“Si garantizamos la paz, las grandes compañías pagarán más”

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
El senador tolimense Juan Mario Laserna propone buscar alternativas presupuestales para financiar la paz y una de ellas es la de aumentar el impuesto específico a la minería.

Reconocido como autoridad en temas monetarios, poco se le había escuchado en los debates políticos, pero  esta semana que termina se convirtió en un referente obligatorio para hablar del proceso de paz. Es el senador Juan Mario Laserna, único conservador de un grupo de seis congresistas que se sentaron en La Habana con el equipo negociador de la guerrilla de las Farc.

Laserna, a quien se le recuerda más por su actividad en las instancias económicas: director de Crédito Público del Ministerio de Hacienda en el Gobierno de Andrés Pastrana, y miembro de la junta del Banco República, habló con Colprensa para contar cómo fue esa experiencia, la visión que tiene ahora su partido del proceso de paz y del discurso que hoy manejan las Farc, del que se dice es diferente del que tenían hace 13 años.


Este tolimense, que asegura que desea seguir en la política pese a que su pasión es la economía, hace sus proyecciones sobre los costos que tendrá firmar la paz, la forma cómo deberá financiarse y los sectores que deberían empezar a poner un poco más, como el minero.


¿Quién le nombró en la comisión y por qué quiso ir a reunirse con las Farc?
JUAN MARIO LASERNA: A mí me invitó el presidente del Senado, Roy Barreras. Yo había hablado con él muchas veces sobre el plan de desarrollo, sobre el proceso de paz, la financiación del mismo, él sabía que yo trabajé con el presidente Santos cuando fue ministro de Hacienda y le manejé la deuda pública entre 1999 y 2002, cuando nos tocó hacer varios rescates financieros y me tocó la restructuración. También había hablado a Barreras sobre los retos de ese financiamiento del proceso. Entonces, mi nombre surgió para tener una óptica diferente sobre el tema. No fui tanto a hablar de la parte dos, la participación en política, sino a revisar la parte uno, los planteamientos de desarrollo rural integral y los mecanismos de financiación y ver si la economía colombiana está lista para eso.

¿Tras la reunión les creyó a las Farc en la posición que están teniendo en este proceso de paz?
JML: Cualquier cosa que uno tiene que decir frente a eso es con muchos matices; creo, después de haber estado ahí, que la economía colombiana está en condiciones de financiar los tipos de acuerdo que se están negociando con las Farc. No hay nada descabellado en este momento, desde lo económico.

Usted es de la línea oficialista del conservatismo, pero es de visión más independiente, ¿su análisis podrá calmar los ánimos de críticos dentro del partido, como Marta Lucía Ramírez y José Félix Lafourie?
JML: Esas son voces válidas, que expresan también deseos populares. El Partido Conservador siempre ha sido amigo de la paz y siempre la ha buscado, desde Betancur, desde Pastrana, hay una tradición que muchos de los procesos de paz fueron iniciados por el conservatismo.

Usted estuvo en el Caguán una vez, y ahora se acerca a este nuevo proceso, ¿cuál tenía un mejor horizonte?
JML: Estuve una vez en una conversación muy larga con Raúl Reyes, cuando fuimos con Juan Camilo Restrepo (entonces ministro de Hacienda) y llevamos al presidente de la Bolsa de Nueva York. Nos recibieron con metralletas y básicamente hablando monosílabos; era como un diálogo de sordos, pero lo que vi en La Habana fue diálogo, en el que, si bien hay diferencias fundamentales y hay desconfianzas, se están planteando cosas muchísimo más concretas, un temario que es consistente con el plan de desarrollo.

¿Qué temas discutieron sobre ese tópico?
JML: Ahí estuvimos discutiendo sobre mercadeo agropecuario, los problemas de sustentación de precios; además les comenté sobre la revaluación y los llamados transables, como el café o el arroz. Una visión a toda la economía.

¿Las propuestas de las Farc de hoy son más aterrizadas que las del Caguán?
JML: Las de ahora me parecieron mucho más aterrizadas, hay cosas que todavía están muy etéreas, pero uno sí podría llegar a puntos de acuerdo que son técnicamente manejables.

La financiación
¿Por qué dice que la paz, desde lo presupuestal, si es viable?
JML: Comparado al cuatrienio 1998-2002, estamos en una situación muchísimo mejor para financiar un proceso de paz. La economía colombiana tiene las fuentes y hay liquidez mundial para que, si se hay unos acuerdos, sean financiables y se puedan implementar.

¿Pero si hoy es más viable financiar, la paz se haría aceptando las regalías petroleras y mineras?
JML: Todavía no hemos entrado en nada de propuestas, pero sin duda uno de los temas que se tienen que tratar es el ‘boom’ minero-energético, el cual, por un lado, está generando unos recursos, pero a la vez está destruyendo los transables. El banano y las flores hace unos años, ahora vamos en el café, el cacao, el arroz. Se debe buscar que la bonanza minero-energética sea para todos. Parte de esto tocaría hacerlo por fuera del marco fiscal de largo plazo, pero si lo hacen bien, se puede financiar.

¿Qué reformas económicas se necesitan para poder firmar la paz?
JML: Se necesita llegar a acuerdos sobre temas específicos. En este momento el único que está sobre la mesa es el desarrollo rural integral, pero toca ver cómo se financia y a futuro cómo sería su impacto; esto vinculando la comercialización del campo, el problema de tierras, y allí definir las fuentes de dónde saldría la plata.

