EL NUEVO DÍA: En el país hay una tendencia de políticos de carrera que ahora se desmarcan de los partidos tradicionales. ¿Este es su caso?

ALFREDO BOCANEGRA: Cuando Álvaro Gómez Hurtado decidió escindirse del partido Conservador para lanzar su candidatura presidencial por un movimiento pluripartidista, lo hizo con el valor de plantearle al país un proceso de reconciliación nacional. Y a pesar de haber sido secuestrado por el M19, apoyó la paz con ellos y copresidió la Asamblea Nacional Constituyente. Demostró sentimiento de patria, sin odios y sectarismos.

Consideramos que en Ibagué, en los años recientes, las alternativas no las han dado la dirigencias conservadora o liberal y, por lo tanto, hay que buscar nuevas opciones que permitan más administración y menos política, y no al revés. De ahí que estemos buscando una expresión independiente.

E.N.D.: ¿Entonces es cierto que está buscando el aval de Colombia Renaciente, el partido que agrupa a varios exfuncionarios del gobierno Santos?

A.B.: Ese un partido que tiene un origen limpio, que incorpora lo que es Colombia y representa mucho de donde nosotros queremos estar: el centro político. No es en los carriles izquierdos o derechos que se aproximan hacia el abismo. Hemos leído sus estatutos y conocido su plataforma fundamental, y nos llamaría mucho la atención poder representar este partido. No tenemos aún el aval, pero confiamos en que podamos obtenerlo.

Lo primero que haré como alcalde es impedir que se vaya a trasplantar de Bogotá el odio que genera esta polarización entre ‘petrismo’ y ‘uribismo’, que no resuelve los problemas de la ciudad y sus habitantes. A este país y la ciudad hay que desintoxicarlos.

E.N.D.: De ahí que su lema sea ‘Ibagué Renacerá’...

A.B.: Se genera a partir de un inquietud dolorosa: una protesta que promovieron algunos empresarios en la que sacaron unos ataúdes, porque vieron que Ibagué había muerto. Los seres humanos somos transitorios, pero los hijos y sus nietos y bisnietos tienen derecho a disfrutar esta ciudad, de manera que si hoy tenemos dificultades, no podemos decretar la perención de la ciudad. Lo que tenemos que decretar es el derecho a renacer en una Ibagué tranquila, sostenible, segura y con mayores oportunidades.

E.N.D.: Si participó en las reuniones del partido Conservador para el proceso de elección de candidato, ¿por qué decidió apartarse?

A.B.: Porque sigo dudando de que realmente haya interés en una propuesta conservadora para la Alcaldía. Creo que la prioridad está centrada en la elección de la Gobernación, es como si fuera una especie de referendo para la administración de Óscar Barreto. Es algo que me parece absolutamente legítimo, pero como no tenía confianza en ese procedimiento, no podía seguir participando. La Alcaldía no es un tema prioritario para el partido Conservador.

Ellos saldrán a decir que no es cierto, pero esperemos que pasen los días a ver qué tanto apoyo va a recibir el candidato que resulte de la encuesta. Yo ya fui víctima de ese sistema cuando quise ser candidato a la Alcaldía hace algunos años y el senador Luis Humberto Gómez Gallo, que en paz descanse, me dijo ‘qué pena, Alfredito, pero la prioridad para nosotros es la Gobernación y el candidato a la Alcaldía lo colocan nuestros aliados’. Ahora no estoy aspirando como conservador, sino como ibaguereño.

E.N.D.: ¿Entonces sintió que hoy se podría dar una situación semejante, pero con un jefe diferente: Óscar Barreto?

A.B.: Mi decisión de aspirar obedece a que quiero colocar mi experiencia al servicio de la ciudad que me ha dado mucho durante años. Yo soy una opción y son los ibaguereños quienes deben decidir qué ciudad quieren y se merecen. No pretendo llegar a hacer de la Administración municipal un directorio político para montar tres candidatos al Congreso y un candidato para que me reemplace en la Gobernación y otro a la Alcaldía.

Y como quiero desalojar esas malas prácticas, no me estoy plegando a un directorio porque seguramente sería una piedra muy difícil de cargar y la ciudad retrocedería más. Los grandes alcaldes de este país han sido personas muy formadas y con mucha independencia, que no se dejan mangonear de los directorios. El alcalde tiene que tener un carácter y generar consensos populares con la ciudadanía, no con unos intereses tan pequeños como los que pueden representar unos grupos o sectas políticas.

