Macabras conexiones del narcotráfico internacional

Crédito: Colprensa / EL NUEVO DÍAMarcelo Pecci fue asesinado a bala, en la paradisíaca playa de Barú, en Cartagena de Indias.
Luchar contra el narcotráfico, el terrorismo y el sicariato en Paraguay le terminó costando la vida al fiscal Marcelo Pecci, asesinado a bala, en la paradisíaca playa de Barú, cerca de Cartagena, mientras disfrutaba de su luna de miel.
PUBLICIDAD

El director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, explicó, en las primeras horas de ocurrido el hecho, que fue cometido por un sistema de crimen organizado transnacional con una alta planeación e inversión de recursos. 

Un hombre de 1,74 metros de estatura, tez trigueña y acento caribeño, que es buscado por las autoridades y por el cual se ofrecen 2.000 millones de pesos de recompensa, es por el momento el único identificado como responsable.

 Según el centro de investigación y análisis de crimen organizado Insight Crime, en Paraguay, cada 28 horas se produce una muerte por encargo. 
En este país, el crimen organizado se ha sofisticado en los últimos años dado que se ha posicionado como un importante centro para el tráfico de cocaína y marihuana, producción ilegal de cigarrillos y contrabando.

Lo anterior se entiende, de acuerdo con este centro de pensamiento, porque es el mayor productor de marihuana en Sudamérica, con lo cual abastece los mercados de consumo de Brasil y Argentina. Además, estos criminales también están produciendo cocaína.

 Con los argumentos de estos informes coincide Néstor Rosania, director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, quien explica que en América Latina existen tres ejes de inseguridad: México, en especial Culiacán que es la sede del Cártel de Sinaloa; Colombia, como primer productor a nivel mundial de cocaína, y la triple frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil. 

Este último, según Rosania, por dos variables. El primero es el narcotráfico “porque las rutas de la droga siempre se piensan de Colombia hacia el norte, buscando llegar a Estados Unidos y Europa, pero también existe una ruta que es hacía el sur”.

El segundo factor es el lavado de activos, el cual es de grandes narcotraficantes colombianos, centroamericanos y mexicanos. “Los cuales buscan lavar sus fortunas en el cono sur del continente y también grandes capos no muy visibles del cono sur, que también tienen una estructura para el tema del lavado de sus propias fortunas que las han generado alrededor del narcotráfico”.

Todo lo anterior lo complementa Miguel Gomis, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, quien explica que “en los últimos diez años ha habido cada vez más una presencia de grupos brasileños en la triple frontera que lo que han hecho es usar Paraguay como un lugar de tránsito para la cocaína boliviana principalmente”.

Sin embargo, aclara que Paraguay es un país bastante tranquilo en comparación con otros países de la región. “Hay que darse cuenta de que la intensidad de las actividades delictivas no está a la altura de otros países”.

Este tipo de casos eran precisamente los que investigaba el fiscal Pecci. Un hombre de 45 años, quien en su país era fiscal especializado contra el Crimen Organizado, Narcotráfico, Lavado de Dinero y Financiamiento del Terrorismo, por lo que era una de las personas más custodiadas de ese país.

El caso más grande que el fiscal tenía a su cargo era un megaoperativo denominado: “A Ultranza Py”, por el cual fueron detenidas más de una decena de personas e incautados bienes por más de 1.000 millones de dólares.

Este operativo comenzó el 22 de febrero de este año, luego de una investigación de 27 meses en cooperación con autoridades de Estados Unidos, que tenía como objetivo impactar una red criminal que había enviado más de 16 toneladas de droga a Europa. Esta droga salía inicialmente de Bolivia en vuelos clandestinos y llegaba a Paraguay desde donde era trasladada a Argentina y Uruguay para ser enviada al viejo continente.

En la operación resultaron vinculadas personas pertenecientes a las altas esferas de ese país, entre ellos los hermanos Insfrán, Miguel Ángel y José, este último pastor del Centro de Avivamiento, quien además fue precandidato a una gobernación y tenía relación con políticos como el diputado Juan Carlos Ozorio, quien también resultó involucrado a la investigación.

El congresista Erico Galeano Segovia y el ministro de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), Joaquín Roa, también han sido mencionados dentro de este escándalo.

Pecci, de acuerdo con el diario la Nación de Paraguay, también tenía asignado las investigaciones sobre un tiroteo en un festival internacional de música en San Bernardino, en donde falleció la modelo e influencer Cristina ‘Vita’ Aranda.

