Herpes zóster

El herpes zóster, conocido popularmente como “culebrilla”, es una enfermedad causada por el mismo virus que ocasiona la varicela; este virus permanece latente en los ganglios dorsales de quienes han sufrido esta enfermedad.

¿Qué es?

El herpes zóster, conocido popularmente como “culebrilla”, es una enfermedad causada por el mismo virus que ocasiona la varicela; este virus permanece latente en los ganglios dorsales de quienes han sufrido esta enfermedad.

¿Qué síntomas presenta?

Se manifiesta a través de una dolorosa erupción cutánea o sarpullido que generalmente afecta a una parte del cuerpo o de la cara. La erupción se caracteriza por la formación de ampollas que después de siete a 10 días forman costras y que suelen desaparecer entre la segunda y la cuarta semana.

¿Cómo es ese dolor?

El dolor del herpes zóster se describe como agudo, punzante, lancinante (como descargas eléctricas), sensible al tacto, agobiante, y puede durar algunos días, meses o incluso hasta años. En la mayoría de los pacientes, el dolor va cediendo en la medida en que la erupción desaparece. Sin embargo, entre el ocho y 30 por ciento de los casos el dolor se torna crónico, generando un padecimiento conocido como neuralgia postherpética, una de las complicaciones más comunes del herpes zóster.

La neuralgia postherpética se define comúnmente como el dolor persistente por más de 90 días después de la aparición de la erupción.

¿Qué complicaciones puede presentar la “culebrilla”?

Complicaciones como neumonía, trastornos visuales, pérdida de la audición, infección de la piel y debilidad muscular pueden ocurrir como resultado del herpes zóster.

¿Qué tan frecuente es esta enfermedad?

Toda persona que haya sufrido varicela está en riesgo de sufrir esta enfermedad. Dicho riesgo aumenta después de los 50 años.

Se estima que una de cada tres personas a lo largo de su vida padecerá esta enfermedad e incluso este riesgo aumenta a uno de cada dos en personas mayores de 80 años. Se ha observado que este riesgo puede ser incluso tres veces mayor entre las personas con Diabetes Mellitus tipo II.

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