Unos dicen que el poder engolosina. Otros, que corrompe. Algo más allá de la simple seducción debe poseer, para que algunos lo pretendan a toda costa. Observando la campaña política en la ciudad se pueden encontrar un ejemplo de lo que digo.

Hablar de violencia es hablar de un concepto complejo.

En la antigüedad, el pueblo judío tenía una costumbre que convirtió en rito de expiación.

Hace unos días entrevisté en radio a José Obdulio Gaviria. Su concepción sobre la justicia y la aplicación de la ley, merecen un comentario. Dice el exasesor presidencial que Andrés Felipe Arias ha sido detenido de manera injusta sin existir una sola prueba en su contra.

Esta conclusión parece ser el colofón de lo que está ocurriendo en el país.

Hablar de violencia tiene la ventaja que, en cierta medida, todos entendemos su significado, todos tenemos un concepto más o menos elaborado de ella, ya sea porque hemos sido víctimas o victimarios.