La semana anterior, la Contraloría General de la República catalagó las obras del hogar del adulto mayor de Icononzo como un verdadero ‘elefante blanco’ del Tolima, pero en ese municipio hay otra construcción que, según parece, ya podría considerarse como un  monumento a la desidia: la plaza de mercado.

La primera fase de la obra fue contratada por $516 millones en octubre del año anterior, durante el Gobierno de Jorge García, y se entregó en marzo pasado, en la Administración de Margoth Morales. Y aunque los recursos para su terminación estaban garantizados, la segunda fase del proyecto hoy está desfinanciada.

Según denunciaron los cabildantes Juan Carlos Robayo, Andrés García y Mario Alberto Montiel, sin ningún tipo de justificación legal y financiera, la mandataria trasladó los $365 millones que estaban asegurados en el presupuesto municipal para concluir las obras en otras actividades que nada tienen que ver con la plaza.

Por tratarse de unos recursos que tenían una destinación específica, la Alcaldía debía solicitar la autorización del Concejo para redireccionarlos, pero, según explicaron los cabildantes, la mandataria ignoró la norma y expidió cuatro resoluciones entre enero y marzo en los que realizó diferentes movimientos presupuestales con ese dinero.

El primer traslado lo hizo el 1 de enero, cuando llevaba horas de posesionada, por $120 millones, para la realización de las XXXI Fiestas del Retorno Icononzuno 2020, una actividad cuya celebración después sería objeto de investigación por la Contraloría Departamental del Tolima.

A través de una auditoría exprés, la entidad de control estableció, entre otras cosas, un hallazgo administrativo porque la Administración de Morales trasladó de manera indebida el dinero para culminar la mencionada construcción a un rubro que legalmente no estaba creado ni proyectado por el Gobierno municipal.

“Lo más preocupante de esta situación no solo se limita al hecho de que los recursos con los que contaba el Municipio para invertir y terminar la plaza fueron trasladados y gastados en otras cosas, sino que de acuerdo con la información oficial, para marzo de 2020, el Municipio ya no contaba con esos recursos para terminar esta obra, que ya hoy es un ‘elefante blanco’”, aseguraron.

Los tres cabildantes anunciaron que remitirán estos hechos a las entidades de control para que inicien investigaciones y tomen las decisiones que correspondan a fin de que determinen las posibles irregularidades y faltas cometidas, así como los responsables de las aparentes anomalías.

Para ellos, se trató de un acto de irresponsabilidad que termina por afectar a la población que espera un centro de acopio digno. También cuestionaron a las mayorías de la corporación, pues, según indicaron, han tenido una actitud complaciente con la alcaldesa en la que aprueban iniciativas desatendiendo lineamientos legales y no se refieren a presuntas irregularidades en la localidad.

“Lamentamos profundamente que las obras estén inconclusas y en total abandono, pero nos duele más que las mayorías del Concejo no tengan conciencia y dolor por el pueblo y por los comerciantes que requieren de unas instalaciones dignas para poder seguir realizando su actividad comercial, y que lo único que les preocupa es aprobar acuerdos a ‘pupitrazo’, atacar de manera indirecta a quienes deseamos hacer el bien por el pueblo y hablamos con la verdad y a guardar silencio frente a esta terrible problemática”, señalaron.

Sin éxito, está redacción se intentó comunicar con la alcaldesa Margoth Morales para conocer su posición al respecto, pero no atendió mensajes ni llamadas.