Semillas de maíz genéticamente modificadas ganan terreno en el Tolima

FOTOS ANTONIO GUZMÁN OLIVEROS – EL NUEVO DÍA
El Departamento sigue su camino en el uso de semillas tecnificadas, en los cultivos de maíz. En la actualidad ostenta el primer puesto en hectáreas sembradas y en algodón ocupa el segundo lugar.

El Tolima se convierte en uno de los principales productores de maíz en Colombia utilizando semillas genéticamente modificadas, las cuales, al igual que los cultivos de algodón, previenen algunas plagas y la aparición de maleza, lo que contribuye a reducir costos de producción referidos a químicos y a mejorar las cosechas.

De acuerdo con cifras suministradas por Agro-Bio, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la promoción de la biotecnología y los organismos genéticamente modificados en la región andina, el Departamento se sitúa en el primer lugar de producción, con 18 mil 500 hectáreas de maíz.

Para la ingeniera agrónoma María Fabiana Malacarne, gerente de Biotecnología de la Asociación de Semilleros Argentinos, es importante que el campesino empiece a trabajar con esta clase de semillas, para que se vean reflejadas las ganancias y productividad en cada cosecha.

La ingeniera argentina, quien estuvo de visita en los campos espinalunos, donde se desarrolla esta tecnología, habló acerca de las bondades de plantar semillas transgénicas y entregó algunos consejos a los pequeños, medianos y grandes productores de este cereal.

Entre las bondades, está la fortaleza que tiene la planta para evitar la proliferación de plagas, facilidad de manejo para el productor y la calidad y rendimiento tras cada cosecha. Por supuesto debe estar acompañada de prácticas agrícolas.

El productor debe revisar de manera constante los lotes y no confiarse, mirar que no haya nacimiento de maleza o insectos o plagas, explicó Malacarne, quien agregó que hay que controlar para tener más rentabilidad y beneficios en la cosecha.

“En Colombia se siembra cultivos transgénicos BT, que controlan Diatraea, spodoptera o cogollero, dos plagas de difícil control para los insecticidas químicos.

“La Diatraea Saccharalis, también llamada barrenador, se mete dentro del tallo y una vez entra a la caña no hay insecticida que sirva, pero las semillas modificadas controlan estas plagas”, informó.

Pero aparte de las semillas que controlan la aparición de plagas, existen otros que evitan la aparición de maleza y son tolerantes al glifosato.

Pero antes de iniciar el uso de estas semillas, la experta recordó que es importante conocer el tipo de suelo y el clima en las fincas o haciendas, además de saber la inversión a efectuar en los campos.

“Además buscar una semilla, sea o no transgénica, que esté certificada por el ICA, lo cual garantiza la calidad y de esta manera el cultivo será fuerte desde el principio; una semilla sin rótulo de calidad puede traer maleza o no germinar bien”, dijo.

Semillas aprobadas en el país

Cabe resaltar que el igual que los cultivos de algodón genéticamente modificados, los de maíz también necesitan un espacio para cultivar semillas sin tecnología, con el fin de evitar que la plaga se vuelva inmune.

“Siempre que se aplica el mismo insecticida, sea o no un cultivo BT, las plagas se hacen resistentes, de ahí la necesidad de sembrar refugios en una porción del cultivo con semillas sin la tecnología, para que los insectos se reproduzcan y la resistencia de los genes de las plagas se mantengan bajas y no acaben con todo un cultivo”, agregó Fabiana Malacarne.

Refugios

En Colombia solamente están aprobadas para sembrar, cuatro semillas genéticamente modificadas; las de algodón, maíz, clavel y rosas azules.

En 2002, (con previa aprobación) Colombia ingresó a la lista de los países que utilizan los cultivos Genéticamente Modificados (GM), con la siembra del clavel azul. A partir de ese año, el país dio un salto en desarrollo y comenzó su recorrido por el camino de la biotecnología.

En 2003 fue aprobado el algodón GM y en 2007, el maíz GM fue sembrado por primera vez bajo el esquema de siembras controladas.

A finales de 2009, Colombia aprobó la siembra comercial de rosas azules genéticamente modificadas.

Credito
EL NUEVO DÍA

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