Este hecho, de acuerdo con el diario La Nación, es atribuido a un ajuste de cuentas entre facciones criminales brasileñas que operan en Paraguay.

Otro de los sonados casos que tenía a su cargo el fiscal era el del asesinato también en un atentado a tiros de cuatro personas, entre ellas Haylee Carolina Acevedo Yunis, de 21 años, hija del gobernador del departamento de Amambay, ocurrido el 12 de octubre del 2021 a la salida de un evento social en la ciudad fronteriza de Pedro Juan Caballero.

Las últimas horas del fiscal

“El último atardecer en Barú, pero tendremos millones para estar juntos”, escribió la periodista Claudia Aguilera, esposa del fiscal Pecci, sobre los momentos que compartió con su esposo en su luna de miel.

Se conocían desde hace tiempo por el trabajo y desde diciembre de 2021 eran novios. “Fue amor a primera vista”, expresó Claudia en una entrevista el pasado mes de marzo con Unicanal, en la cual anunció además que se casaría el 30 de abril. “El 30 de abril me caso, estoy entrando a un ritmo que lleva mucho tiempo la organización, pero estoy muy feliz”.

Tras la boda que se realizó en la parroquia San José de Asunción, acordaron ir a Cartagena, desde el 4 de mayo, para pasar su luna de miel.
Al día siguiente arribaron a la ciudad Amurallada y se hospedaron en un hotel del Centro Histórico, y luego salieron a recorrer sus calles visitaron el Castillo de San Felipe, las murallas y el barrio Getsemaní.

Dos días después se trasladaron al hotel Decameron en Barú. Allí disfrutaron de la playa y el último día, Claudia aprovechó para anunciar que estaba embarazada. “El mejor regalo de boda es… la vida acercándote al testimonio más lindo de amor”. Acompañó el mensaje una fotografía en la playa, en la que en el primer plano se ven unos zapatos rojos de bebé y en el segundo la pareja vestida de blanco en un abrazo afectuoso con el mar azul de fondo.

Dos horas después, dos hombres que llegaron por mar en una lancha acuática, se acercaron al fiscal, que se encontraba descansando junto a su esposa, y le dispararon causándole la muerte. En entrevista con varios medios Claudia ha contado que no pudo hacer nada. 

El relato detallado de los hechos lo entregó Aguilera al periodista paraguayo de Unicanal Óscar Lovera, amigo suyo: ese día el fiscal quiso ir a reservar las sillas de playa con anticipación porque había muchos turistas, pero su esposa no lo dejó y le pidió que se sentarán a desayunar y luego sí fue a hacer la reserva.

A las 11:00 el fiscal se paró a caminar en la playa y al retornar dos hombres se acercaron en una moto acuática. El hombre caribeño que fue identificado por las autoridades se acercó, el otro se quedó en la moto.

“Es el tirador, él es el que disparó el arma, ese hombre de tez oscura, de un metro setenta y ocho, que tiene el sombrero, de una complexión física muy delgada pero con los músculos muy marcados, extendió el brazo hacía el fiscal, percutió tres veces el arma, uno de los disparos los recibió en el cuello, otro en un costado, cae tendido al suelo”, dijo Claudia, según la versión revelada por Lovera.

La gente intentó reaccionar gritando “¡atrápenlos! El hombre disparó de nuevo para huir, se subió a la moto y huyó.

El dueño de la moto acuática, que fue utilizada para asesinar al fiscal Pecci, en diálogo con BluRadio, dijo que atendió a dos hombres que le pidieron alquilado el aparato, pero que le llamó la atención que pagaron por 30 minutos y regresaron en apenas 15.

“Nos encontrábamos en la tienda en un día normal. Los muchachos alquilaron el ‘jet ski’, me encontraba con mi hermano en la tienda mirando para la playa cuando vimos que regresaron muy pronto”, contó.

A los 10 minutos, desde el hotel Decameron los alertaron que con el Jet ski habían herido a una persona. “Al principio pensamos que lo habían atropellado pero después nos dimos cuenta que era un atentando. Nos confundimos mucho y llamamos a la Policía”, contó.

Este artículo es de nuestro periódico impreso.
¡Hagamos región y apoyemos lo nuestro!
https://digital.elnuevodia.com.co/library
También lo puede adquirir en físico.

Credito
Colprensa

Comentarios