Se agudiza la pelea entre Robledo y Clara

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Gustavo Triana, el secretario general del Polo e integrante del Moir, impugnó la decisión del comité ejecutivo que cambió las reglas en la antesala del congreso polista.

La dura disputa dentro del Polo continúa, tras la impugnación que hizo el sector de Jorge Robledo de una decisión interna impulsada por el de Clara López.

“Es una trapisonda de Clara”, “es intervencionismo de la presidenta”, “tiene el síndrome Roy Barreras de ir a las regiones a imponer la voluntad”.

Con esas palabras se refieren varios polistas a una decisión que tomó la semana pasada el comité ejecutivo del Polo, bajo la influencia del grupo de la candidata a la Alcaldía de Bogotá Clara López.

Y que desató una nueva pelea intestina dentro del mayor partido de izquierda, que nuevamente la enfrenta al sector que lidera el senador Jorge Robledo.

La resolución de la discordia

Los ánimos comenzaron a caldearse hace dos semanas, cuando el exsenador Jaime Dussán -del ala de Clara- presentó una propuesta en el comité ejecutivo del partido que prendió las alarmas del otro bloque en el Polo, con el que ya venía teniendo roces en público y en privado en la antesala del congreso en mayo en el que se va a jugar el futuro del partido.

El expresidente del Polo propuso hacer tres cambios fundamentales: que las listas para elegir en abril a los delegados para el congreso solo requieran a dos afiliados del partido avalándolas (en vez de tener el Polo que verificar, según se aprobó en noviembre, que no estén inscritos en otro partido), que solo sean excluidas las personas que ya han sido expulsadas por doble militancia y que ninguna decisión sobre candidaturas se tome en regiones hasta pasado el congreso.

Eso hizo saltar al bloque que reúne al Moir de Robledo (el senador más votado del partido) y a sectores como el del congresista Alexander López.

Tras pedir una semana para evaluar la propuesta, el lunes pasado volvieron a reunirse y se opusieron a lo que ven -en palabras de uno de ellos- como “un cambio en las reglas de juego cuando el partido ya está jugándose”.

Su oposición fue tal que este bloque se salió de la reunión y el sector de Clara, que tiene una mayoría de 15 a 14 dentro del comité, aprobó la resolución.

El viernes, el secretario general polista Gustavo Triana -que viene del Moir- impugnó esa decisión ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), con el argumento de que “se adoptaron decisiones abiertamente inconstitucionales, ilegales y antiestatutarias”.

Por su parte, ‘Nueva Tendencia’, que agrupa a muchos disidentes del antiguo Polo Social que lidera Clara, ya le envió una dura carta a la ex candidata presidencial.

“No respeta la institucionalidad del cargo que ostenta, sino que asume la vocería y representación de un grupo supuestamente mayoritario en el Comité, cuya práctica preferida es el sectarismo, el irrespeto y la macartización hacia quienes no compartimos sus planteamientos y hacia quienes no aceptamos la polarización a la que ha sometido al partido”, le dicen el senador Alexander López (el tercero más votado del partido), el exministro Carlos Bula y los excongresistas Jesús Bernal Amorocho, Wilson Borja y Alba Luz Pinilla.

Sin embargo, el telón de fondo de esta nueva pelea en el Polo -así como del anuncio presidencial de Robledo y todas las últimas escaramuzas- es el congreso donde se resolverán los álgidos debates que se han ventilado en el partido más grande de izquierda en los últimos meses.

Los dos más duros siendo si el Polo permanece en la oposición y si ve viable una unidad de la izquierda que ahora -en el contexto del proceso de paz y (si se firma un Acuerdo final) de una eventual entrada en política de las Farc- cobra un significado distinto.

Primer round

El primer round de ese pulso será el 19 de abril, día en que elegirán a los 756 delegados que tendrán voz y voto en el congreso polista. De quiénes salen escogidos en esa elección abierta -ya que cualquier persona podrá votar en la consulta- se resolverá, como dice un polista, “el pulso por quién se queda con el partido”.

Por eso han vuelto los temores de que, después de hacerle cuñas y campaña abiertamente a Santos en segunda vuelta, Clara reciba el apoyo del Presidente y la Unidad Nacional.

Quienes impugnaron la resolución temen que, como puede venir a votar cualquiera, lleguen a impulsar las listas de Clara grupos ajenos al Polo como los liberales samperistas, los progresistas petristas, la Unión Patriótica (donde está el Partido Comunista, expulsado del Polo en 2012) o la Marcha Patriótica.

“Lo que queremos es agrupar a toda la gente que está fuera del partido: los que se fueron con Petro pero son del Polo o gente como Gloria Cuartas, para poner dos ejemplos. Ellos son polistas”, dice Jaime Dussán, quien defiende que como el Polo no tiene un inventario real de quiénes son sus integrantes -un problema común a todos los partidos- es muy difícil cerrarle las puertas a la gente.

Dussán subraya que la resolución fue “una decisión democrática tomada por unanimidad, porque ellos se fueron” y que -como se trata de un tema interno del partido- no aplica una demanda ante el CNE, sino una apelación que debe resolver el mismo comité ejecutivo que la avaló en primer lugar.

