Los quebrantos de Angelino

COLPRENSA
Desde que asumió la vicepresidencia de la República, Angelino Garzón ha sufrido varios quebrantos de salud que lo han obligado a dejar su cargo por periodos relativamente cortos.

Luego de verse afectado por una afección cardiaca y un accidente cerebrovascular, hoy se enfrenta a un cáncer de próstata que al parecer no logrará apartarlo de sus funciones. 

Al medio día de este lunes la Clínica Reina Sofía confirmó que Garzón tiene un adenocarcinoma de próstata, es decir un tumor localizado de tamaño pequeño y bajo riesgo, por lo cual la junta médica decidió iniciar un tratamiento de radioterapia en el Hospital San Ignacio de Bogotá. 

Garzón se tendrá que someter a 39 sesiones de radioterapia de lunes a viernes, para terminar en la segunda semana de diciembre. Con este tratamiento sus médicos auguran una posibilidad de curación superior al 90 por ciento. 

Su médico tratante, el director general del Hospital Universitario San Ignacio, Julio César Castellanos, explicó que el tratamiento no genera ni molestias ni incapacidad, por lo que Garzón podrá continuar con sus actividades mientras no se presenten efectos secundarios. 

Incertidumbre

No obstante, el historial de salud de Angelino Garzón genera incertidumbre sobre su permanencia en el cargo. Ad portas de cumplir sus 66 años, Garzón carga con antecedentes de una enfermedad coronaria y con los secuelas que le dejó el accidente cerebrovascular que lo mantienen a media marcha. 

Dos días después de posesionarse, en agosto de 2010, Garzón entró a la unidad de cuidados intensivos de la Clínica Shaio tras sufrir una isquemia coronaria (desequilibrio negativo entre la demanda y el suministro de energía por parte del corazón). 

Durante 30 días tuvo que permanecer en recuperación cardiaca, tiempo durante el cual se le indicó un cambio de dieta y desarrollar una rutina de ejercicios. 

Su salud volvió a ser noticia en junio de este año cuando ingresó a la Clínica Reina Sofía por una infección urológica que no tuvo consecuencias. 

Estando hospitalizado sufrió un evento neurológico de origen vascular que lo mantuvo bajo estricta vigilancia médica durante varias semanas. 

Producto de esta afección, Garzón ha tenido que someterse a terapias para mejorar su motricidad y habla. Aunque ha logrado retomar las actividades de su despacho, su permanencia se ha puesto nuevamente en entredicho. 

A esto se suma, el momento de crisis emocional que afrontó su familia en septiembre cuando fue intervenida quirúrgicamente su esposa, Monserrat Muñoz, de una lesión tumoral. 

Pese a que su situación es complicada y a la presión que pesa sobre su cabeza desde el Congreso de la República, el vallecaucano no ha manifestado su intención de renunciar. 

Si decide hacerlo, sus razones serán analizadas por el Congreso con base en un examen médico que le practicarán Academia Nacional de Medicina, la Federación Médica Colombiana y el Tribunal Médico de Ética. 

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