Iniciativa que antes de ser aprobada tuvo que superar la proposición de archivo de la congresista tolimense Adriana Matiz, quien argumento "que avalar el consumo traería graves afectaciones a la salud, como lo es la adicción". 

La representante por el partido Conservador dejó en claro su posición de rechazo a este proyecto: "Con la autorización del cannabis recreativo, no solo se contravienen los tratados de fiscalización de drogas y los compromisos contraídos por el Estado colombiano, sino que además tiene graves consecuencias para la salud y bienestar, en especial de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Lo que podría conllevar a que los jóvenes y la población pierdan la percepción del riesgo en relación a las consecuencias que trae el consumo”. 

"Una de las mayores problemáticas del consumo de cannabis en los jóvenes es la deserción escolar. Los alumnos que consumen marihuana de forma recreativa, tienen reducidos logros escolares, ya que pueden presentar dificultades en el aprendizaje, comparados con los que no consumen", aseguró la representante.

A lo que agregó: "Yo no he estado de acuerdo con la legalización, porque los estudios que hay indican que el consumo genera graves afectaciones  a la salud, pero además genera adicción, y la adicción es una enfermedad crónica que se caracteriza por la pérdida del control del comportamiento".  

Por último, advirtió que en los países en los que ya se ha legalizado el uso recreativo del cannabis está comprobado que el mercado ilegal sigue vigente y la razón es el precio del producto. Explicó que en Canadá, mientras se adquiere en el mercado legal por más de 10 dólares, en el mercado ilegal se consigue por 5.43 dólares canadienses.