Un agro sin protección sería como “suicidio colectivo”

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Los analistas reaccionaron ante el anuncio del Ministerio de Comercio de una posible reforma arancelaria, que pondría en peligro al agro. Estiman que si se avanza en ese sentido y se quita las medidas de protección, es factible que en pocos años no haya tierra sembrada.

Los gremios agropecuarios del país están en condiciones de alerta máxima y no propiamente por la convocatoria de un nuevo paro nacional (que está en salmuera), sino por un anuncio del Ministerio de Comercio Exterior que fue conocido esta semana y tiene que ver con un plan de ajuste arancelario.

Lo anterior significa que las franjas de precios, los aranceles, los fondos de estabilización y los precios mínimos, mecanismos de protección del sector agropecuario, entrarán a revisión.

Para los analistas, es factible que en ese posible rediseño sufran rebajas sustanciales esos mecanismos de protección e incluso que algunos sean abolidos.

Las intenciones de esa nueva iniciativa están consignadas en la postura de Carolina Lorduy, directora de la Cámara de la Industria de Alimentos de la Andi, al manifestar que esos instrumentos es “necesario adecuarlos a las realidades del mercado internacional, para lograr mayor competitividad”.

Para Rafael Hernández Lozano, gerente de la Federación Nacional de Arroceros, Fedearroz, las medidas de desgravación consignadas en los diferentes acuerdos internacionales “son una decisión de Estado y no de gobiernos, por lo que no se deben mover de la noche a la mañana”.

Por ejemplo, según el directivo, frente al arroz en el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, se acordó un plazo de desgravación de 19 años y siete años de gracia; y el arancel vigente ante la Organización Mundial del Comercio, OMC, que es del 80 por ciento.

“Tras ese acuerdo, los arroceros del país comenzamos a prepararnos y vamos en el año tres y quedan cuatro. ¿Qué estamos haciendo? Para poder competir con Estados Unidos, los arroceros colombianos comenzamos a implementar el Programa de Adopción Masiva de Tecnología, Amtec, que permite aumento en la productividad y rebaja en costos de producción del orden del 30 por ciento. Las inversiones han sido cuantiosas y cuando implementemos el Amtec en todo el territorio arrocero podemos competir de tú a tú con EE.UU.”, agregó.

Sin embargo, Hernández Lozano dejó claro que “si nos cambian las reglas de juego de esa manera, sería llevar al agro del país a un suicidio colectivo”.

Según Hernán Hernández Peñaloza, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAS, y miembro de la Junta de la SAC, la revisión debe hacerse sector por sector, sin premuras y si se tienen que ajustar, hay que hacerlo, pero en ningún momento se puede dejar un solo sector desprotegido.

En opinión de Hernández, de suceder lo contrario, sería el primer “paso para una revolución”, pues el fin del agro colombiano quedaría sellado solo con una firma de un funcionario, que, según dice, no tiene la mínima idea de las vicisitudes con las que se produce en al agro colombiano y solo se ampara en conceptos económicos adquiridos, incluso, por fuera de Colombia.

“No es que el sector no sea capaz de producir, sino simplemente que el Estado se quedó corto con el reto. Acá el que no hizo la tarea no fue el agricultor o muéstrenos los avances en infraestructura, investigación, transferencia de tecnología o en la red terciaria de vías”, agregó.

Hernández dijo que en aranceles hay una distorsión total, al punto de que la reciprocidad es nula. “Por ejemplo, todos los países del mundo protegen su agricultura. Miren este ejemplo que tenemos a la vuelta de la esquina. Costa Rica nos puede vender todo el caucho que desee a cero arancel, mientras tanto nosotros no podemos vender un solo kilo en ese país. Eso se llama proteger a su sector; acá lo vamos a entregar como si estuviésemos o nos creyésemos Suiza”, agregó.

Además indicó que en el país antes de estimular la producción y fortalecerla, la castiga con impuestos que perfectamente representan un 40 por ciento.

“Así es imposible competir, incluso contra nuestros vecinos; y menos se podría sin protección”, enfatizó.

“Lesión enorme contra la soberanía del país”, Dignidad agropecuaria

En concepto de Óscar Gutiérrez Reyes, uno de los directivos nacionales de Dignidad Agropecuaria, cuando desde el Mincomercio se propone un plan de ajuste arancelario (desde su máxima cabeza hasta los asesores), no tienen la mínima idea de qué país agrario es Colombia.

Estimó que es sumamente grave la sola intención, pues sería entregar al agro del país en un abrir y cerrar de ojos. “Muy seguramente ellos no tienen idea de que el agro tiene un gran componente social. Les doy un ejemplo: la sola cadena azucarera quedaría a merced de Brasil y se pondría en peligro más de 18 mil empleos, de los que en su gran mayoría son cortadores de caña que trabajan en campo”, agregó.

Para Gutiérrez Reyes, el Mincomercio pretende poner al agro del país a competir, por ejemplo, con Brasil, país que desde hace 20 años es potencia agrícola mundial.

“En Brasil la tasa de interés en los créditos agrícolas para los grandes productores (y estamos hablando entre cinco y mil y 15 mil hectáreas) es del 3% efectivo anual; y para los pequeños campesinos dependiendo del clima oscila entre 1% y 1,5%. En Colombia, el pequeño productor paga por un crédito el DTF más 5 puntos, es decir, cerca del 10% efectivo anual”, agregó.

El directivo de Dignidad Agropecuaria dijo que para completar el panorama, Brasil destinará para este año US$70 mil millones para proteger su agro, que en 10 productos están en el primer y segundo lugares en el orden mundial.

“Pretenderlos modificar es sumamente grave, un exabrupto. Acá solo les interesa el importador y lo que le suceda al sector agrícola y la agroindustria no tiene dolientes”, sentenció.

Gutiérrez Reyes dijo que de llegar a suceder el anuncio del Mincomercio, el agro del país en ese instante puede comenzar a “cavar su tumba”.

“Asalto al agro”, Robledo

Para el senador Jorge Enrique Robledo Castillo, uno de los más fuertes defensores del agro en Colombia, pretender quitar la protección al sector agropecuario es una especie de asalto contra el campesinado del país.

En su cuenta de Twitter, Robledo Castillo expesó que se trata de una especie de conspiración entre “Santos - MinComercio - Andi - trasnacionales contra el agro, el empleo y Colombia. Desvergüenza”.

En opinión del senador, “este Gobierno es el más antiagrario de la historia del país”, y una muestra de ello es lo que está aconteciendo con el Proyecto Zidres, que ya fue aprobado en segundo debate en la Cámara.

“Los baldíos que son tierra para los campesinos, tal y como reza en la Constitución, ahora, legalizando lo ilegal (Ley Urrutia) se van a entregar a grandes empresas internacionales y bajo un falso esquema asociativo; los campesinos volverán a ser ciervos como en el siglos pasados”, considera el senador. 

Credito
MARCO A. RODRÍGUEZ PEÑA

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