Por segunda ocasión, en menos de 10 días, miles de estudiantes, docentes y comunidad en general de Ibagué volvieron a las calles para reclamar al Gobierno nacional un aumento sustancial del presupuesto de la educación pública para 2019.

Como el pasado 10 de octubre, la jornada se desarrolló en completa calma con la participación de Simatol y estudiantes del Sena y colegios públicos, quienes, con arengas y pancartas, exigieron al Gobierno saldar la deuda con las 32 universidades públicas.

Para Verónica Escobar, estudiante de Licenciatura en Ciencias Sociales, buena parte del billón de pesos adicionales de las regalías al presupuesto de educación para los próximos dos años, que fue anunciado ayer por el presidente Iván Duque, podría ser destinado a la financiación de programas como Icetex o Ser Pilo Paga.

“El billón de pesos no va a estar destinado a la base presupuestal de la universidades públicas. Ahí es donde está la discusión. Hay que ver que las universidades privadas se llenaron de capital alrededor de Ser Pilo Paga y todo apunta a que el Gobierno quiere imponer unas condiciones en detrimento de la educación pública”, aseguró.

En esa misma línea, César Fonseca, integrante de la Asociación Sindical de Profesores Universitarios (Aspu), afirmó que el billón de pesos de aumento, aunque es significativo, no alcanza a subsanar un déficit de 18 billones de pesos que soportan las universidades. Para él, se trata de un acto de “oportunismo”.

“Las universidades públicas están solicitando un billón y medio de pesos para culminar el presente semestre y todavía no estamos hablando de la financiación del próximo año. Como están las cosas, se vendrán más movilizaciones, más aún cuando el Gobierno no ha reconocido al movimiento universitario como interlocutor. Hasta el momento son paños de agua tibia”, declaró.

La movilización partió sobre las 10 a.m. desde la sede de la Universidad del Tolima, avanzó por la carrera Quinta hasta la calle 60, para tomar la avenida Guabinal. Luego marchó por la calle 42 para retornar a la Universidad.

¿Cómo está la UT?

En su participación en la marcha, Ómar Mejía, rector de la Universidad del Tolima, aseguró que la institución soporta un déficit financiero, estimado para el cierre de este año, de más de 11 mil millones de pesos.

De ahí, según dijo, urge una reforma estructural al sistema de financiamiento de la educación.

“Con los recursos propios no alcanzamos a bajar más ese déficit y superar las dificultades que tenemos. Este semestre, para cerrar el año, nos toca hacer muchos sacrificios, seguir con el plan de austeridad en el gasto y mantener los ejercicios fiscales que hacen parte del plan de saneamiento. En todo caso, necesitamos muchos recursos para cumplir”, dijo.

De acuerdo con Mejía, debido a que más del 50 por ciento de los recursos de la Universidad provienen de transferencias del Gobierno nacional, resulta apremiante un aumento del presupuesto para garantizar las condiciones de calidad para los más de 18 mil estudiantes y los ejes misionales de academia, investigación, proyección social y bienestar universitario.

“Venimos con una Universidad en crisis desde hace varios años y los recursos no son tan grandes como quisiera la dirección y la comunidad universitaria. Con los que tenemos, hemos redireccionado los recursos para asegurar las condiciones de nuestros estudiantes. De todas maneras, muchos de nuestros rubros direccionados a los ejes misionales son superiores a los que teníamos cuando la Universidad no estaba en crisis financiera”, agregó.

Sobre el aumento en un billón de pesos del presupuesto para educación, Mejía afirmó que están a la expectativa de la distribución que se pueda hacer en las universidades públicas, entre grandes y regionales, que son las más golpeadas.

“ ¿Se incluye Ser Pilo Paga y el Icetex? ¿Cómo se va a repartir entre las universidades grandes y pequeñas? ¿Va a ser de manera equitativa, cerrando las brechas o inequitativa, con la bolsa grande para cuatro instituciones y la pequeña para las 28 restantes?”, cuestionó.