué, y el animador advirtió a los rumberos que en caso de no demostrar buen comportamiento se suspendería el evento.

Después de consultas, conversaciones entre el mandatario local y la Policía, se empezó a instalar el sonido y media hora después, los músicos alistaban sus instrumentos y de nuevo prendían la rumba. 

Bajo la batuta del maestro Alexis Lozano, Guayacán cautivó a los adultos con sus clásicos y a los más jóvenes con sus nuevos éxitos, que interpretaron hasta pasadas las 3 de la mañana.