La célebre expresión pronunciada por el extécnico de la Selección Colombia de Fútbol, Hernán Darío Gómez, sobre "echar reversa hacia atrás", en su momento fue muy comentada.

Comenzó otro mes del año y, como ya es costumbre, llegó con una nueva alza en el valor de la gasolina. La justificación que siempre da el gobierno es "el fuerte incremento presentado en el precio de los combustibles en el mercado internacional".

El proyecto de Ordenanza que autoriza al ejecutivo departamental para realizar un canje de inmuebles entre la Gobernación del Tolima y la Cámara de Comercio de Ibagué, despertó gran controversia. En la permuta, el departamento entrega la Granja Las Brisas a cambio de la sede de la llamada Casa del Tolima en Bogotá.

En el mes de enero, que acaba de terminar, estuvieron de moda en nuestro país, dos Luchos. Desde luego que ha sido por motivos bien diferentes:

Uno de los episodios más tristes de la historia colombiana ha sido el de la separación de Panamá. En esa ocasión, confluyeron intereses nacionales y extranjeros para que se produjera el hecho.

Con absoluta seguridad, ni el Presidente Santos, ni su flamante Ministro de Trabajo Rafael Pardo, ni la mayoría de los altos dignatarios públicos o privados del país, ni mucho menos los congresistas, van a tener el menor problema cuando les llegue el momento de pensionarse. Es más, me atrevo a decir que todos, o por lo menos muchos de ellos, ni siquiera necesitarían hacerlo.

Dentro de las múltiples consideraciones que se hacen con motivo de la temporada de fin de año, aparecen inquietudes, propias de desocupados, como estas:

Cómo será de tradicional la costumbre de hacer balances al concluir el año, que el maestro Crescencio Salcedo, nacido en 1913 y muerto en 1976 casi ciego y en la miseria como muchos de nuestro mejores artistas populares, en su momento hacía resumen de lo obtenido en un año que terminaba, en el inmortal porro cuyo nombre usé para titular esta columna.

Un padre tenía muchos hijos. Un día uno de ellos, al que para proteger su identidad llamaremos Germán, decidió hacer un cambio radical en su vida.

En una época como la decembrina en que todo es alegría, parranda y animación; en que sale a flote ese sentido de solidaridad de algunos que piden el rescate a sangre y fuego de los secuestrados, siempre y cuando ellos no tengan familiares en esa situación;