En un solo día, el representante Ricardo Ferro, del Centro Democrático, pasó a estar en el centro de la polémica luego de que escalara en la opinión pública nacional la controversia por el nombramiento de su esposa, Patricia Alvira, como fiscal seccional en el Tolima, y fuera denunciado por injuria y calumnia por el representante David Racero. 

A nivel local, había resonado la vinculación de la abogada en la entidad de control, pero el hecho adquirió resonancia nacional ayer, cuando la periodista Cecilia Orozco Tascón, a través de su columna en el diario El Espectador, cuestionó este nombramiento porque no sería ético ni legal y, además, se podría configurar un posible conflicto de intereses.

La columnista afirmó que la escogencia de la abogada Alvira resulta conveniente a los intereses del fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, dado que el representante Ferro es miembro de la Comisión de Acusaciones de la Cámara, órgano competente para investigarlo. “En resumen, Barbosa nombró a la cónyuge de su potencial investigador”, acotó.

Orozco dijo que Alvira podría “dirigir, desviar o frenar” el proceso que adelanta la Fiscalía por corrupción al sufragante contra su primo Guillermo Ignacio Alvira, actual alcalde de San Luis y exmiembro de la UTL de Ferro. Y, además, podría intervenir de manera irregular en el proceso por corrupción en contratación pública que pesa sobre su tío Guillermo Alfonso Alvira, exalcalde de la misma población y padre del actual mandatario.

“Barbosa puso a cuidar el queso a la ratona Alvira y, de paso, neutralizó a su investigador, el esposo de Alvira y miembro de la Comisión de Acusación”, aseguró Orozco, quien también evidenció que el congresista estudió en la Universidad Sergio Arboleda durante la misma época que el Fiscal General y el presidente Iván Duque.

“Duque le hace el favor a Barbosa; Barbosa le hace el favor a Ferro; Ferro les hace el favor a sus parientes y Barbosa se inmuniza e inmuniza al presidente de investigaciones. Poder, abuso de poder, lo público para uso del interés particular”, concluyó.

Al ser consultado, el representante dijo que no daría declaraciones al respecto, pero desde su círculo trascendió que Ferro ve el asunto sin complicación porque su esposa llegó al cargo por sus aptitudes y si a él le llegaran a asignar una denuncia contra el Fiscal o a ella le corresponde conocer un proceso contra alguno de sus familiares, ambos solo tendrían que declararse impedidos.

Palabras de discordia

Ante la Corte Suprema de Justicia, el representante David Racero denunció por injuria y calumnia a su colega Ferro luego de que la semana pasada, durante una sesión en la Cámara, cuestionó si el senador Gustavo Petro, jefe del movimiento Colombia Humana, estaba promoviendo la conformación de colectivos “similares a los que en Venezuela asaltan viviendas y locales y atentan contra la población civil”. Según el congresista, en las ciudades están surgiendo “colectivos terroristas”.

La declaración de Ferro, que causó malestar en su colega Racero, se da luego de un audio en el que se escucha al senador Petro decir: “Hay que pasar a la ofensiva en la movilización social, haciéndola masiva, tranquila, pero contundente, porque si no, nos van a barrer. Y lo que yo quiero dejarles es esa inquietud, los colectivos de la Colombia Humana en la región están en la posibilidad de conducir sectores importantes de la sociedad a esta lucha que vamos a enfrentar ya en los próximos días y en las próximas semanas”.

Como sea, Racero cumplió ayer una promesa de la semana anterior en la que afirmó que si Ferro no presentaba una denuncia formal, él sí lo haría. Con esta acción busca que el congresista uribista se resarza públicamente de relacionar a la Colombia Humana y el senador Petro con grupos terroristas.

Ferro dijo que reiteraba el llamado a Petro para que explicara cuál es el objeto de esos colectivos y si son iguales o distintos a los que “convocó Chávez en su momento”.

Y en un mensaje a Racero, trinó: “Petro no contesta nada sobre los ‘colectivos’ que está conformando y en cambio, un ex funcionario suyo, guardando silencio sobre el mensaje, ataca al mensajero mediante la vieja táctica de la ‘judicialización’ de la política”.