El silencio de Vargas Lleras frente a la paz: ‘Una jugada a tres bandas de fantasía’

FOTOS COLPRENSA – EL NUEVO DÍA
Hoy Vargas Lleras está en la cúspide de su carrera política pues no solo es el llamado a reemplazar constitucionalmente al presidente de la República en caso de ausencia absoluta, sino que maneja el ambicioso sector de la infraestructura.

Si algo ha caracterizado al vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, ha sido su coherencia política. Quizás el más claro ejemplo fue su oposición a rajatabla al fallido proceso de paz con las Farc en El Caguán, durante la administración de Andrés Pastrana.

Por entonces, como senador de Cambio Radical, a Vargas Lleras la coalición de Gobierno le embolató durante meses un debate de control político al Comisionado de Paz, Camilo Gómez Alzate, pues se creía que sus revelaciones iban a ser demoledoras.

Vargas, finalmente, logró que la mesa directiva del Senado incluyera su petición en el orden del día, pero quedó como último punto de la agenda. El debate se transmitió por televisión al filo de la medianoche, pese a lo cual dio de qué hablar durante semanas.

Esa oposición al proceso de paz lo acercó como nunca al sucesor de Pastrana, Álvaro Uribe Vélez, para su primer Gobierno, del que luego se distanció por cuenta del atentado contra Vargas, sobre el que siempre se habló de una posible participación de agentes del DAS.

Hoy Vargas Lleras está en la cúspide de su carrera política pues no solo es el llamado a reemplazar constitucionalmente al presidente de la República en caso de ausencia absoluta, sino que maneja el ambicioso sector de la infraestructura nacional, con una chequera de varias decenas de billones de pesos.

Sin embargo, a diferencia de los ministros del gabinete y de otros altos funcionarios del Estado, el ‘Vice’ ha guardado silencio casi absoluto frente a la negociación de paz con las Farc en La Habana.

Se trataría de un “silencio estratégico y calculado”, al decir de expertos consultados por Colprensa.

Santos desde un comienzo sabía de la postura de Vargas Lleras frente al tema de paz y aún así lo escogió como su fórmula vicepresidencial, quizá porque necesitaba de los votos de Cambio Radical para hacerse reelegir, sostienen los observadores.

Después de seis años en el Gobierno, desde distintos sectores le han empezado a pedir al vicepresidente que fije su posición frente al proceso, que anuncie públicamente su candidatura presidencial, y que salga a hacer campaña, pero por fuera de la Casa de Nariño.

Obviamente, Germán Vargas no dejará la Vicepresidencia ahora, pero sí tendrá que hacerlo el año entrante para no inhabilitarse, pues la reforma del Equilibrio de Poderes, que eliminó la reelección presidencial, lo obliga a dejar el cargo un año antes de que inicie la inscripción de candidatos.

Será tema de campaña en 2018

Al igual que ha sucedido en las últimas cuatro elecciones presidenciales, el tema de la paz será el fiel de la balanza para los comicios de 2018.

“El próximo Presidente tendrá que implementar el Acuerdo de Paz con las Farc y liderar el posconflicto, o echar para atrás esos acuerdos. Todo depende de cómo termine el plebiscito por la paz”, considera el analista Camilo González Posso, director de Indepaz.

Pero la pregunta de fondo, es ¿qué efectos políticos tendrá el silencio estratégico de Germán Vargas Lleras frente al acuerdo de Paz con las Farc?

En ese escenario, las fuentes consultadas tienen varias interpretaciones, pero todas apuntan a lo mismo: es una jugada a tres bandas, calculada para no fallar.

“Es una apuesta política arriesgada. Si la opinión pública respalda el Plebiscito por la Paz, Vargas quedará como parte del Gobierno que acabó la guerra. En caso contrario quedará bien posicionado en el partidor presidencial de 2018”, considera el exministro Fernando Cepeda Ulloa.

No le falta razón al exdiplomático, pues el experto en temas de seguridad Nacional Armando Borrero Mansilla agrega que, si el Acuerdo de Paz fracasa, “Vargas será el candidato de la mano dura: el ‘anti-Farc’, víctima, opositor del proceso de El Caguán, amigo de la extradición”, señala.

Es más. Esa carambola a tres bandas parece ‘de fantasía’, como dicen los billaristas, pues según el ex viceministro del Interior Rafael Nieto Loaiza, “el silencio de Vargas Lleras frente al tema de la paz está perfectamente calculado: mantener la unidad con el Gobierno de Santos, en caso de que el proceso con las Farc prospere, y no descartar una posible coalición con el uribismo en caso de que fracase. O sea que el vicepresidente tiene abiertas todas las posibilidades”.

No hay que olvidar que “la política es dinámica”, como dice un famoso exministro de Gobierno, y que, a pesar de las diferencias con Uribe, paradójicamente fue el Centro Democrático el que le lanzó un salvavidas al hoy vicepresidente para que se pueda postular en 2018, pues la Unidad Nacional quiso prohibirle esa aspiración.

“Este juego es de sumas y restas, depende finalmente del resultado del Plebiscito por la Paz, pero lo más probable es que Vargas mantenga la misma posición, al menos mientras esté en el cargo”, agrega el catedrático Jorge Giraldo Ramírez, de la Universidad Eafit.

CON CARA GANA VARGAS, CON SELLO EL ‘VICE’

“Por ahora Cambio Radical -el partido del vicepresidente- seguirá apoyando en el Congreso la agenda legislativa del Gobierno, pero se mantendrá al margen del tema de paz, porque esa postura forma parte de su estrategia política”, agrega Cepeda Ulloa.

Es decir que en cualquiera de los escenarios propuestos el vicepresidente de la República “saldrá fortalecido”, según el analista Borrero Mansilla, pues dice que si se firma la paz “es posible que Santos le encargue a Vargas Lleras manejar la infraestructura del posconflicto, por eso tiene que guardar prudente silencio. Y si no se firma, a él se unirán todos los opositores del proceso”, sostiene el experto.

El exviceministro Nieto Loaiza concluye que la ‘jugada’ “es arriesgada, pero tiene lógica, pues nunca ha estado de acuerdo con lo que se negocia ni en la forma en que se negocia, pero no puede enemistarse con el Gobierno ni distanciarse de quienes públicamente sí pueden criticar el proceso de paz: el Centro Democrático”.

Credito
COLPRENSA

Comentarios