E.N.D.: ¿Ya no es conservador?

A.B.: Si me muriera hoy, la gente diría si soy conservador, así aparezca con otro rótulo. Son cosas que no se lo puede quitar nadie de la vida. Lo que pasa es que soy un conservador de avanzada ideológicamente formado. Hay muchas cosas del Partido que no comparto. Mientras los grupos conservadores en Europa se están remozando, aquí en Colombia el Partido no tiene esa capacidad de crecer y abrirse.

De modo que en tema de ideología, sí que me gustaría un debate con los que dicen ser conservadores a ver qué tanto saben del Partido y qué tanto le han aportado. Yo empecé a ser conservador cuando aquí las mayorías eran absolutas del ‘santofimismo’ y del partido Liberal. Y, sin embargo, jamás me dejé amedrentar por las mayorías, siempre fui un conservador respetuoso y tal vez por eso el liberalismo me respeta y posiblemente me acompañe, al igual que el partido Conservador, porque las grandes batallas las he dado ahí. Tengo mucho respeto y consideración en los sectores tradicionales.

E.N.D.: Para algunos, en una actitud de soberbia, usted se apartó del proceso conservador porque llegó a ver con algún desdén a sus copartidarios, porque ellos no estarían a la altura de sus méritos...

A.B.: No. Los respeto a todos. Sí veía con preocupación los temas judiciales y disciplinarios en algunos candidatos, pero no es el caso de Jaime Eduardo Reyes. De manera que, como dijo el Álvaro Gómez con su movimiento de Salvación Nacional, el partido Conservador que saque su partido, yo no estoy su contra, estoy a favor de la ciudad.

E.N.D.: ¿Va a tener lista al Concejo?

A.B.: Hemos tratado de estimular que haya jóvenes y mujeres aspirando en diferentes partidos. Más que tener concejales propios, que ha sido una mala práctica, es importante que la gente entienda que se necesita una buena junta directiva. Ojalá hayamos aprendido la lección de estas sanciones reiteradas y la mala reputación que nos ha dejado este Concejo y podamos llegar a una corporación renovada.

En nuestro caso, ojalá podamos tener un mandato claro de todos los ibaguereños con el propósito de deberle la elección a ellos y no a una o dos casas políticas, porque ese es el primer compromiso que estoy asumiendo con los ciudadanos: conmigo no van a necesitar ninguna intermediación de apellido, sino que el relacionamiento va a ser directo y en la calle, sin cacicazgos, con más administración y menos política.

E.N.D.: ¿Siente garantías en esta elección cuando la Alcaldía, según se ha dicho, tiene candidato propio?

A.B.: Soy una persona que no aspiro porque otros estén aspirando. El tema de conducta es algo autónomo, no heterónomo. Si la Administración está corriendo esos riesgos, pues eso será tema de ellos. No me parece correcto. Pero no me preocupa, porque ningún alcalde en esta ciudad ha colocado mandatario y, fuera de eso, las maquinarias han sido derrotadas muchas veces, el mismo Alcalde de hoy las venció.

Así que no me asustan las maquinarias. Creo que el pueblo de Ibagué es adulto y sabe qué clase de administración quiere, a qué ciudad quiere parecerse y qué modelos son exitosos, como, por ejemplo, la de Alejandro Char, en Barranquilla; Federico Gutiérrez, en Medellín; y Juan Pablo Gallo, en Pereira.

Otros proyectos

E.N.D.: La Administración habla con insistencia de haber recuperado el Ibal. Usted, como exgerente de esta empresa, ¿qué cree que se debe priorizar?

A.B.: En esta Administración y bajo la gerencia de Alberto Girón, el Ibal se endeudó sin cumplir con los desafíos de llevar agua a los barrios del sur. Esa empresa debe ser mucho más dinámica, vendiéndole servicios a la región en la parte de ingeniería, diseño, ampliación, tratamiento y facturación. Propongo una empresa fuerte que genere ingreso para la ciudad y con fortalecimiento institucional.

E.N.D.: Esta semana se conoció que no se contemplan acciones para optimizar la aeronavegación del aeropuerto Perales ni la adecuación de la pista. Como exdirector de la Aerocivil, ¿ve una salida para viabilizar estas obras?

