Almidón resistente de la papa ayuda en el engorde de pollos

El almidón resistente retrogradado (AR) de la papa pastusa favorece la ganancia de peso y la sobrevivencia de pollos.

Una investigación de la U.N. encontró que este almidón tiene resultados similares a otros tipos de prebióticos existentes en el mercado, como las levaduras y el carboximetil celulosa (utilizado como espesante), empleados en la industria avícola.

También halló que en el componente de integridad intestinal de las aves, el ácido butírico generado por el AR retrogradado causa un mejor desarrollo de las vellosidades, que mejora la absorción de nutrientes en el organismo.

Daniel Eduardo Rodríguez, magíster en Producción Animal de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la U.N. Sede Bogotá, asegura que la mejora en la absorción se refleja en el peso del ave y en la conversión alimenticia, es decir, menos cantidad de alimento y mejor estado de salud.

La tesis, denominada “Efecto de la caracterización de almidones resistentes de la papa común y criolla sobre la digestibilidad de nutrientes, energías metabolizantes e integralidad del tracto gastrointestinal en pollos de engorde”, busca aprovechar las bondades de la papa y la necesidad que tiene el consumidor de recibir productos inocuos sin sustancias dañinas para la salud.

“Por esta razón vimos la necesidad de buscar alternativas como la utilización de almidones de papa, que permitieran ofrecer al productor una mejora en las condiciones productivas a través de sustancias naturales”, afirma el investigador.

La papa es un producto que contiene dos sustancias naturales: antioxidantes y almidón resistente, un aditivo funcional en la dieta de los pollos de engorde, útil por su capacidad de fermentación en el tracto posterior, pues resiste la degradación enzimática.

En este caso, sustancias como lactobacilos y bifidobacterias, que se desarrollan en el intestino de los individuos que las consumen, producen ácidos grasos volátiles, que para el caso del AR es el ácido butírico, principal fuente energética de las células de la pared intestinal.

Los almidones resistentes se clasifican en tipo 1, que se encuentra en los granos de maíz y trigo; tipo 2, almidón resistente crudo presente en tubérculos y tipo 3, llamado retrogradado, en el que se concentró la investigación.

La relevancia que tiene este último en la nutrición de humanos y animales está en que sus efectos son similares a la fibra dietaria (parte del alimento que no es afectada por el proceso digestivo en el cuerpo).

Según su tipología, puede influenciar una reducción en la generación de cáncer a través del tracto gastrointestinal, a nivel de colon, y una disminución en los niveles de lípidos plasmáticos (moléculas involucradas en el transporte de lípidos por medio de la sangre), que presenta efectos positivos para la salud.

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AGENCIA DE NOTICIAS UN

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