“Es normal que haya gente que no está de acuerdo y esperaremos que el CNE decida. Mientras tanto la resolución está vigente y las tareas que salen de ahí seguirán adelante”, dice el exconcejal Carlos Romero, esposo de Clara y su asesor de cabecera.

Esta es, en todo caso, la segunda pelea dura del Polo que llega al CNE en cuatro meses, después de que en octubre los claristas querían fijar la elección de delegados para el congreso en noviembre -causando un zafarrancho con el otro sector- y el tribunal electoral decidió aplazar la fecha de consulta hasta abril.

Las regiones contra Clara

 La resolución también ha generado mucha molestia en las regiones, porque anula todas las decisiones sobre candidatos que han tomado los comités departamentales del Polo. Según el texto aprobado, esos avales solo se darán en el congreso y “en el entretanto, todas las aspiraciones y decisiones sobre el particular tendrán el carácter de precandidaturas”.

Eso cambió el panorama en Cali, donde ya tenían el aval local -y arrancaron campaña- los excongresistas Wilson Arias y Mauricio Ospina en su carrera por la Alcaldía y la Gobernación, respectivamente.

Una de las beneficiarias de que se vuelvan a abrir las aspiraciones podría ser la excongresista y medallista olímpica María Isabel Urrutia, que quiere volver a aspirar a la alcaldía de Cali y ya aparece de segunda en el sondeo de Analizar y Asociados. El problema es que Urrutia -al igual que Santiesteban- había renunciado al Polo y se lanzó al Congreso con su propio partido (Asodeportes) hace un año, quemándose con 1.886 votos.

“Esto es centralismo del más puro corte estalinista. No es democrático que nos prive de decidir regionalmente sobre a quiénes avalar. En buen romance, significa que será la dirección nacional la que decidirá todo”, dice una persona afectada por la decisión. “Es un esguince a las regiones en un partido que ha hecho un esfuerzo serio por descentralizarse”, dice otro polista.

Ya han empezado a llover las cartas de protesta. El directorio en Nariño, que ya eligió al diputado Afranio Rodríguez como candidato a la alcaldía de Pasto, cuestionó que los marginen porque “nos limita la capacidad de hacer control a los candidatos”. Lo mismo hizo el comité en Norte de Santander, aduciendo que las nuevas reglas “desconocen (...) la autonomía y competencia de las coordinadoras departamentales y municipales”.

El problema para el sector de Robledo es que el Consejo Nacional Electoral se puede demorar semanas en mirar el asunto. Un lujo que no tienen porque la fecha para presentar las listas de candidatos al congreso es el próximo 6 de marzo. Ese día ya estarán listas las cartas de cada sector por controlar las mayorías del partido. 

Los arrepentidos del Polo

Uno de los puntos que más ha alborotado el avispero es el que exige como única limitación para no poder participar en el Congreso que una persona haya sido expulsada por doble militancia. Es decir, que su caso ya haya sido probado y decidido en la comisión de ética del Polo, algo que casi nunca ocurre.

“Es como decir ‘vaya la Comisión de Acusaciones’ de la Cámara, con una diferencia: esa existe. La comisión de ética [del Polo] ni siquiera se reúne”, dice un ex congresista polista.

Esa norma tiene, a los ojos de varias personas del bloque opositor, al menos un nombre propio: el concejal bogotano Orlando Santiesteban, que hizo campaña abiertamente con Óscar Iván Zuluaga y el uribismo en las elecciones del año pasado.

Tanto que le organizó, como contó La Silla, un taller democrático en Suba, aparece en fotos con el expresidente y su bancada y hace dos años habló de ser candidato uribista al Concejo.

Aunque el concejal no ha pedido formalmente volver a lanzarse por el Polo, dos polistas le dijeron a La Silla que él envió una carta preguntando si tiene algún proceso en curso en la comisión de ética.

Eso fue suficiente para despertar las suspicacias, dado que Santiesteban no ha renunciado aún al Polo ni ha sido expulsado por doble militancia: las matemáticas que hace el bloque opuesto a Clara son que el concejal puede elegir 20 de los cien delegados que tendrá Bogotá en el congreso, dándole veinte votos al sector de la candidata a la Alcaldía. Del lado de Clara niegan que la resolución favorezca a Santiesteban, explican que su caso tiene que definirlo la comisión de ética y que, a lo sumo, pondría unos tres delegados.

Y, aunque no es claro quién tiene la razón, Santiesteban se convirtió en el florero de Llorente porque -en los cálculos del bloque disidente- la diferencia en Bogotá entre ambos sectores será mínima y, de perder Clara en su ciudad, su candidatura podría sufrir un duro golpe. Es ahí donde ellos ven que el concejal puede inclinar la balanza hacia ella.

“La apuesta final es tomarse el congreso y con esa soberanía tomar todas las decisiones claves. Eso está bien si las reglas son limpias y si se gana en franca lid, pero acá nos sentimos atropellados”, dice otro integrante del partido.

Una situación similar tiene el guajiro Rafael López Epieyú, a quien señalan de haberle hecho campaña al liberal Horacio Serpa y de haber renunciado por escrito tanto al Polo como a su asiento en el comité ejecutivo nacional (al que volvió hace una semana). 

Credito
EL NUEVO DÍA

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