¿Se podría pensar en ponerle ya un costo a la paz que se podría firmar?
JML: No creo que se puedan poner cifras ya, parte de eso puede ser una política de Estado y el cambio de políticas. Se debe mirar en lo rural qué se quiere hacer con la gente que se desmoviliza, eso cuánto vale; otro punto a calcular son los desarrollos e inversiones que se hagan a nivel rural, pero hay que ver cuáles son las restricciones presupuestales. La coyuntura muestra que nos estamos endeudando a menos del cuatro por ciento, y al cinco por ciento en pesos a 10 años, gracias a que con la reforma tributaria de diciembre pasado bajaron en un punto los intereses, al quitar el arbitraje regulatorio en retención en la fuente para los extranjeros en los TES. Esto es un estímulo para la economía y se debe representar en tasas de interés más bajas. El proceso de paz necesita una estrategia macroeconómica.
    
¿Pero no se corre el riesgo de que sea una estrategia macroeconómica neoliberal para financiar la paz?
JML: En los procesos de desarrollo rural estamos hablando de una economía que no es moderna, que le falta transporte, que le falta mercadeo, que no tiene tecnología, y por eso se debe pensar como los chinos: un país, dos sistemas. Acá tenemos una economía agrícola con la que se puede hacer algo gigantesco y desarrollos importantes. Hay temas que se tienen que discutir, las Farc plantearon lo de la posesión extranjera de la tierra, hay que ver eso qué limitaciones tiene.

¿Sería necesario ajustar los impuestos para el sector minero-energético?
JML: Siempre he considerado que es necesario subir el impuesto específico de la minería. La minería es la que está generando parte de la enfermedad holandesa. Si le ponemos ese impuesto, pero a la vez le estamos garantizando un proceso de paz, las grandes compañías van a pagar mucho más, porque saben que ya no les van a atentar. Entonces el Gobierno así puede sacar recursos para financiar parte de la paz y darles solución a los transables en el campo.

¿Es obligatorio, entonces, un nuevo impuesto para financiar la paz?
JML: Se tienen que buscar las distintas fuentes de financiación, y son obviamente impuestos. No se puede gravar a los individuos de la clase media, el impuesto de renta en las empresas no se puede subir. Creo que quedan algunas fuentes, como subir impuesto a la minería; hay que ver por el lado de dividendos qué se puede hacer, se puede gravar más el capital. En este momento el ‘case’ inicial el Gobierno lo puede hacer con un aumento en deuda pública. Además se van a tener muchos donantes y gente que va a ayudar. Los multilaterales son los primeros que van a entrar.

¿De qué otra vía saldría la plata para financiar la paz?
JML: Por ejemplo, en estos años uno debería de tener unas políticas fiscales más expansionistas, dado que el Gobierno se está financiado a unas tasas que son las más bajas de la historia; más, dado que la ejecución del presupuesto ha sido tan baja.

¿Económicamente hasta dónde podría arriesgar el Gobierno?
JML: Puede arriesgar sobretodo cuando lo hace en formación bruta de capital fijo, cuando usted crea infraestructura, porque cuando usted invierte, por más que se endeude, está creando un activo. Además sería una ayuda a los sectores de los transables y un estímulo a la economía.

LOS CÁLCULOS DE LA PAZ DE PASTRANA
Hace 13 años para esta época Juan Mario Laserna fungía como director de Crédito Público del Ministerio de Hacienda, cuando el titular de la cartera era el hoy presidente Juan Manuel Santos. En ese época elaboró un documento sobre las condiciones económicas que vivía el país y la forma como las mismas podrían interferir en la firma de un acuerdo de paz con la guerrilla de las Farc.

En el documento titulado “Spreads e impacto de las reformas estructurales y la paz”, Laserna indicaba el difícil momento por el que pasaba la economía nacional, pero en particular las condiciones en que el Gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) tenía que salir a buscar crédito para seguir saliendo, entre otras cosas, de la crisis bancaria, “la reciente evolución de los bonos colombianos en los mercados externos muestra un serio deterioro de la percepción de riesgo por parte de los inversionistas internacionales sobre la capacidad de la Nación para honrar su deuda externa”.


Laserna hacía especial alusión en su escrito a que esa coyuntura dada por la desaceleración económica y el constante deterioro en las principales variables económicas, también se afectaba por el recrudecimiento del conflicto armado, “por este motivo las agencias calificadoras de riesgo, encargadas de valorar la capacidad y disponibilidad de los gobiernos para servir su deuda, retiraron a la Nación el estatus de grado de inversión”.


El documento señaló además que, de acuerdo a una encuesta realizada para el Gobierno colombiano, más de 150 inversionistas en Estados Unidos y Europa identificaron que la forma en que el spread (tasa de interés) cayera tendría que ser con procesos de privatización, aprobación de reformas estructurales, proyecciones reales sobre los ingresos y gastos fiscales, como también el proceso de paz.


Laserna, con base en el escenario que tenía el país en ese momento, en un cálculo financiero proyectó que el proceso de paz del Gobierno Pastrana costaría entre 10 y 20 millones de dólares, los cuales se tendrían que financiar con amortizaciones entre 10 y 20 años y que sus intereses podrían bajar o subir de acuerdo al cumplimiento de esas reformas estructurales.

Credito
COLPRENSA

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