Siendo comisaria de Familia, la disciplinada representó a un ciudadano en un proceso penal que el Juzgado Penal del Circuito del Espinal, Tolima adelantaba en su contra, por el delito de acceso carnal violento ejerciendo por la misma época en la que se desempeñaba como servidora pública

Riveros Peña argumentó que tenía la convicción errada e invencible de que su conducta no constituía falta disciplinaria, dado que no cobró honorarios a su defendido, pues lo hizo a título de favor.

En decisión de segunda instancia, la Procuraduría Regional de Tolima modificó el fallo de primera instancia, y en su reemplazo le impuso sanción de suspensión por nueve meses.

La falta de la disciplinada fue calificada como grave cometida a título de culpa grave.