A.B.: Solo el trabajo unido de los próximos gobernador y el alcalde de Ibagué, junto a los ocho congresistas que representan el Tolima, al igual que los gremios, hará posible que esos recursos se prioricen para la instalación del ILS, que cuesta cerca de $16.000’000.000, y la realización de los estudios y diseños del giro de la pista del aeropuerto Perales.

E.N.D.: ¿A qué le daría continuidad de esta Administración?

A.B.: La inclusión de diferentes grupos étnicos y culturales, los parques biosaludables, el buen relacionamiento y el manejo con la zona rural, y el trabajo con el Ejército para recuperar vías. Creo que esos son temas para mantener, mejorar y consolidar. Por cambiar, todos los demás que han sido objeto de crítica constructiva. Y por terminar, todos los inconclusos que queden de esta Administración.

E.N.D.: ¿Cómo va a financiar su campaña?

A.B.: Con ahorros. Llevo 37 años trabajando, como decía Darío Echandía, desde chiquito. Pienso en hacer algunas actividades, estamos trabajando con voluntarios y, en todo caso, va a ser una campaña con mucha austeridad. No vamos a comprar votos, no conseguimos contratos en la Gobernación o la Alcaldía y no recibimos patrocinios de los prestadores de la alimentación escolar o los que venden medicamentos.

Los ejes de su propuesta

E.N.D.: El desempleo es uno de los principales problemas de la ciudad. ¿Cómo va a impactar esa situación?

A.B.: El primer tema es la necesidad de generar empleo estable, apoyar la actividad productiva e incentivar el emprendimiento. Para eso hay que mantener las empresas que existen en la actualidad y, a la vez, atraer grandes empresas extranjeras y colombianas para que establezcan una sede, una sucursal o una filial en la ciudad.

Hay cerca de 44 mil personas entre los 19 y 50 años que están en una edad productiva, pero no cuentan con un empleo. Entonces estaremos muy cerca de los diferentes actores a través de una alianza que hemos denominado Ideaa, que es la integración para el desarrollo del empresariado, la administración y la academia, para dar respuesta a esa población.

Y para quitarle de las garras siniestras del ‘gota a gota’ a muchas personas que están llegando al límite del suicidio y la locura, Infibagué otorgará unos créditos pequeños y livianos que le permitan a la gente ser emprendedores. A la vez, para salvaguardar la vida, tenemos que hacer una política pública de prevención en salud mental, para que los ibaguereños no sigan engrosando el indicador fatal de suicidios.

E.N.D.: ¿Qué propone para mejorar la movilidad?

A.B.: Tenemos que racionalizar lo que tenemos. Propongo un contraflujo por la carrera Quinta, desde la calle 10 hasta El Salado o Picaleña, para que en cuatro carriles, en diferentes lapsos durante el día, la gente pueda transportarse de ida y regreso. Eso ya lo hizo Bogotá en la Séptima durante muchos años, hasta que un alcalde muy parecido al de acá decidió acabarlo.

Y hay que avanzar en la estructuración de los seis proyectos identificados para la movilidad en la ciudad. Nos comprometemos a ejecutar una o dos de esos proyectos durante los cuatro años, pero que el resto queden muy bien planificados.

E.N.D.: Una pregunta recurrente es: ¿Qué se va a hacer en Ibagué para aprovechar ese potencial turístico del que tanto se habla que tenemos?

A.B.: Nosotros somos de las pocas ciudades que tenemos un potencial mercado de 10 millones de personas que están buscando cada ocho días para dónde salir y que en su mayoría están en Bogotá. Muchos turistas pasan por nuestras variantes para cruzar La Línea, entonces planteamos una campaña muy enérgica llamada ‘No te pases de la línea, quédate en Ibagué’.

Vemos un turismo temático enfocado en la música, incorporando a nuestros artistas, teatreros y pintores para hacer un gran bulevar donde se realicen espectáculos todo el tiempo. Hoy más que nunca se sintió el desdén con el que es tratado el artista ibaguereño. Aquí le duele a la Administración pagarle 100 mil pesos a un trío, pero no le tiembla la mano para firmar un contrato para pagar 3 mil millones de pesos en un artista samario.