Los cultivos de algodón genéticamente modificados se posicionan en Tolima

Los tiempos en que las plagas de los cultivos de algodón devastaban los campos colombianos, generando millonarias pérdidas económicas, parecen llegar a su fin debido a la intervención de la tecnología, pues las nuevas semillas tienen la facilidad de generar toxinas que acaban con algunas plagas y maleza.

La tecnología en el sector agrícola se abre paso a gran escala, y más cuando los métodos que se aplican en los cultivos permiten ahorrar dinero y evitar plagas y maleza en los campos; es por eso que los agricultores ya fijan su vista sobre los denominados cultivos biotecnológicos.

Información suministrada por la Asociación de Biotecnología Vegetal Agrícola, Agrobio, indica que los cultivos genéticamente modificados GM, se abren paso en los campos tolimenses, que en 2013 lograron obtener el primer puesto en siembra de maíz y el segundo lugar en algodón cultivado con semillas modificadas.

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En una visita efectuada a los campos de la hacienda Pajonales, en Ambalema, compañía que tiene una de las mayores áreas sembradas con algodón genéticamente modificado, se explicó las bondades que estas semillas tienen y cómo los pequeños campesinos y productores, pueden ahorrar dinero implementando esta tecnología.

La planta, según informó Tulio Jaramillo, ingeniero Agrónomo y coordinador de Cultivos de Pajonales, crea una toxina que al momento en que una plaga intenta atacarla, muere al instante; al ser la semilla de doble propósito, evita también que la maleza inunde los cultivos.

El algodón, produce demasiados insectos como tierreros, comedores de follaje, picudos, spodopteras, heliothis, gusano rosado colombiano y de la India, pulgones, ácaros, cochinillas, mosca blanca entre otros, que ahora son controlados por la semilla. La única plaga capaz de sobrevivir es la de los lepidópteros.

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En cuanto a costos por hectárea, con la semilla convencional se usan 20 kilos, mientras que con la transgénica solo se necesitan 10 kilos. “Es más alto el costo de la semilla transgénica, pero esta genera una fibra de mejor calidad y se deben sembrar menos semillas”, añadió Tulio Jaramillo.

A modo de consejo para el pequeño agricultor, el ingeniero Jaramillo dijo que el campesino debe empezar a trabajar en equipo, asesorarse de los agrónomos y tener un líder porque al momento de fijar ideas, salen muchos conceptos técnicos que pueden generar problemas.

“Asociarse es una ventaja, porque así empezamos a invertir en equipos de tecnología. Si tenemos una sembradora, bajamos cantidad en semillas, así como abonadoras. Apoyarse en profesionales también es indispensable para todos tirar a un mismo lado; cuando hay variabilidad en conceptos técnicos empiezan los problemas”, explicó Jaramillo.

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Pero aparte de los argumentos entregados por el Coordinador de Cultivos sobre las semillas transgénicas, otra de las bondades que ofrecen los cultivos genéticos, están en ser amigables con el medio ambiente, pues se requiere de un menor uso de insecticidas, lo que equivale a menos personas expuestas a químicos.

“En el pasado teníamos un sistema de producción con semilla convencional, pero estas generaban mucho consumo de químicos para el control de plagas, ahora reducimos en gran cantidad el volumen del ingrediente activo para el control de lepidóptero.

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“El impacto contra el Medio Ambiente se ha reducido, porque al bajar la aplicación de insecticidas se protege hasta al operario”, anunció el Coordinador de Cultivos.

“En cosecha, hemos encontrado valor agregado, porque con la inclusión de tecnología, bajamos los costos en recolección de algodón; en fin, en todas las labores hemos visto beneficios”, señaló Jaramillo.

Con respecto a esto, el ingeniero agrónomo dijo que antes fumigaban hasta 12 veces, pero ahora se realizan máximo siete, “se redujo en un 35 por ciento el consumo de insecticidas; por supuesto hay plagas que resurgen, pero eso es algo que monitoreamos”, puntualizó.

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Credito
EL NUEVO DÍA

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